A la polémica suscitada esta semana por el fallo de la Corte Constitucional que ordena introducir una cátedra sobre el aborto en los colegios, se sumaron las opiniones de monseñor Libardo Ramírez Gómez, presidente del Tribunal Nacional Eclesiástico, en las que dice que la Corte está siendo dictatorial, imponiéndose en ámbitos que no son de su competencia. El prelado propuso que se piense en un acto legislativo que lleve a penalizar el aborto en todos los casos, pues lo considera un asesinato de niños.
¿Qué piensa de la cátedra del aborto?
No simplemente como sacerdote, o como religioso, sino desde el punto de vista humano me parece horroroso. Yo estoy pensando en escribir un artículo que se llame “Cátedra del asesinato”, porque dar una cátedra de educación sexual amplia, defendiendo los valores de las personas, es buena. Pero hacerla para mostrarles a las jovencitas que son violadas —y que pueden ser inventos de ellas— que pueden matar al feto, no me parece adecuado.
¿Bajo qué condiciones estaría de acuerdo con la cátedra?
Si no se mantiene como se ha pensado, como ha ordenado la Corte, sin tener atribuciones para eso, porque no puede darles mandatos a los ministerios. Ellos se han convertido en unos verdaderos dictadores, no constitucionalistas. Ellos pueden dar opiniones, pero no imponerse. Si es cátedra de educación sexual bien, pero si es para hacerle propaganda al aborto es una cátedra del asesinato.
¿En ningún caso está de acuerdo con el aborto?
El aborto es propiciar un asesinato, es asesinar a una persona con premeditación y alevosía, y eso es lo que se hace con los niños. Una persona se hace desde la concepción en el vientre humano. Entonces, atentar contra esos niños es un asesinato.
Usted propuso un referendo en contra del aborto, ¿aún persiste en ello?
Un referendo tiene muchas dificultades. Es la manera de expresar lo que muchos laicos, católicos y judíos piensan sobre el aborto. Existe en la Constitución de Colombia un artículo en donde dice que la vida humana es respetada, y se prohíbe la pena de muerte. Falta agregar que la vida humana es un derecho irrenunciable, desde la concepción hasta la muerte, habría que promoverlo por medio de un acto legislativo.
¿Usted lo promoverá?
Eso sería más adelante.