Cuerpos en movimientos y humor de Yaneth Waldman renuevan el teatro

"Cuatro Puntos" y un nuevo stand-up comedy se pueden ver desde este mes en Bogotá.

El Espectador
11 de julio de 2013 - 03:25 p. m.
El Colectivo Carretel llega el 17 de julio a la Casa del Teatro Nacional para una corta temporada donde nos presentará su aplaudida creación "Cuatro Puntos".  / Teatro Nacional
El Colectivo Carretel llega el 17 de julio a la Casa del Teatro Nacional para una corta temporada donde nos presentará su aplaudida creación "Cuatro Puntos". / Teatro Nacional

Desde el próximo 17 de julio diez bailarines se toman las tablas de la Casa del Teatro Nacional con la obra "Cuatro Puntos". Esta pieza que se pudo apreciar en el Festival Internacional Impulsos cuenta una historia a partir del surgimiento de la vida y la atracción de una manada de cuerpos, a partir de la indagan sobre la limitación física.

En una puesta en escena limpia, climatizada solo la iluminación, los bailarines reflexionan sobre la vida mediante malabares dancísticos que exploran sus posibilidades físicas que dibujan y transgreden la rutina convertida en caos. Juegos cinéticos y espaciales se delinean ante los ojos del espectador con el fin de explorar alegría angustia en los seres palpitantes convertidos en manada.

"Cuatro Puntos" está en temporada entre el 17 y el 27 de julio en la Casa del Teatro Nacional (Bogotá) con funciones de miércoles a sábado a las 8:00 pm.

Por su parte, el teatro La Castellana cambia su cartelera con "La Cenicienta", la historia clásica de Charles Perrault que bajo la dirección de Fernando Castro llega a alegrar los domingos infantiles. La obra, de estreno el domingo 14 de julio, tiene una propuesta moderna y divertida donde la música es protagonista con canciones originales que fusionan blues, jazz, pop y rock, una buena apuesta para divertir a toda la familia.

Finalmente, en el Teatro Nacional Fanny Mikey es Yaneth Waldman la reina de las tablas con su stand-up comedy "Yo nací para sufrir", una confesión de una mujer "feliz, feliz, feliz" a pesar de la infidelidad de su 'flaco' y el oficio que debe realizar cada día. Eso sin contar con el estrés que le genera su hijo cada vez que quiere llevar a la novia a dormir a la casa. El resultado de este stand-up comedy es una "terapia de choque donde muchas mujeres se verán reflejadas" que ayudará a muchas mujeres a volver a comenzar después de los 40 años.

Por El Espectador

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