El agente recorrió unos diez kilómetros con la bomba adosada a su vehículo sin que llegara a estallar. Lo que hizo que la bomba no estallara fue un fallo en el sistema de activación por movimiento, según las fuentes, que agregaron que el artefacto estaba compuesto por cerca de un kilo de explosivo.
El artefacto fue localizado a la llegada del agente al cuartel del Cuerpo Nacional de Policía en la localidad de Basauri, próxima a Bilbao, en la revisión de seguridad que se efectúa en el punto de control de la entrada
Una vez constada la presencia de la bomba los artificieros lograron desactivarla.
La última bomba de esas características fue colocada por la organización terrorista Eta el pasado 9 de octubre en el automóvil del escolta Gabriel Ginés, que sufrió heridas.
Ginés era el guardaespaldas del concejal socialista Juan Carlos Domingo, en la población vasca de Galdácano. El ministro español del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, atribuyó la autoría del hecho a la banda terrorista Eta, de la que añadió que “conserva plenamente su voluntad criminal”.
Tras asegurar que los terroristas “llevaban las peores intenciones”, agregó que los expertos analizan ya el tipo de explosivo utilizado así como el mecanismo de activación.
Eta ha empleado en diferentes ocasiones el sistema de la bomba adosada a un vehículo, aunque no es la primera vez que falla el mecanismo.
En el País Vasco surgió hace cuarenta años la organización terrorista Eta que busca por las armas la independencia de esa región de España y que ha asesinado a más de 850 personas.