Los Transformers, esos carros articulados de juguete que surgieron en la década de los 70 y que podían convertirse en robots, han regresado al cine apenas dos años después de la primera vez con una película de casi dos horas y media plagada de peleas, carreras y chispas.
Con un reparto prácticamente calcado de la película estrenada en junio de 2007 y con Steven Spielberg de nuevo en la producción, su director, Michael Bay, vuelve a ofrecer al público un filme de ritmo trepidante, cargado de efectos especiales, varios golpes de humor, una pequeña dosis de "moralina" y sin grandes complicaciones de guión.
El rodaje se llevó a cabo en varios países, entre ellos Egipto, donde transcurre la última batalla, una de las más espectaculares de la película y en la que las pirámides juegan un papel fundamental.
Uno de los actores jóvenes más prometedores de Hollywood, Shia Labeouf (conocido por interpretar al hijo de Indiana Jones) , comparte protagonismo con Megan Fox, quien se dio a conocer con el primer Transformers y que el año pasado fue elegida como la mujer más sexy del planeta por los lectores de una conocida revista masculina.