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La movilidad sostenible se construye progresivamente como una prioridad, y los carros eléctricos han surgido como una alternativa prometedora. Sin embargo, persisten ciertos mitos que rodean a estos vehículos, particularmente en relación con la seguridad, el tiempo de carga y su idoneidad para viajes largos. Es fundamental aclarar estas percepciones para comprender realmente el panorama actual de los vehículos eléctricos y su viabilidad en la industria automotriz.
Dayro Sierra, Ejecutivo Comercial de Auteco Mobility y experto en movilidad eléctrica, indica que, en cuanto a la seguridad, existe una percepción errónea de que los carros eléctricos son más propensos a incendiarse en comparación con sus contrapartes de combustión interna. Sin embargo, los fabricantes están implementando rigurosos estándares de seguridad y tecnologías avanzadas de gestión térmica para mitigar cualquier riesgo potencial.
En el caso de los vehículos eléctricos, los incendios pueden ocurrir debido a problemas en las baterías de alta tensión. Las baterías de iones de litio, que son comúnmente utilizadas en los autos eléctricos, pueden sobrecalentarse o dañarse en situaciones como choques graves, cortocircuitos o problemas de carga. Estos eventos pueden desencadenar incendios en las baterías, lo que a su vez puede propagarse al resto del vehículo.
Por otro lado, en los vehículos de combustión interna, el incendio puede ser causado por fugas de combustible o aceite que entren en contacto con superficies calientes del motor o del sistema de escape. Además, los problemas eléctricos, como cortocircuitos en el sistema eléctrico del automóvil, también pueden generar incendios en vehículos de combustión.
A su turno, Julio Giraldo Vélez, gerente de Ingeniería de carros eléctricos de Auteco, menciona que las probabilidades de que un vehículo eléctrico se incendie son considerablemente menores en comparación con uno de combustión. Indica que es más probable que ocurra un incendio en un vehículo a gasolina después de un choque que en un vehículo eléctrico. Esto se debe a varias razones, incluida la composición y la ubicación de los componentes del sistema de propulsión eléctrica, que están diseñados para minimizar el riesgo de incendios en caso de impacto.
Los tiempos de carga
Otro mito común es que los autos eléctricos requieren largos períodos de tiempo para recargarse, lo que limita su conveniencia y practicidad en comparación con los vehículos de combustión. Sin embargo, para Sierra, los avances tecnológicos en infraestructura de carga rápida están cambiando esta percepción. Con estaciones de carga de alta potencia (carga rápida) y la mejora constante de las baterías, incluso muchos modelos de vehículos eléctricos pueden a un futuro recargarse significativamente en un tiempo comparable al necesario para llenar el tanque de gasolina de un automóvil tradicional. Este progreso en la velocidad de carga está allanando el camino para una transición más fluida hacia la adopción masiva de vehículos eléctricos.
Aunque aclara que, hay desventaja en caso de las estaciones de recargas lentas, ya que un vehículo puede tardar siete horas en promedio para completar la carga; mientras que las estaciones de cargas rápidas, que en Colombia son en su mayoría de 60 kW, están diseñadas para completar el 80% de su carga en aproximadamente 40 minutos, según la capacidad de almacenamiento del vehículo.
Para Giraldo, con el paso de los años, la tecnología de carga rápida ha experimentado avances significativos. Se han desarrollado tecnologías más eficientes tanto en términos de velocidad de carga como en infraestructura. Uno de los mayores avances ha sido en el campo de las baterías, que se han vuelto más livianas y con mayor densidad energética. Esto significa que pueden almacenar más energía en el mismo espacio, lo que se traduce en tiempos de carga más cortos y una mayor eficiencia en la recarga de los vehículos eléctricos.
“Esto implica que cada vez se puede almacenar más energía en el mismo espacio, lo que aumenta la autonomía de los vehículos eléctricos. Además, se han introducido nuevos materiales que utilizan electrolitos sólidos en lugar de gelificados, lo que ofrece una mayor densidad energética, una vida útil más larga y tiempos de carga más rápidos”, explica Giraldo.
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¿Y la autonomía?
En lo que respecta a los viajes largos, ha habido dudas sobre si los autos eléctricos pueden cumplir con las necesidades de los conductores que realizan trayectos extensos con frecuencia. Sin embargo, para Sierra, cada vez más fabricantes están lanzando modelos con una autonomía más solida, con mejoras en la tecnología de baterías y en la eficiencia energética de los vehículos, lo que permite viajes de larga distancia sin la necesidad de recargas frecuentes.
Además, la expansión de la red de estaciones de carga rápida está facilitando aún más los viajes largos en carros eléctricos al proporcionar puntos de recarga estratégicamente ubicados en rutas necesarias. Estos avances desafían la noción de que los vehículos eléctricos no son prácticos para los viajes prolongados y destacan su potencial para ser una opción viable para una amplia gama de necesidades de movilidad.
De acuerdo con cifras reveladas recientemente por este diario, se estima que en Colombia hay más de 250 puntos geográficos de carga para vehículos eléctricos con más de 1.000 conectores ubicados en su mayor parte en ciudades como Bogotá, Medellín, Cali, Manizales, Armenia, Bucaramanga y Cúcuta. Actualmente varias empresas se encuentran desarrollando esfuerzos, con el fin de ampliar la oferta de puntos de carga de vehículos eléctricos en diferentes ciudades y en los corredores viales que conectan las principales ciudades del país. Esto es fundamental para hacer que los viajes largos en autos eléctricos sean más convenientes y accesibles para los conductores.
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Sierra enfatiza que en la actualidad se están incrementando los puntos de carga en espacios públicos, particularmente en parqueaderos y centros comerciales. En Bogotá, la colaboración entre Enel X y la Secretaría de Movilidad ha resultado en la creación de puntos de carga completamente operativos, con una inversión que supera los $6.000 millones, los cuales ofrecen una carga rápida y eficiente para optimizar la autonomía de los vehículos eléctricos.
Y observa con optimismo la expansión de la red de estaciones de carga en Colombia, especialmente en los sectores industriales y petroleros. La adopción de energías alternativas libres de emisiones ha impulsado un mayor compromiso con aspectos ambientales como la energía circular, carbono cero y la reducción de la huella de carbono. Esto facilita a los aliados estratégicos de infraestructura de carga pública realizar inversiones de este tipo y generar mayor confianza en los procesos de carga.
Además, existen aplicaciones o plataformas en línea que permiten verificar la potencia, los tiempos, el costo y la disponibilidad operativa de los puntos de carga, como Electromaps, Plugshare, EVSY y ABRP. Estas herramientas no solo facilitan la localización de puntos de carga, sino que también permiten mapear los ascensos y descensos, calcular el porcentaje de desgaste o recarga de la batería, teniendo en cuenta la topografía de Colombia. Esto posibilita evaluar con qué porcentaje de carga se llegará a una estación y cuánto tiempo tardará una carga, ofreciendo herramientas importantes para planificar rutas y generando confianza en los usuarios sobre la autonomía de los vehículos eléctricos.