"Bailé hasta que me dolió todo el cuerpo"

La película ‘El paseo 2’, dirigida por Harold Trompetero, se estrena el 25 de diciembre.

Liliana López Sorzano
22 de diciembre de 2012 - 03:00 a. m.
/  Dago García Producciones
/ Dago García Producciones

Un atraco, un accidente, una alergia, una enfermedad, son algunos de los múltiples contratiempos por los que la familia bogotana Calvo tiene que pasar durante sus vacaciones en medio de las “inclemencias” de la playa, la brisa y el mar.

Lucho, interpretado por John Leguízamo, intentará todo para conquistar a su familia que se encuentra deslumbrada por las atenciones del mánager del hotel, Patrick, quien resultó ser un exnovio de Gloria (Karen Martínez), su esposa.
Dago García, productor y guionista, vuelve a crear una película que refleja la idiosincrasia colombiana, que por medio de chistes y situaciones físicas graciosas logra apelar a lo fenotípico de la cultura popular nacional. “Más aburridos que una ostra”, “no le pida peras al olmo”, “pilas Eveready, que te quedas” y “le habla la voz de la experiencia” son algunos de los dichos que los personajes utilizan en estas vacaciones de todo incluido y que muestran esa tipicidad, para algunos, y, para otros, esos lugares comunes.

La fórmula funciona, al menos en la taquilla. Lo han probado algunas de sus películas, como Muertos de susto, Infraganti, Mi gente linda mi gente bella, que logran sobrepasar el promedio de espectadores de una producción colombiana y que baten récords de audiencia como lo fue la primera versión de El paseo con más de 1’500.000 espectadores.

Este 25 de diciembre se estrena El paseo 2, dirigida por Harold Trompetero y que cuenta con la actuación del colombiano John Leguízamo, quien hizo su carrera en Hollywood. Leguízamo habló con El Espectador acerca de su participación en una producción colombiana.

¿Qué lo motivó a aceptar el papel de Lucho?

Me encantó el guión de Dago. Me reí a carcajadas en el vuelo donde lo estaba leyendo... y también sentí que tenía mucho corazón. Después de hacer Pelado de barrio y otras obras en español me dio mucha confianza y ganas de hacer más en este idioma tan rico y expresivo. Harold Trompetero me ofreció el papel después de haber hecho un comercial juntos. Y este man es puro genio. Con él sentí que podía con este reto de ser un protagonista en otro idioma.

¿Se sintió identificado en algún momento con la idiosincrasia colombiana que muestra la película?

Pues sí, me acordó mucho de mi abuelo, de mis tíos y primos. Muchos de los dichos como “vergajo”, “berraquito”, etc. me llenan de alegría, porque me hacen acordarme de las pocas, pero dichosas, veces que estuve en Colombia cuando era niño. Me parece que la película de Dago tiene mucha realidad local que logra volverla universal. Yo como soy padre y estoy casado entiendo todas las dichas y problemas que vienen con esas relaciones.

¿Cuál fue el mayor reto de esta interpretación?

Lo físico. Era una película con muchas acrobacias... a veces creí que estaban tratando de acatar los mandados de mi exesposa. Me colgaron como a 15 metros en el aire y me daban vueltas, me echaron en el volcán del Totumo, me amarraron afuera de una flota, me hundieron en una piscina como 100 veces. Me hicieron correr por horas en el sol del mediodía en Cartagena... al final, es toda una suerte que esté vivo para hacer esta entrevista.

¿Qué le da la comedia que no encuentra en el drama y viceversa?

Pues la comedia requiere de mucha precisión física e intelectual. Uno no puede equivocarse porque ya no es chistoso. Es muy medida en su locura. El drama es más fácil, pero a cambio uno tiene que ir muy profundo y tener el coraje de ver dentro de uno mismo. Y ver lo más feo y lo más oscuro.

Haber aceptado participar en esta comedia ¿fue en parte para conectarse con sus raíces?

Me emociona hablar y actuar en español. Ha sido un nuevo reto. Trabajar en Colombia es lo máximo... estoy viviendo un sueño. A veces me despierto y no lo puedo creer. Debo haber hecho algo muy bueno en esta vida que no recuerdo para tener todo esto...

¿Qué aprendió en ‘El paseo 2’?

Aprendí muchos modismos colombianos que no puedo repetir, porque soy un caballero. También aprendí que Colombia tiene un recurso de talento muy profundo. Actores de nivel mundial, directores genios, escritores cómicos y profundos... También aprendí a no comer comida en chozas de la calle.

¿Cómo fue la experiencia de actuar al lado de Karen Martínez?

Ella es encantadora. Tiene una presencia tan graciosa. Yo no sé si ella sabe que es tan cómica. Le trajo una naturaleza al personaje que hace que parezcamos casados de verdad. No se lo vaya a decir a Juanes, por favor.

Es uno de los actores con mayor trayectoria de esta película. ¿En algún momento, los demás se intimidaron?

No. Fue al contrario porque mi lengua materna es el inglés y siempre he actuado en este idioma. Yo no puedo improvisar tan bien. Hasta El Pibe lo hacer mejor que yo. Yo tengo que pasarme todo el día concentrándome en lo que estoy haciendo.

¿Suele intimidarse frente a otros actores?

Casi no me intimido, porque estamos haciendo algo en equipo. Sin embargo, sí me he intimidado con Robert de Niro y Sean Penn, y por lo tanto me pongo a estudiarlos como una esponja. Así me sentí con el elenco colombiano, porque como el español no es el idioma que uso cotidianamente ellos tenían una facilidad y gracia que yo admiraba.

¿Cuál es la gran diferencia, ventaja o desventaja, entre trabajar en Hollywood y actuar en una película colombiana como esta?

En Hollywood, la ventaja es el dinero. Uno hace como una página por día. Entonces, tener el tiempo se ve reflejado en la calidad. Pero el problema es que uno pierde la intensidad. Haciendo una película en Colombia uno tiene menos recursos, pero uno se vuelve más creativo.

¿Qué opina de que la gente diga que las películas de Dago García caen en los lugares comunes y en los chistes fáciles?

Eso lo dicen de muchos cómicos en los Estados Unidos que tienen increíble éxito. Lo decían de Jim Carrey y de Adam Sandler, pero sus películas hacen 100 millones de dólares. El paseo 2 es un poco más compleja que su primera versión. Los chistes son más físicos y más complejos en las relaciones de amor. Estoy ansioso por saber si logramos ir a un nivel más sofisticado de humor con ésta. Ese era mi reto.

¿Por qué cree que la gente debería ir a ver la película?

Harold, el elenco y yo hicimos todo para hacer una película muy graciosa, física, pero al mismo tiempo tratamos de hacerlo más real. Yo creo que uno puede ser muy natural, y eso es más chistoso todavía... Me sometí a hacer cosas que nunca me había atrevido a hacer en los Estados Unidos. Acrobacias que casi me matan, bailé hasta que me dolió todo el cuerpo, sudé como cerdo, todo para hacer a los colombianos reír.

Por Liliana López Sorzano

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