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Una elección a futuro

PARA QUIENES TODAVÍA CONFÍAN en que la política nacional, y el país mismo, no pueden paralizarse por la eventualidad de una posible segunda reelección inmediata del presidente Álvaro Uribe según avance el proceso para un referendo que la permita, las consultas internas que se celebran hoy para elegir los candidatos a la Presidencia de la República del Partido Liberal y del Polo Democrático Alternativo resultan de una importancia crucial.

El Espectador
26 de septiembre de 2009 - 10:00 p. m.

Se juegan los dos partidos, minoritarios y arrinconados frente a la fuerza cautivante y polarizante del presidente Uribe durante estos ocho años, sus signos vitales, ni más ni menos, como fuerzas de influencia y eventuales opciones de poder cuando el escenario sea otro.

Por los lados del Partido Liberal, si bien ninguno de los seis precandidatos —Rafael Pardo, Aníbal Gaviria, Cecilia López, Alfonso Gómez, Iván Marulanda y Héctor Helí Rojas— logró despertar durante la campaña un fervor especial, valiente ha sido la colectividad en no detener su proceso modernizador y acudir a la consulta, en lugar de caer en la tentación fácil, dado el contexto, de entrar en juegos de mecánica política interna para aclamar a uno u otro. Es cierto que en los últimos días se ha querido enfocar la consulta en una batalla entre las fuerzas gaviristas y samperistas —esto es, entre el ala neoliberal más hacia el centro y el ala socialdemócrata más a la izquierda—, pero lo cierto es  que la oferta de nuevas caras con programas y propuestas disímiles plantea un camino de inclusión dentro de la diferencia que puede resultar muy importante para el país posterior al caudillismo.

A ese fortalecimiento incluyente a futuro  —y ojalá no nos equivoquemos— parecería estar apuntando el Partido Liberal con su consulta de hoy, más que a buscar un candidato que le pueda competir en serio al presidente Uribe si llega a postularse de nuevo. Tanto más cuando también llevará a la urnas la selección de las directivas locales, una movida de apertura que además promete elevar el número de votantes hasta una cifra cercana a los dos millones. Lo cual dejaría al candidato elegido con un respaldo significativo para enfrentar el anunciado segundo tiempo: una consulta interpartidista entre dicho candidato, el escogido del triunvirato de ex alcaldes de Bogotá cobijados por Opción Centro, el candidato de Cambio Radical, Germán Vargas Lleras, y quizás otras figuras políticas interesadas en sumarse a una coalición amplia como alternativa a la continuidad en el poder del presidente Uribe.

La consulta del Polo no es menos trascendental. Tiene al frente la principal fuerza de izquierda, tras años de constante crecimiento, decisiones esenciales, que también afronta con valentía y modernidad al someterlas al juzgamiento de sus votantes. Como se ha venido recalcando desde hace tiempo, frente al modelo de izquierda que se quiere seguir, una incluyente y amplia, más cercana a la socialdemocracia, o una purista y sin concesiones, identificada como izquierda radical. Pero además, ante la insoslayable realidad de una posible segunda reelección inmediata del Presidente al que el Polo ha confrontado de frente, la definición de hoy también es por emprender la batalla en solitario o permitir que el partido se sume a esa convergencia en gestación de fuerzas que se niegan a que todo esté decidido por siempre y para siempre.

A veces las elecciones son cimientos para ir conformando —o restaurando— las fuerzas del futuro. Y la de hoy es una de ellas.

Por El Espectador

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