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Leo

Si toma decisiones conquistará el año 2009 desde el primer día, lo perderá si espera que las cosas cambien solas.

El Espectador
04 de enero de 2009 - 03:00 a. m.

El ritmo frenético de este año lo asustará, sabe qué debe hacer, lo ha pensado, ha tratado de encontrar la manera por una vía u otra, tiene los riesgos calculados, los éxitos previstos. Reconoce que no puede esperar y, sin embargo, deja pasar las horas. La resolución es clave, como afirma la reina de espadas del Tarot, su tercer arcano.

Necesita alejarse de los consejos inspirados en las buenas intenciones del prójimo. Aceptará que cuando las personas no estén de acuerdo con su forma de ser y actuar se retiren en medio de escenas temperamentales. No importa, está seguro de lo que quiere y lo hará valer a pesar de los enfrentamientos por culpa de su comportamiento liberal.

Es un animal salvaje, le cuesta trabajo asumir la costumbre amorosa, se da mil disculpas para huir del compromiso. Ha sido trotamundos, se encanta y también encanta. Sus historias son múltiples, en el fondo se siente mal por no detenerse en ningún puerto. Este año puede hacerlo. Sus fantasías amorosas lo conducen a la estabilidad para descubrir que ésta no es necesariamente la muerte ni el fin de la ilusión. Y usted será el primer sorprendido con esta transformación de fondo. Sus amigos y conocidos siempre han pensado que en el amor se hace el difícil, más de lo que es en realidad, por el pánico al compromiso. Ellas y ellos han creído que su mayor deseo es la estabilidad al lado de alguien que valore el calor del fuego, la conversación, la ayuda mutua.

Su trabajo se dirigirá a realizaciones colectivas, se dejará influenciar por las opiniones de los demás y también los influenciará con su manera de ver las cosas en el largo plazo.

Es consciente de que no puede vivir en este país de vientos y tempestades desde la crítica, sin hacer nada. Aprovechará su carisma para encabezar cruzadas con la seguridad de que un grano de arena al lado de otro cambian el mundo a favor de una vida digna.

No tolerará abusos, pondrá las cosas en claro, fijará límites. Tiene carácter, no pueden manipularlo, peleará no solamente por sí mismo sino por otros. Es valiente en la noche oscura.

Se aburrió de la indiferencia porque todos perdemos, se rebelará contra la violencia, la corrupción, la indignidad. Aspira a la paz y a una vida mejor en todos los sentidos. Velas amarillas, muchas velas amarillas.

Por El Espectador

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