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Es un hecho: cada vez más familias deciden tener mascotas. De acuerdo con la consultora Brandstrat, seis de cada diez hogares en Colombia tienen una mascota, de las cuales cerca del 60 % son perros. La firma Kantar Worldpanel pinta un panorama más amplio: dice que en el país más de 3’500.000 hogares tienen mascotas, de las cuales 67 % son perros, 18 % gatos y 16 % ambos.
Pero, ¿cuántas de estas personas se informan sobre el animal que van a adquirir? Apenas el 10 %, el resto decide adoptar o comprar un animal llevado por sus emociones. Un grave problema, de acuerdo con especialistas, pues por eso es que hay tantos animales abandonados.
Uno de los problemas que más agobia a los dueños de mascotas es no saber cómo alimentar a su animal de compañía. ¿Es usted de los que creen, por ejemplo, que los perros son carnívoros, que las sobras de su cocina les sientan bien o que los huesos les sirven para fortalecer las encías? Si es de los que hace esto, es hora de cambiar.
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Hay una tendencia que promueve dietas caseras y crudas, conocidas como BARF, que podrían causar deficiencias nutricionales, enfermedades como obesidad o problemas asociados con el desarrollo de salmonela, infección que se puede transmitir de animales a humanos.
Al respecto, Astrid Rivera Rivera, médica veterinaria de la Universidad Nacional, magíster y doctora en nutrición animal, explica que “las dietas crudas no son buenas”. Dice la experta que lo mejor es una dieta de precisión, un método que tiene en cuenta la raza, la actividad física, la etapa de la vida y el peso del animal para darle una alimentación balanceada.
Rivera explica que las diferencias biológicas entre perros y gatos son marcadas. El perro evolucionó del lobo, y en principio se alimentaba de carne, pero debido a la domesticación humana amplió su alimentación a semillas, leguminosas y pronto se volvió omnívoro. El gato, por otra parte, era destinado a combatir plagas de ratones en navíos; como premio se le alimentaba con pescado, lo que lo hace un carnívoro estricto. Por eso la tendencia de volverlo vegetariano le hace mucho daño.
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“Los canes solo necesitan una ración de comida al día, mientras que los felinos sí deben comer varias veces en pequeñas cantidades. El agua es el principal componente de una dieta equilibrada, así como carbohidratos, proteínas, grasas, minerales y vitaminas”, insiste Astrid Rivera.
Una de las dietas más comunes, pero más polémicas es la BARF, que promueve darles a los animales alimentos crudos como carne, leche y huevos. “Sin embargo, darles alimentos que no están debidamente tratados o no darles la cantidad que necesitan pueden generarles varios problemas”. Y qué decir de aquellas caseras, en donde les damos de lo mismo que comemos: arroz, carne, vegetales, fríjoles, que al dueño le parecen buenas porque “están bien preparadas”. Según la American Veterinary Medical Association, lo crudo puede transmitir salmonela y la dieta de casa los priva de valiosos nutrientes. La veterinaria es enfática en decir que “las necesidades humanas y animales son muy diferentes”. Tome nota.