“Estudiamos, no nos drogamos”: compañeros de alumno muerto

Pancarta en la puerta del colegio en honor a Santiago Sánchez. / Gustavo Torrijos

“No somos drogadictos ni microtraficantes. Somos estudiantes”. “Aquí estudiamos, no nos drogamos”. Las frases las escribieron en carteles los estudiantes del colegio Marco Fidel Suárez para manifestarse ayer frente a su institución, dos días después de la tragedia en la que murió su compañero Santiago Isaac Sánchez, de 14 años, por inhalar, dentro de las instalaciones, una mezcla de sustancias entre las que se contaba polvo de extintor.

Su llamado de atención suena fuerte en un momento en el que el foco de las noticias se ha posado sobre su colegio por circunstancias que, a pesar de un río de declaraciones, siguen siendo confusas. La hipótesis que hasta ahora ha lanzado el Distrito es que el consumo de drogas dentro del plantel, así como en otras instituciones educativas, obedece a un fenómeno en el que algunos alumnos, como enlaces de pandillas, incitan y hasta obligan a sus compañeros a consumir y comprar drogas. De hecho, Jairo Sánchez, papá de Santiago, ha insistido en los medios de comunicación en que su hijo pudo haber sido víctima de compañeros que lo obligaron a inhalar la mezcla fatal.

Ese panorama de zozobra alrededor de las instituciones educativas se refuerza con la amenaza que recibió y denunció ante la Fiscalía el rector del plantel, Marco Aurelio Pardo, que apareció ayer escoltado por la Policía y que será trasladado a otro lugar de trabajo por decisión de la Secretaría de Educación Distrital. No es claro, sin embargo, si las intimidaciones tienen su origen en delincuentes organizados en combos relacionados con el microtráfico de la zona o en alguien que, alejado de estos grupos, decidió amedrentarlo a raíz de la tragedia ocurrida esta semana.

En su contra se han ido padres de familia que consideran que en el Marco Fidel Suárez no hay controles, pero los profesores de la jornada de la mañana emitieron un comunicado defendiendo las acciones institucionales para tratar tanto el caso de Santiago como otros que se ha presentado. El rector aseguró que cuenta con registro de las acciones que han emprendido con la Policía, de proyectos con la Escuela General Santander y procesos con la Secretaría de Educación. “Los estudiantes han tenido la atención adecuada”, se defendió.

Lo cierto es que a raíz de este caso se ha generado presión pública para que las autoridades den a conocer de qué manera blindan los colegios contra amenazas externas. La secretaria de Gobierno, Gloria Flórez, reclamó de la Policía mayor vigilancia en los alrededores de las instituciones y admitió que se requiere mayor pie de fuerza en estos lugares porque, así como pueden concretar acciones por medio de gestores de convivencia, en otros casos es necesaria la Fuerza Pública. Esta, por su parte, anunció que comenzó labores de inteligencia cerca del Marco Fidel Suárez, ubicado en la localidad de Tunjuelito.