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¿Qué ha cambiado a 20 años de la Cumbre de Río?

Pero ¿Cuál es la situación 20 años después? Los problemas denunciados entonces no han mejorado y, en muchos casos, como en el de la utilización sostenible de los recursos energéticos y naturales, ha empeorado.

Por Ladypapa, colaboradora de Soyperiodista.com
25 de junio de 2012 - 11:33 p. m.

El pasado miércoles comenzó en Río de Janeiro la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, hoy anunciada como Río+20.+, y que hace veinte años se presentó ante el mundo como Cumbre de la Tierra, cuyo objetivo era y es poner sobre el tapete universal los problemas medioambientales globales, intentando un consenso para tomar decisiones conjuntas con el fin de combatir algunas de las amenazas más inminentes a las que se enfrenta el planeta, como el cambio climático, el hambre y la desigualdad.

De esa cumbre salieron documentos inútiles como el protocolo de Kioto que pretendía obligar a las grandes potencias a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, así como la Agenda 21 sobre desarrollo sostenible.

Este año se cubre con la piel de los indígenas que pueblan y malviven en la región, y para ello han invitado-seleccionado a líderes indígenas para que expongan sus problemas ante el mundo, ellos hablarán de sus problemas, de sus logros o fracasos para mantener y mantenerse en su tierra, nos contarán su lucha diaria en un mundo que ignora y desprecia sus códigos vitales.

Pero ¿Cuál es la situación 20 años después? Los problemas denunciados entonces no han mejorado y, en muchos casos, como en el de la utilización sostenible de los recursos energéticos y naturales, ha empeorado. De nada han valido las campañas de organizaciones como Greenpeace, o la intervención de ídolos populares como Sting y son casi inexistentes los líderes políticos que se han propuesto como objetivo salvar el pulmón del mundo, por no hablar de la insensibilidad de sus habitantes o la avaricia de los colonos que solo ven en ese territorio una enorme fuente de riqueza fugaz.

Más aún, la sensibilidad popular ante este tipo de problemas ha disminuido. Las angustias económicas se han llevado muchas cosas, también la preocupación por el medio ambiente, que hoy se encuentra en un nivel de baja prioridad para el público y los políticos.

Por eso, desafortunadamente, no se puede esperar gran cosa de la Conferencia. No hay perspectivas de que se aprueben medidas que obliguen a modificar nuestros hábitos de consumo energético o alimentario, y si se llegan a aprobar, estarán condenadas a seguir el triste camino de las anteriores. CONVERTIRSE EN LETRA MUERTA.

Los países más desarrollados siguen devorando recursos para poder mantenerse a flote y los que están en proceso de desarrollo ven a la Amazonia como un artículo a ofrecer al mejor postor, y se la entregarán a quien más dinero ponga en sus paraísos fiscales sin pedir nada a cambio.

A nadie le interesa el mañana, ningún gobierno se preocupa por los habitantes de la región y las aguas contaminadas serán un problema a resolver para las futuras generaciones, mientras tanto, ellos disfrutarán de sus ganancias en algún paraíso del pacifico, rodeados de rubias despampanantes y la vida seguirá siendo una fiesta.

Eso es lo de menos, este año les darán la palabra a los indígenas y luego los devolverán a casa con un documento que la selva devorará, pero que no digan que no los tuvieron en cuenta en Rio+20+… hasta la próxima.

Por Ladypapa, colaboradora de Soyperiodista.com

Por Por Ladypapa, colaboradora de Soyperiodista.com

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