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Pablo Beltrán hace parte del Ejército de Liberación Nacional desde que era un estudiante de ingeniería en la Universidad Industrial de Santander a mediados de los setenta. Ahora se encuentra en México, donde se adelanta el segundo ciclo de negociaciones de paz entre el Gobierno nacional y esa guerrilla hasta el 10 de marzo. Desde allí Beltrán es enfático en descartar cualquier posibilidad de pactar un cese al fuego del ELN con otros grupos armados ilegales como las disidencias o las Agc, también llamadas Clan del Golfo, y respondió a las críticas dentro de sus propias filas que piden renovación en la mesa de diálogos. Aseguró, además, que los diálogos avanzan a buen ritmo a pesar de la presión mediática.
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Después de un mes de mensajes cruzados y correos electrónicos con miembros de la delegación negociadora del ELN, Pablo Beltrán, segundo al mando del ELNy jefe de aquella delegación aceptó responder un cuestionario para Colombia+20. Pausado y tranquilo, como suele ser lo que él llama su “estilo”, Beltrán envió sus respuestas en un audio a partir del cuál se le enviaron varias contrapreguntas, que contestó más tarde con mensajes de voz a través de una aplicación de mensajería.
Hay una dicotomía entre usted y Antonio García: el guerrillero “bueno” y conciliador, por un lado, y el guerrillero “malo” y pendenciero, por el otro. ¿Hace parte de la estrategia de negociaciones? Así como se le pide al presidente no gobernar a través de Twitter, ¿no han pensado que García debería dejar de trinar y enrarecer las conversaciones?
La dicotomía que usted dice entre Antonio y mi persona, pues esto es un asunto de estilos, pero en últimas la política es la misma. Ahora, además de estilos tenemos funciones, roles. En el caso de Antonio, él como jefe y primer comandante del ELN está en la obligación de referirse a muchas cosas que en esa guerra mediática que nos hacen es necesario contestar. En cambio yo como jefe de la delegación de diálogos no estoy obligado a eso, yo escojo a qué me refiero y a qué no. En particular no nos interesa que la mesa se convierta en un pararrayos de toda la guerra mediática, sería injusto poner la mesa en eso. Entonces yo tengo un estilo y también unos roles y funciones que cumplir, acorde a eso trabajamos.
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Supimos que el Frente Occidental ha hecho peticiones desatendidas por la mesa: una, que nombraran a su comandante Martha como negociadora, otra, que la delegación se levantara hasta que el presidente y el ministro de defensa aclararan una supuesta masacre de guerrilleros cometida por la Armada en el río Raposo de Buenaventura. ¿Esas deliberaciones han llegado a la mesa? ¿Han sido motivo de discusión interna?
Tenemos este criterio: la delegación tiene que tener representatividad, pero también unos niveles, para estar en esta delegación es porque hay una confianza y unas capacidades, pero además no distribuimos los cuadros pensando en quién va a estar en una mesa y quién no; si hay un cuadro que se necesita más al frente de una estructura, pues estará allá, y si se va a sacar a alguien para la mesa se mira a ver qué tanto se debilita esa estructura y si se puede reemplazar. Entonces no es un acto simple, sino un análisis y eso se ha hecho con todos los frentes de guerra, no solo con el occidental.
En cuanto a los hechos en el río Raposo en Buenaventura, se los ha tratado en la mesa. Hay unas investigaciones andando, se va a buscar que haya representación de las víctimas y que haya un monitoreo de esas investigaciones. El ELN no critica que le hagan combates, lo que critica y rechaza es que se cometan crímenes de guerra contra combatientes nuestros capturados en estado de indefensión, que después son ejecutados, esa es la crítica y eso es lo que nosotros pedimos que se investigue.
¿Ya salió alguno de los 8 prisioneros enfermos en estado terminal que el Eln pidió liberar por razones humanitarias?
Si ha habido lentitud [con la liberación de los prisioneros]. En la visita del ministro Osuna estuvimos hablando de eso en la mesa y él informó que estaba tratando desde su despacho de agilizar para que esto se cumpliera.
¿Cuáles son los puntos del pasado cese al fuego de 101 días pactado con Juan Manuel Santos que valdría la pena recoger para el que se está negociando ahora?
Por supuesto que hay mucha experiencia que se recogió, muchas lecciones aprendidas, quizá la más importante es que entre más se precise cuáles son las acciones que se prohíben a las Fuerzas que entran en un cese, y cuáles no, más funciona y más se previenen los incidentes.
¿Tienen líneas rojas para negociar el cese al fuego bilateral?
Para que haya éxito en un cese al fuego debe quedar absolutamente claro qué queda prohibido para cada uno de los que firmen ese cese y qué queda permitido hacer. Si logramos eso, queda una buena hoja de ruta para el cumplimiento de ese acuerdo de cese bilateral.
¿Estarían dispuestos a negociar un cese al fuego multilateral entre ustedes y las disidencias de Farc y Agc?
Eso está totalmente descartado en el ELN. Nosotros tenemos una confrontación armada con el Estado y en ese sentido es que se habla de un cese al fuego bilateral. El resto de grupos, muchos de ellos en abierta relación y colusión con las Fuerzas Armadas,quien los crea y mantiene esas alianzas es quien debe organizarles qué hacen y qué no.
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El primer punto del comunicado de la semana pasada dice que el Gobierno debe resolver el tema de la categorización del ELN como un Grupo Armado Organizado, para que se avance en la negociación. ¿Cuál es la solución a la vista?
Hay una ley sobre los Grupos Armados Organizados (GAO) en la que nos metieron desde el Gobierno de Iván Duque. El Gobierno sabe que para que esta mesa tenga legitimidad hay que reconocer el carácter político del ELN, y por tanto, sacarnos de esa ley de los tales GAO. Lo que entendemos es que el Gobierno está haciendo un decreto al respecto. Esperamos conocerlo a ver si resuelve el problema.
¿Cómo les ha ido con los policías y militares que están en la mesa y que han asesorado el tema del cese al fuego? ¿Ha habido choques o encontrones ahí?
Ellos han llegado con el carácter de observadores, no intervienen en las sesiones, solamente escuchan. ¿Porque ese carácter de observador? Porque el Gobierno les dio ese carácter, habría que preguntarle al Gobierno. No ha habido diferencias con ellos, ha sido un trato cordial, si hemos mantenido un par de reuniones por aparte, pero han sido muy puntuales y están tratando de asesorar a la delegación del Gobierno cuando se requiere. Ya en las reuniones por aparte hablan más con tranquilidad, pero en la mesa no toman la palabra.
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¿Qué tal ha sido la negociación con esa contraparte tan diversa que les puso Petro en la mesa? Desde Fedegán, hasta líderes sociales... No todos son considerados por ustedes como el adversario.
Sí, es un es un intento de hacer un retrato del país, de izquierda, derecha y centro. Pero claro, eso no solamente es diversidad, sino también un problema para coordinar, hay asuntos en que ellos logran ponerse de acuerdo y otros que no. Es un un ejercicio de conducción de esa delegación que le toca hacer a Otty Patiño, ir pedaleando y resolviendo esa diversidad.
En cuanto a la presencia del presidente de los ganaderos [José Félix Lafaurie], pues quizás lo más anecdótico, es que cuando en noviembre viajamos a Caracas para comenzar el primer ciclo, antes de despedirme yo en el campamento, un grupo de compañeros nuestros me llamaron. Me dijeron “comandante, queremos decirle una cosa: por favor, como usted se va a ver con con el presidente de Fedegán, con Lafaurie, dígale que nosotros esperamos que él se desmovilice”. Comento eso, un poco en broma y un poco en serio, pero cuando nos vimos yo le dije a él, “oiga, los combatientes cuando me despidieron, le mandaron este mensaje”. Yo pienso que lo tomó bien, entendió cuál era el mensaje que la base guerrillera le enviaba.
Voces jóvenes del ELN, como la publicada por el portal Verdad Abierta en una entrevista a una guerrillera presa, hablan de que es necesario un recambio generacional en la mesa, usted, por ejemplo, lleva tres décadas al frente de negociaciones, ¿no vale la pena intentar con nuevos liderazgos?
Sobre una compañera guerrillera presa que dio una declaraciones en Verdad Abierta, pues sí, yo creo que eso es cierto, estos equipos de negociación no sirven si son solamente veteranos, y no sirven si son solamente principiantes. En el ELN tenemos en cuenta eso: mezclar veteranos con principiantes, en el caso mío yo le he dicho a mi dirección, incluso en el fin de año pasado dije “bueno yo creo que yo ya cumplí, pongan otro”, pero me volvieron a nombrar. Yo ni me regalo, ni rechazo estas tareas, entonces aquí estoy y espero que también nuevas generaciones vayan aprendiendo y vengan acá, porque es un asunto de máxima responsabilidad. En ese sentido nosotros lo tomamos, no solamente con una máxima responsabilidad, sino como una dignidad.
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¿Qué hay de fondo en la confrontación con disidencias en Cauca y Arauca? Fuentes señalan la lumpenización del ELN y disputas por rutas del narcotráfico y rentas ilegales, algo que hemos confirmado en otros territorios como el Pacífico, ¿son conscientes de que las estructuras regionales se les pueden salir de las manos? ¿Tienen alguna estrategia para evitarlo?
Con las llamadas disidencias, nosotros en eso hemos sido muy amplios en explicar qué es el grupo de Antonio Medina en Arauca, creado por la inteligencia militar colombiana. Los asesoró un coronel del Ejército ahí en Arauca, tienen asesores militares adentro. Todo eso lo hemos dicho, hemos capturado gente, hemos sacado testimonios, a la gente que da testimonio le respetamos la vida. Incluso hemos dicho al gobierno: si ustedes se ponen a darle la categoría de disidencias a esas bandas, pues van a tener un problema porque es poner el nombre que no es. El problema con ellos es que se dedicaron a tirarles bombas y carro bombas a las sedes de las organizaciones sociales, a matar líderes sociales entre nosotros mismos. Si esa es la guerra, entonces van a tener guerra con nosotros y por eso los atacamos. Ese es el asunto con el grupo de Antonio Medina en Arauca
Ahora, ¿cómo va a seguir eso? ¿Cómo evitarlo? Pues estos grupos y bandas hacen parte de la estrategia de guerra contrainsurgente, que sigue vigente. Mientras dure esa estrategia de usar bandas para atacar la población y a la guerrilla eso está en manos de los que los crean y los promueven.
Pero en el Cauca los disidentes los acusan a ustedes de lo mismo, de tener tratos con el Ejército...
No, eso no es cierto. Las estructuras nuestras no hacen eso.
¿Cuándo empezará la discusión en torno a las víctimas del ELN? ¿Tienen alguna propuesta pensada para garantizar verdad, justicia y reparación? Las víctimas del atentado a la Escuela de Cadetes de la Policía pidieron a través de una nota publicada por Colombia+20 una interlocución con el ELN, ¿están dispuestos a dar ese paso?
Hay un punto cuatro de la agenda para hablar sobre los temas de las víctimas y hemos dicho que todos los dolores son iguales, que para respetar los derechos de las víctimas es la asunción de responsabilidades sobre la base de la verdad que cada uno aporte y eso para nosotros es un asunto de principios. Entonces llegará el momento en que esas cosas se programarán en la mesa.
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Usted dijo a El País de España que son socios con el Gobierno en que quieren llevar a buen término las conversaciones. Estos diálogos han avanzado mucho más rápido que cualquiera de los anteriores, pero hay voces que los acusan de parsimonia en la mesa. ¿Qué puede decirle a esos críticos?
Bueno, esto puede ir avanzando, pero el problema es que la mesa no puede actuar al ritmo de las empresas de comunicación de Bogotá. La mesa tiene un ritmo, tiene una agenda y aquí no vinimos a descansar, aquí se está trabajando. Muchas críticas de esas pueden ser sanas, pero otras críticas son porque no están de acuerdo con el proceso de paz. A eso hay que ponerle su nombre: también hay enemigos agazapados del proceso de paz, eso hay que decirlo, no a todos en Colombia les gusta la paz y esta mesa no es monedita de oro para caerle bien a todos.
¿Dónde está Pablito, el jefe del Frente Oriental, que brilla por su ausencia pública hace años? ¿Es cierto que murió en Venezuela por una complicación intestinal como lo publicó El Colombiano? Si no es cierto, ¿cómo podrían desmentirlo?
Pablo, el jefe guerrillero nuestro, está muy bien, le manda saludos. Y chismes de él han hecho muchos y van a ser muchos, entonces nosotros a eso no le ponemos cuidado.
¿Pero por qué no está en la mesa?
Nuestra dirección tiene tareas y asignaciones, él tiene unas más referidas a atender la estructura básica guerrillera nuestra. Incluso he hablado con él personalmente y me ha manifestado que tiene toda la disposición, cuando la dirección lo estime, de estar en la mesa. No es que él rehuya, ahora tiene otras tareas.
Una última pregunta, aproveche para enviarle un mensaje a las víctimas del ELN, más allá de decirles que se tratará su tema en la mesa de diálogos. ¿Pueden confiar en ustedes? ¿Qué pueden esperar, no de la negociación, sino del ELN como organización?
Por asuntos de principios hemos dicho que la centralidad de este proceso es satisfacer las demandas de las víctimas, de todas, no de un sector. Por una razón muy simple: para nosotros tiene que haber un trato igual, porque no hay un dolor de más rango, ni más valor que otro. Así mismo, debe haber una asunción de responsabilidades, con base en la verdad que cada uno aporte. Alguien recordaba estos días en la mesa que ha habido 12 procesos de verdad, y la característica que los une es que son narrativas para eludir responsabilidades. Eso tiene que acabarse. Ese es nuestro compromiso y esperamos no fallar en eso.
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