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La historia clínica de Miguel Nule

Detalles del documento de Medicina Legal con base en el cual un juez le otorgó detención domiciliaria a uno de los “cerebros” del carrusel de la contratación.

Redacción Judicial
24 de mayo de 2016 - 06:33 p. m.
Manuel, Miguel y Guido Nule en audiencia. Todos condenados por el carrusel de la contratación. /Archivo.
Manuel, Miguel y Guido Nule en audiencia. Todos condenados por el carrusel de la contratación. /Archivo.
Foto: EL ESPECTADOR

Una mansión blanca de dos plantas, situada en un lujoso barrio de Sincelejo, es por ahora el nuevo sitio de reclusión de Miguel Nule, quien paga una pena de 14 años por peculado. Es decir, por haberse apropiado de recursos del Estado, específicamente recursos dirigidos para el crecimiento de Transmilenio en Bogotá. El director de Medicina Legal, Carlos Valdés, anunció que por petición del juez del caso se hará una segunda evaluación, pues con la primera, del pasado 8 de abril, Nule consiguió librarse de las rejas de la cárcel para funcionarios públicos de Corozal, Sucre.

El documento con el cual el juez Segundo de Ejecución de Penas tomó la decisión de otorgarle a Miguel Nule la detención domiciliaria señala que, como se ha dicho, Nule tiene una condición médica llamada apnea del sueño, para la que necesita el aparato C-PAP. “Literalmente no duermo si no utilizo el C-PAP o me inducen el sueño. El Inpec no me lo autoriza, entonces me da mucho miedo y hay veces que ronco despierto”, señaló Miguel Nule mientras los médicos lo auscultaban.

Podría decirse que a la opinión pública no le cayó nada bien la noticia de que Nule podría vivir en su mansión y evadir la reclusión de la cárcel. Al fin y al cabo, se trata del mismo hombre a quien el Inpec le tuvo que quitar privilegios como un cocinero particular. Él, su hermano Manuel y su primo Guido Nule –condenados todos por el carrusel de la contratación- habían metido de “contrabando” colchones a la cárcel La Picota; se los quitaron. El director del Inpec de la época, general Gustavo Ricaurte (r), aseguró que no permitiría que su celda se convirtiera en un “hotel de lujo”.

Del otro lado, la historia clínica de Miguel Nule muestra que su cuerpo de 47 años ha sido sacudido por varias condiciones. Un infarto causó una necrosis (muerte del tejido) el 15% de su corazón hace tres años. Sufre de hipertensión arterial crónica, hipotiroidismo, cardiomiopatía isquémica (bloqueo de las arterias) y que le induzcan el sueño le produce cefaleas en las mañanas y dolor muscular por las inyecciones. Además, tiene sobrepeso.

Los antecedentes psiquiátricos también quedaron consignados en el documento que recibió el juez. Ha presentado trastornos depresivos recurrentes, trastorno bipolar, trastorno de ansiedad generalizada. Es alérgico a la penicilina y tiene que tomar al menos 15 medicamentos.

“Una vez analizada toda la información disponible, (Miguel Nule) reúne criterios de estado grave por enfermedad o enfermedad muy grave incompatible con la vida en reclusión formal”, indicó Medicina Legal, señalando que Nule necesitaba usar el C-PAP para dormir y los cuidados de mantenimiento de ese equipo, control estricto de su tensión, medicación ininterrumpida y controles de otorrinolaringología, medicina interna y psiquiatría.

El fiscal que lleva los procesos del carrusel de la contratación, Juan Vicente Valbuena, expresó que otorgarle la casa por cárcel a Miguel Nule era “un tema humanitario”. La Procuraduría, por su parte, recomendó que sí lo sacaran de prisión pero para un centro hospitalario, no para su mansión en Sincelejo. El segundo dictamen de Medicinal Legal servirá para que el juez Segundo de Ejecución de Penas evalúe si tomó la decisión acertada o si debe reversarla.

Por Redacción Judicial

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