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Cuentos encerrados

Algunos de los hoteles más famosos y emblemáticos del mundo guardan tras sus paredes relatos de amor, desesperación y deseo.

El Espectador
24 de mayo de 2011 - 03:59 p. m.

Las ciudades, el lujo y las distintas anécdotas sobre personajes que allí se hospedaron los han convertido en lugares perfectos para permanecer durante las vacaciones.

Hotel Westin Palace, Madrid

Dicen que George Marquet tenía ganas de comprar el Hotel Ritz de Madrid pero cuando le negaron su deseo se obligó a construir el suyo y lo inauguró en 1912. Su libro de registro tiene, entre otros nombres, al de Pablo Picasso, quien por 7 pesetas se quedaba una noche o renegaba con Salvador Dalí porque no podían comprar un billete de tren que los llevara a París. Pero es la historia de la Mata-Hari la que permanece como mito. Ella, una bailarina de striptease que fue condenada a muerte por espionaje, se escondía en una de las habitaciones del Westin Palace con otro nombre. Muchos tienen la certeza de que su espíritu vaga por ahí. 

Hotel Convento Do Carmo, Salvador de Bahía

Que sus habitaciones actuales hayan sido las celdas de las monjas años atrás produce cierta curiosidad sobre lo que pudo suceder, porque más allá de las suposiciones no existe algún registro de si alguna de ellas, las religiosas, haya dudado de su vocación o estuviera envuelta en algún asunto de pecado. No. Allí se conoce que en 1625, por ejemplo, los holandeses firmaron su rendición y las tropas portuguesas lo usaron como cuartel. Sus calles, las del barrio Pelourinho en el que antes azotaban esclavos, fueron las mismas que recibieron a Michael Jackson en el 95 cuando grababa ‘They don´t care about us’, una canción que todavía sigue resonando.

Este convento, construido en 1586 por la Orden de las Carmelitas, se transformó en hotel en 2005 y es tildado de ser el primero de lujo de la ciudad, sin perder su estilo colonial.

Hotel Astoria, San Petersburgo

Es quizá el hotel más famoso de la ciudad. Ubicado frente a la Catedral de San Isaacs, donde fue asesinado el zar Alejandro II, tiene uno de los restaurantes más exclusivos, el Davidov, donde Elton John comió alguna vez.

Fundado en 1912 y remodelado en 2002, fue incluido en la revista ‘Forbes’ como uno de los más románticos del mundo.

Allí, Chéjov se resguardó tras una crisis y Serguéi Alexándrovich Esenin, el poeta, quien estaba completamente enamorado de la bailarina Isadora Duncan, pasaba sus noches, mitad pasionales, mitad catastróficas, con ella. Muchas noches, tantas como los empleados recuerdan, que terminaban en destrozos de vajilla. Luego de un tiempo, el escritor dejó a su esposa Sofía Tolstói y se ocultó en una de las habitaciones del hotel. Cuando regresaba de una fiesta, se colgó del tubo de calefacción.

También se dice que allí Adolfo Hitler deseaba celebrar su victoria sobre Rusia y que tenía las invitaciones impresas.

Hotel Ritz, París

Todo se dio porque el suizo César Ritz, apodado más tarde el rey de los hoteleros, llegó a la plaza Vendôme en París y se enamoró del lugar hasta el punto de querer construir algo que se convirtiera en referente de elegancia. Lo hizo. Su gran día fue el primero de junio de 1898 al abrir las puertas del Ritz, el mismo que ha tenido entre sus huéspedes a Greta Garbo, Audrey Hepburn, Marcel Proust y Coco Chanel.

Sus habitaciones y suites guardan escenas de romance, como cuando Ernest Hemingway se refugiaba con la joven periodista del ‘New York Times’ Mary Welsh, quien terminó siendo su cuarta esposa y por quien el barman del Petit Bar inventó un coctel a base de vodka y jugo de tomate que se hizo célebre: el bloody mary.

Aunque nadie salvó a César Ritz de su depresión por el exceso de trabajo, que le duró años, su idea de hospedaje permanece y se traslada a otras ciudades del mundo.

Por El Espectador

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