Según una fuente policial citada por la agencia IANS, además de los cuatro civiles un paramilitar perdió la vida durante los enfrentamientos. Una persona murió y otra resultó herida cuando los agentes abrieron fuego contra un grupo de manifestantes musulmanes que estaba apedreándoles en el área de Narbal, en las afueras de Srinagar, informó una fuente oficial, citada por la agencia PTI.
En la localidad de Pulwama, cerca también de Srinagar, otro joven murió y cuatro personas recibieron heridas de bala en choques entre la Policía y los manifestantes.
Una adolescente de 18 años falleció por disparos de los agentes en el distrito de Kupwara, en un tiroteo que las autoridades están investigando, según la fuente.
Mientras, la cuarta víctima perdió la vida en el municipio de Hajan, a unos 40 kilómetros de Srinagar, cuando la Policía abrió fuego después de un grupo de manifestantes tomara como rehén al subcomisario del distrito de Bandipora.
En esa misma localidad cuatro miembros de las fuerzas de seguridad sufrieron heridas después de recibir disparos de manifestantes, tras lo cual los agentes abrieron fuego y causaron heridas de bala a otras 15 personas.
Las fuerzas del orden han detenido hoy al líder del Frente de Liberación de Jammu y Cachemira (JKLF), Yasin Malik, que a pesar de estar bajo arresto domiciliario salió de su residencia en Srinagar esta mañana junto a 50 seguidores para llevar a cabo una protesta en el casco viejo de la ciudad
“Hemos arrestado a Malik y sus seguidores se han dispersado tras su arresto”, dijo a IANS una fuente policial.
Los dos líderes de la escindida Conferencia Hurriyat, Syed Alí Guilani y Umer Faruq, fueron también detenidos durante la pasada madrugada en sus domicilios, una decisión que se tomó ayer en una reunión presidida por el gobernador de la Cachemira india, N.N. Vohra.
Las autoridades impusieron ayer el toque de queda en toda la región, detuvieron a varios líderes e impusieron arresto domiciliario a Malik, Guilani y Faruq, lo que no impidió que una persona muriera y 50 resultaran heridas en disturbios entre manifestantes y las fuerzas de seguridad.
El Ejército indio se mantiene desplegado a lo largo de los 400 kilómetros de la carretera que comunica Jammu, capital de invierno de Cachemira, con Srinagar.
El detonante de las nuevas protestas en la región fue la cesión a finales de mayo pasado de tierras a un comité hindú para alojar a sus peregrinos en Amarnath, que luego fue revertida y degeneró en protestas también de los hindúes, sobre todo en Jammu, y en enfrentamientos entre las dos comunidades.
La ola de violencia, que se ha cobrado hasta ahora la vida de más de 40 personas y supuesto pérdidas millonarias para la industria frutera local, ha soliviantado los ánimos de la población musulmana que los líderes separatistas han sabido movilizar.
También en Digina, a las afueras de Jammu, donde se concentra la minoría hindú que vive en Cachemira, se registraron choques entre manifestantes de esta comunidad y los agentes, que causaron doce heridos, según la agencia IANS.
Pese a las negociaciones que mantuvo una plataforma hindú ayer con las autoridades, han anunciado más movilizaciones hasta finales de mes para exigir la devolución de las tierras de Amarnath.
Además de la agitación de las dos comunidades religiosas, se produjo en Cachemira un choque armado entre el Ejército y un grupo de insurgentes infiltrados en el área de Gulmarg, fronteriza con Pakistán, en el que murieron cuatro separatistas, informó el portavoz de Defensa C.K. Kachhari.