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Cada vez cobra más importancia el rol del sector empresarial en el cuidado del medio ambiente. Por eso, sectores como el de la construcción se han puesto a la tarea de encontrar oportunidades de compensación y mitigación de los impactos asociados a su actividad, frente a la generación de emisiones de carbono.
Amarilo ha sido consciente de eso y del equilibrio que debe buscar entre lo urbano y lo ambiental en cada uno de sus proyectos. Por esa razón, trabaja constantemente en la implementación de mejores prácticas en todos sus procesos, con el fin de reducir su impacto y contribuir a la protección del entorno.
“Nuestro compromiso con el desarrollo sostenible del país, de las comunidades y las ciudades en las que desarrollamos nuestros proyectos es inquebrantable y de largo plazo”, enfatiza Franshesca Espinel, Gerente de Mercadeo de Amarilo.
En este sentido, Amarilo viene trabajando en una estrategia de marketing sostenible, una alternativa que ofrece numerosos beneficios tanto para las empresas como para el medio ambiente y la sociedad en general, convirtiéndola en una de sus más importantes apuestas para el 2023.
Para este propósito, la compañía decidió poner en marcha una innovadora iniciativa en Colombia, haciendo uso de film fotocatalítico, material desarrollado bajo nanotecnología, considerado como uno de los 20 inventos más importantes del siglo, al mitigar gases efecto invernadero al usarse sobre cualquier superficie.
La marca utilizará este novedoso material en 22 vallas publicitarias de sus salas de ventas de todo el país. Tenga en cuenta que la pintura fotocatalítica es una tecnología que utiliza un catalizador activado por la luz solar para descomponer contaminantes y mantener la superficie más limpia, y con esta, las vallas absorben Co2 para mitigar la contaminación en las salas de venta.
¿Cómo lo hace?
En primer lugar, la valla publicitaria se recubre con una capa de pintura fotocatalítica especial, sensible a la luz solar.
Cuando la luz solar incide sobre la superficie de la valla publicitaria, el catalizador presente en la pintura fotocatalítica se activa. La luz ultravioleta (UV) del sol es especialmente efectiva para activar el catalizador y una vez activado, el catalizador desencadena una reacción fotocatalítica.
De esta manera, la pintura entra a actuar como un agente oxidante y comienza a descomponer los contaminantes presentes en el aire. Durante la reacción, los contaminantes atmosféricos se descomponen en sustancias inofensivas, convirtiéndose en vapor de agua, ayudando así a reducir la concentración de contaminantes y mejorar la calidad del aire en las cercanías de la valla publicitaria.
Además de descomponer los contaminantes, la pintura fotocatalítica también tiene propiedades autolimpiantes. De esta manera, la superficie de la valla publicitaria se vuelve hidrófila, lo que significa que atrae el agua y permite una autolimpieza más eficiente, ayudando a eliminar la acumulación de suciedad, polvo y manchas en la superficie, manteniéndola más limpia y en mejores condiciones visuales.
Estas vallas también encapsulan virus, bacterias y esporas que generan daño a los humanos, lo que hace que los clientes tengan ambientes más seguros, otro compromiso de Amarilo.
“En resumen, el uso de pintura fotocatalítica en vallas publicitarias ofrece ventajas que van más allá de la publicidad en sí misma. Contribuye a mejorar la calidad del aire, reduce la contaminación, ofrece una mayor durabilidad y un mantenimiento reducido. Estas ventajas promueven un ambiente más limpio y saludable”, puntualiza Franshesca Espinel.
Con estas acciones, Amarilo busca posicionarse como líder en marketing sostenible dentro del sector a través del uso de esta tecnología. En principio, al instalar este material en las vallas de sus salas de ventas, logrará cubrir alrededor de 1.400 m2 de superficie, con los que dejará de emitir 286.800 gr de gases tóxicos del efecto invernadero al año.
“La publicidad exterior que generalmente no aporta valor al medio ambiente, se vuelve un medio de absorción, generando compensación ambiental”, explica Espinel.
Sostenibilidad para el largo plazo
Del mismo modo, Amarilo tiene como propósito aportar a la creación de ciudades sostenibles. En estos 30 años, se ha esforzado por demostrar que el desarrollo de ciudades sostenibles requiere de un liderazgo que permita integrar consideraciones ambientales y sociales a las decisiones estratégicas del negocio, apoyados en un gobierno corporativo sólido.
Y para mantener este crecimiento en el largo plazo, la constructora ha fijado el propósito de fortalecer la integración de los factores sociales y ambientales en su estrategia de negocio, para potenciar los impactos positivos y el valor que genera a las comunidades y ciudades en las que desarrolla sus proyectos.
Para esto traza su Estrategia de Desarrollo Sostenible 2030, en línea con los principales retos en sostenibilidad a los que se enfrenta el sector de la construcción en el mediano y largo plazo.
En materia ambiental, Amarilo continuará trabajando en la implementación de mejores prácticas que permitan mitigar los riesgos asociados a sus actividades y ampliar su impacto positivo, mediante la optimización del uso de materiales sostenibles, el diseño y la construcción de proyectos con elementos y estándares sostenibles y la protección de la biodiversidad.
En materia social, Amarilo refuerza su apuesta por desarrollar proyectos bajo el concepto de “Ciudad dentro de la Ciudad” con el fin de garantizar entornos de bienestar para los habitantes y la construcción de comunidades sostenibles, fundamentados en el fortalecimiento del capital social y el liderazgo como motores de cambio para el país.
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