Crecimiento de Google inquieta a defensores de la privacidad

Quizás la amenaza más grande para el creciente dominio de Google en las búsquedas por Internet y los anuncios en línea es el miedo creciente, justificado o no, de que esté adquiriendo un poder casi desenfrenado.

Agencia AP
14 de noviembre de 2008 - 12:53 p. m.

Este escrutinio va más allá del ojo escéptico que el Congreso y el Departamento de Justicia han tenido ante la propuesta asociación de Google y Yahoo. Muchas objeciones a ese acuerdo son financieras y tienen que ver con el temor de las autoridades de que Google y Yahoo pudieran elevar injustamente los precios de los anuncios en línea.

Una preocupación a más largo plazo podrían ser las críticas que ha despertado algo menos tangible: el derecho a la privacidad. Mientras Google avanza cada día en el terreno de la informática, provoca nuevos interrogantes sobre su capacidad de recolectar información personal de los usuarios, potencialmente delicada.

¨¿Por qué Google archiva los detalles de las búsquedas de los usuarios por tanto tiempo? ¨¿Qué hace con la información? ¨¿Combina los datos del motor de búsqueda con la información que obtiene a través de otras fuentes, como su navegador Chrome, lanzado recientemente?

Los datos recogidos a través de la mayoría de los servicios de la compañía “desaparecen en un agujero negro una vez que llega a ’Googleplex”, afirma, refiriéndose a la oficina principal de Google, el director de la organización Privacidad Internacional, Simon Davies, con sede en Londres. “Es imposible rastrear esa información”.

Google califica generalmente tales preocupaciones como resultado de una falta de información. Por ejemplo, la compañía dice que guarda las búsquedas hechas a través de su popular motor de búsqueda para mejorar su servicio, principalmente.

Pero si las críticas son válidas o no, probablemente indican el tipo de batallas que Google enfrentará mientras, como Microsoft en la década de 1990, se coloca en el corazón del mundo establecido de la tecnología.

El lanzamiento de Chrome en septiembre fomentó los conflictos en ciernes. Para Google, el nuevo navegador es sólo una plataforma sobre la cual los programas informáticos del futuro, ubicados en la Internet y no en las computadoras, podrían ejecutarse más eficazmente.

También es una señal de que Google entiende su poder creciente, ya que el lanzamiento de un navegador propio es un desafío directo a Microsoft.

En varios círculos, Chrome provocó sospechas. El grupo de defensa de los derechos de los consumidores Consumer Watchdog, con sede en Santa Mónica, California, alega que el navegador ha cruzado una línea nueva.

En una carta enviada a mediados de octubre a los directores de Google, el grupo dijo tener “preocupaciones graves sobre la privacidad” relacionadas con el nuevo navegador, debido al traslado de datos de los usuarios a través de los servicios de Google, sin darles a las personas “transparencia y control apropiados”.

Una de las quejas de Consumer Watchdog es la barra de navegación de Chrome, que puede usarse tanto para escribir una dirección en Internet o una búsqueda. El grupo subraya que cuando un usuario teclea en la barra de navegación, Chrome manda los caracteres ingresados a Google, antes de que el cibernauta pulse la tecla “Enter” para finalizar la orden.

“La compañía está teniendo literalmente una conversación inadvertida consigo misma, sobre usted y su información”, aseguró el presidente de Consumer Watchdog, Jamie Court.

Brian Rakowski, gerente de productos de Chrome, afirma que los temores del grupo defensor de los derechos del consumidor surgen de la confusión sobre el papel que juega el navegador de Google en Internet.

“Sin esa información estaríamos volando como si estuviésemos ciegos, así que tenemos que recolectar un poco”, argumentó. “Realmente es un mínimo (de información recopilada), para que podamos proporcionar ese servicio”.

La función de texto predictivo en el campo de búsqueda puede desactivarse del navegador o cuando se usa el motor de búsqueda en la página de bienvenida de Google, pero no queda evidente de inmediato el cómo hacerlo.

Una manera de desactivar esa función es a través de una etiqueta de Chrome llamada “incógnito”, lo que permite al usuario navegar por la Internet sin revelar sus actividades a las personas que tienen acceso a la misma computadora. Sin embargo, el grupo del consumidor objeta el propio diseño de “incógnito”. Consumer Watchdog alega que la desactivación de la función hace pensar a los usuarios que su navegación es totalmente privada, pero de hecho Google sigue recaudando un poco de la información digitada por un cibernauta y los servidores informáticos de la compañía.

“La manera en que Google ha desarrollado Chrome es la de un Caballo de Troya digital para recolectar aún más masas de datos del consumidor para los negocio de publicidad digital de Google”, afirmó Jeff Chester, director ejecutivo del Centro para la Democracia Digital, una organización defensora de los derechos del consumidor.

Court afirma que con todos sus productos, Google tiene ahora más oportunidades que sus pares de obtener información personal de los usuarios sin que se enteren.

“Los fundadores de Google podrán decir ’Vamos a proteger esa información’, pero no hay ninguna otra compañía”, agregó, “en la posición de poder aprovecharse de esa información, como Google lo está”.

Por Agencia AP

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