El debate de la seguridad

El ex alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, considera que algunos de los retos en este tema son el fortalecimiento de las instituciones y el combate de los pequeños delitos.

El Espectador
23 de noviembre de 2010 - 07:35 p. m.

En momentos en que el Gobierno Nacional se apresta a estructurar una política nacional de seguridad urbana, El Espectador invitó a Rudolph Giuliani, ex alcalde de Nueva York que le hizo frente a los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en esa ciudad, para debatir acerca de los retos de la seguridad urbana en un mundo en el que la globalización ha llegado hasta al terrorismo.

El éxito de Giuliani al frente de la alcaldía de Nueva York (fue el primer alcalde republicano elegido en los últimos 25 años, además fue reelegido para un segundo período) consistió en su enfoque casi monotemático en tratar la seguridad en sus aspectos más cotidianos, aquellos que golpean más a la gente. La estrategia del ex mandatario se denomina la ventana rota.

Imagine un edificio con un vidrio quebrado. Ignórelo. El siguiente, también. Progresivamente, a punta de pequeños daños, el edificio estará deteriorado por completo. El enfoque de Giuliani en el tema de seguridad fue en los pequeños crímenes que invadían esta ciudad y que la habían hecho epicentro del delito en Estados Unidos durante el principio de los años noventa. Mediante una serie de acciones en contra de diversos sectores, desde los grafiteros, pasando por los vendedores de droga, hasta las prostitutas, el ex alcalde imprimió un mensaje en la conciencia colectiva de la ciudad: éste es un territorio en donde la ley se respeta.

Como resultado de esta estrategia, Nueva York pasó de ser un ejemplo de criminalidad rampante a la ciudad grande más segura de Estados Unidos, incluso por encima de muchas ciudades intermedias. “La mejor política económica que tuvo Nueva York fue la reducción del crimen. Los turistas volvieron y más de medio millón de personas eligió la ciudad como su sitio de residencia gracias a las garantías en seguridad”.

¿Cómo replicar este éxito contundente? Para el general Óscar Naranjo, director de la Policía y encargado de abrir el foro, es vital entender la seguridad como un tema de toda la ciudadanía y no de exclusividad de la Fuerza Pública. “La seguridad ciudadana se trata de mover la voluntad de las personas. El ciudadano suele estar enfrentado al dilema de qué es legal y qué no lo es”.

Según Naranjo, el país ha avanzado bastante en el camino de la seguridad. De 29.000 homicidios registrados en 2002 se pasó a 15.817 el año pasado, una tasa de 33 asesinatos por cada cien mil personas. Sin embargo, aún queda un largo y espinoso trecho. Los estándares internacionales hablan de 22 homicidios por cien mil habitantes. “Tasas por encima de esto representan sociedades enfermas de violencia e inseguridad. Vivimos en tiempos en los que la hostilidad se ha apoderado del sentimiento colectivo: la gente sale a la calle y ve su movilidad reducida a cero y eso genera hostilidad, entre otras cosas”, aseguró Naranjo.

David Spencer, experto norteamericano en seguridad y doctor en ciencia política invitado al foro, concuerda con la posición del general Naranjo al afirmar que el éxito de una política de seguridad ciudadana radica en convencer a la gente de que el medio para solucionar los conflictos son las instituciones. “Es un tema que no depende del número de efectivos de Policía que tenga, sino de las personas. Es como en la guerra: los militares sólo se encargan de abrir la puerta, pero es la sociedad la que debe ocupar la casa”.

Los expertos, tanto Giuliani como Spencer, coinciden en afirmar que la seguridad no es un asunto meramente policivo, sino también un tema de inversión social en tópicos como educación, salud e infraestructura. “En Nueva York, cuando habíamos eliminado a todos los vendedores de droga de un área, una tarea en la que empleábamos dos mil policías, dejábamos en el área cerca de mil e invertíamos fuertemente en mejorar las condiciones del lugar. El mensaje para la gente es que nunca más los dueños de todo serían los delincuentes, sino la propia gente con las instituciones”, dijo el ex alcalde.

Según Spencer, el país ha dado pasos enormes para acabar la guerra. “Muchos en mi país consideran que el Plan Colombia salvó a Colombia. No, ustedes lo han hecho solos, aunque las ayudas internacionales, especialmente la de Estados Unidos, han contribuido a acelerar el proceso”. En la misma línea se expresó   Giuliani: “Hoy lo que más se necesita es que lo primero que piense la gente cuando oiga ‘Colombia’ sea la belleza de sus playas, sus ciudades, su comida y, en los últimos lugares, recuerde la droga y la guerrilla”.

Por El Espectador

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