Fuentes legislativas dijeron que el plan llegó a un punto muerto cuando los sindicatos de la industria automotriz rechazaron demandas republicanas de aceptar una reducción inmediata de salarios.
Harry Reid, líder de la mayoría en la cámara alta, había dicho que el principal arquitecto republicano del acuerdo le estaba informando a sus colegas en torno a la solución negociada y los demócratas estaban preparados para avanzar rápidamente en torno a ella. “Estamos listos para seguir adelante”, sostuvo.
Hizo su anuncio horas después de un maratón de conversaciones en el Capitolio entre sindicalistas, legisladores y directivos de las empresas automotrices para salvar a éstas con un préstamo por 14.000 millones de dólares. Las conversaciones versaron sobre posibles concesiones salariales y de prestaciones de parte del sindicato de Trabajadores Automotrices Unidos, así como una reestructuración en gran escala de la deuda de General Motors Corp., Ford Motor Co. y Chrysler LLC.
“Todos los temas aún siguen en la mesa de negociaciones”, aseguró el senador Dick Durbin, el demócrata número dos en el Senado. El progreso de las negociaciones es el último acontecimiento en el largo y controversial debate sobre si se debería ayudar a la industria automotriz, ahogada en problemas financieros. El tema adoptó un tono de urgencia la semana pasada cuando el gobierno reportó que se perdieron más de medio millón de puestos de trabajo en noviembre, el máximo número de cualquier mes en más de 30 años.