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Primeras mujeres militares, listas para participar en la guerra

El Ejército ha sido el último cuerpo de la fuerza pública colombiana en llamar a sus filas a mujeres.

El Espectador
22 de noviembre de 2009 - 10:23 a. m.

Tras casi un año de duros entrenamientos, el primer grupo de mujeres militares colombianas ya está listo para combatir, desde la plana mayor del Ejército, en la guerra interna que padece su país.

Corren, trepan, saltan y se camuflan bajo el mismo sol asfixiante que sus compañeros, pero estas 62 jóvenes, que formarán parte de un batallón contraguerrillas, no portarán fusiles por el momento, sino que trabajarán desde las altas jerarquías del cuerpo castrense
"Nosotras no vamos a estar en el terreno, sino detrás, en la plana mayor del Ejército" , explicó la cadete Ingrid Arango Calderón, quien matizó que por ahora realizarán labores de inteligencia, comunicaciones y logística, para más adelante incorporarse a la Artillería e Infantería.

El Ejército ha sido el último cuerpo de la fuerza pública colombiana en llamar a sus filas a las mujeres, quienes en los últimos 25 años sólo han podido asumir cargos administrativos.

Pero a raíz de una propuesta de Ley, el Ejército integró a 62 mujeres para que, a partir de enero de 2010, se conviertan en oficiales capaces de comandar un pelotón y participar en una guerra regular.

La incorporación militar de las mujeres es un fenómeno habitual en los ejércitos de países como Chile, Brasil, Francia, Estados Unidos o España, pero el caso colombiano se reviste de una mayor relevancia al tratarse de un territorio castigado desde hace más de cuatro décadas por un conflicto armado.

El director de la escuela militar colombiana, brigadier general Juan Carlos Salazar, dijo que en sus visitas a las academias militares de Chile, Brasil y Francia detectó que las instrucciones son mixtas y se prohíben relaciones afectivas entre compañeros de distinto sexo.

Sin embargo, encontró que "los entrenamientos son más light" que en Colombia, al constatar que eso se debe a que "se trata de países que superaron sus experiencias bélicas".

En la base militar de Tolemaida, a unos 90 kilómetros al sur de Bogotá, los cadetes colombianos desarrollan dos veces al año entrenamientos de combate y estas mujeres se han unido en las últimas semanas por primera vez a estos ejercicios.

Para superar las pruebas, las militares colombianas han cruzado ríos a nado, han simulado descensos de un helicóptero y han preparado tácticas de fuego y movimiento.

El teniente Andrés Vargas Triana, instructor de asalto aéreo, observó que estas jóvenes tratan con tesón de superar las barreras de las capacidades físicas y se muestran "más seguras" a la hora de lanzarse, mientras que los hombres lo hacen de manera "más arriesgada".

Y es que las cadetes deben conocer la práctica militar de primera mano de acuerdo al principio de "autoridad moral" , ya que muy pronto tendrán a soldados como subordinados.

De hecho, practican actividades de campaña en guerra regular y han aprendido a armarse con granadas de mortero, bombas de humo y ametralladoras para defender su territorio del ataque del enemigo o asaltar un campamento guerrillero.

"De cuatro combates sólo perdimos uno" , se jactaron las cadetes, al recordar la sensación de tener que "dormir a ratitos, a rangerazo (a campo abierto)" , y siempre alerta ante una eventual visita del enemigo, que durante las prácticas han sido sus propios compañeros.

Detrás de la incorporación a la carrera militar de estas 62 jóvenes hay un sinfín de historias personales marcadas por la vocación o por experiencias de familiares que pertenecieron al Ejército e incluso fallecieron en combate.

Por El Espectador

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