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Los empresarios españoles relatan las horas atrapados en el hotel Oberai

Dos empresarios españoles que viajaron con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, continuaban la noche del jueves retenidos en sus habitaciones del hotel Oberoi de Bombay. Un tercer directivo, Francisco Garrote, que había viajado a la India por su cuenta, logró salir del establecimiento y refugiarse en el Consulado de España.

Javier Barroso/ El País de España
27 de noviembre de 2008 - 04:16 p. m.

Los dos ejecutivos que permanecían retenidos son el consejero delegado de Ferrovial-Agromán, Alejandro de la Joya, y el director general de Comercio Internacional de Isolux-Corsan, Álvaro Rengifo Abad. Ambos se encontraban bien de salud y tranquilos, a la espera de que la policía acabara con el grupo terrorista que había irrumpido en el hotel. Los agentes les aconsejaron que apagaran la luz, que no dejaran entrar a nadie en la habitación y que esperaran la llegada de los policías. Ambos están en una misma habitación de la planta 14. Llevan dos noches oyendo explosiones y tiros a su alrededor.

Ambos empresarios estuvieron en contacto permanente con sus distintas empresas. Según un portavoz de Ferrovial, De la Joya habló con el presidente de la compañía y con su esposa. Restringió el resto de llamadas. Rengifo Abad pudo mandar un mensaje corto de móvil por la mañana a un directivo de Isolux, en el que decía que estaba bien. Conforme avanzó el día, contactó con su familia y con los directivos de la compañía. Pudo incluso contestar a algunos correos electrónicos desde su teléfono móvil. “Nos han pedido máximo silencio. Estamos bien, pero todavía dentro del hotel”, dijo a la agencia Efe por teléfono desde el interior del Oberoi uno de ellos, Alvaro Rengifo. El que tuvo mayor suerte fue Francisco Garrote, que estaba en la planta 21 del hotel Oberoi. Logró salir a primera hora de la mañana (hora española) y llegar hasta el Consulado Español, que se encuentra a unos cinco minutos en coche, según fuentes de la delegación de la Comunidad de Madrid. Garrote declinó hacer declaraciones a este periódico. Al igual que el resto de la delegación estaba a la espera de la llegada del avión de la Fuerza Aérea Española enviado por el Gobierno para regresar a su ciudad lo antes posible.

El que no estaba dispuesto a viajar en el avión español era el eurodiputado de CiU (Convergencia i Unió, derecha nacionalista catalana), Ignasi Guardans, informa Rebeca Carranco. “Pensábamos tomar el avión, pero parece que ha habido un error de cálculo, y no hay suficientes plazas para toda la comitiva”, lamentó Guardans. Estaba previsto que la delegación de parlamentarios europeos --siete diputados y 10 funcionarios--, partiera el jueves con el airbus de la fuerza aérea española, pero finalmente saldrán el viernes en un avión fletado por el Gobierno francés. “Me han ofrecido volver a mí solo con el avión español, pero me ha parecido que lo más decente es irme con toda la delegación”, indicó Guardans.

La situación de los dos empresarios que viajaban con Aguirre no era la única en Bombay. Sólo en el hotel Oberoi estaban unas 200 personas repartidas en sus habitaciones. Los terroristas iban armados con modernos rifles de asalto y con granadas. Al menos 70 personas de ella fueron liberadas alrededor de las cinco de la tarde del jueves, tras la ofensiva lanzada por fuerzas indias. Los policías fueron habitación por habitación liberando a los clientes y arrestando o disparando contra los terroristas que se habían ocultado en las distintas plantas de este hotel de lujo situado junto a la playa. En el cuarto piso, que estaba envuelto en llamas, había unos 30 clientes, según la prensa local. Los terroristas que habían asaltado el hotel Taj Mahal, donde también estaban retenidas unas 70 personas, murieron tras un día de enfrentamiento con las fuerzas de seguridad india. El general R.K. Hooda, que supervisó las operaciones en el hotel Taj Mahal explicó que los comandos del Ejército que entraron en los hoteles que tenían tomados los terroristas encontraron una fuerte resistencia de éstos, ya que estaban muy bien armados y atrincherados dentro, informa Europa Press.

Tras las operaciones en este hotel y el Taj Mahal, los efectivos indios han asaltado también la Casa Nariman, un centro judío situado también en Bombay y en el que se cree que hay numerosos rehenes, según informó la prensa local. En un principio fueron liberados una decena de personas, cuyo estado de salud se desconocía. El centro estaba tomado por siete terroristas, de los que seis habían muerto en el asalto de la policía y las fuerzas indias, según las autoridades locales.

Desde este mismo lugar uno de los terroristas atrincherados había asegurado a un canal de televisión que el grupo estaba dispuesto a negociar con el Gobierno indio sobre la liberación de los rehenes y había acusado al Ejército indio de la muerte de musulmanes en Cachemira.

Por Javier Barroso/ El País de España

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