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El imperio de la excelencia

La unión entre el príncipe Guillermo y Catalina Middleton parece garantizar la permanencia en el trono, pero al mismo tiempo motiva la reflexión sobre el rol que desempeñan las realezas en el siglo XXI.

El Espectador
01 de mayo de 2011 - 02:00 a. m.

El rey Faruk de Egipto y Sudán dijo: “En el mundo sólo quedarán cinco reyes: los cuatro de la baraja y el de Inglaterra”. El momento en el que pronunció esa sentencia fue, tal vez, uno de los más difíciles de su vida porque se trató de su derrocamiento, en 1952, a manos de los Jóvenes Oficiales. En ese entonces pronosticó el fin de las monarquías antes de que terminara el siglo XX. El soberano acertó en la disminución considerable de los reyes, pero se equivocó porque todavía permanecen algunas con amplio respaldo de sus pueblos.

Francia, Suiza y una  península italiana eran las únicas repúblicas en los albores de los 1900. En la actualidad, se pueden contar diez monarquías en Europa, encabezadas por la del Reino Unido y sus fastuosas apariciones en público, con las que demuestra su poderío al poner a girar al mundo en torno suyo. Sucedió hace tres décadas con la boda entre el príncipe Carlos y Diana Spencer y se repitió con el matrimonio entre el príncipe Guillermo y Catalina Middleton.

El País de España dedicó su editorial del viernes al mediático evento diciendo: “La justificación más superficial de la monarquía —de todas— es que se ha convertido en un elemento de alto valor decorativo en la sociedad del ocio en que vive el mundo desarrollado. Y con crisis, más aún. Todos los desastres económicos de estos años no alteran un dato: nunca tanta gente, durante tantos años, había tenido tanto tiempo libre”.

En más de mil años de historia, la institución ha resistido ataques de toda índole. Sin embargo, la monarquía sólo fue interrumpida entre 1649 y 1660 por Oliver Cromwell. La reina Isabel II está en el trono desde 1952 y es la figura más emblemática de la corona opacando a su esposo, el enérgico príncipe Felipe de Edimburgo, y a su hijo, el príncipe Carlos.

El rey Alberto II y la reina Paola son los actuales monarcas de Bélgica desde 1993. Según la Constitución, el rey tiene inmunidad: sus ministros se responsabilizan de sus actos. Ninguno de sus actos puede tener consecuencias sin el referendo de un ministro. El monarca está por encima de religiones, ideologías e intereses económicos.

La realeza de Dinamarca es toda la historia de esa nación. Tanto los reyes vikingos como la monarquía constitucional han tenido una capacidad asombrosa para adaptarse a los cambios sociales, políticos y económicos. La reina Margarita II es la monarca desde el 15 de enero de 1972, cuando sucedió a su padre, el rey Federico IX. Su esposo es el príncipe Enrique, un diplomático francés cuyo verdadero nombre es Henri-Marie-Jean-André.

Liechtenstein, uno de los países más pequeños del mundo y vecino de Suiza y Austria, tiene también sus príncipes: su alteza  Hans-Adam II y la princesa Marie están en el trono desde 1989. Ellos comparten el poder con un parlamento.

El príncipe heredero Henri tomó juramento como nuevo duque de Luxemburgo el 7 de octubre de 2000, cuando su padre, el gran duque Jean, de 79 años, abdicó. Él se casó en 1981 con María Teresa Mestre, nacida en La Habana (Cuba). Sus hijos son los príncipes Guillaume, Félix, Louis, Sebastián y la princesa Alexandra.

El 6 de abril de 2005 murió el príncipe Rainiero III de Mónaco y lo sucedió su hijo, Alberto II, quien desde entonces es el jefe del Estado y garante de la unidad nacional.

El rey Harald V es hijo del rey Olav V y la princesa Märtha. Él ascendió al trono con la muerte de su padre, el 17 de enero 1991. Como su abuelo, rey Haakon VII, Harald siempre ha manifestado que haría todo por Noruega. La reina Sonja es su esposa y ella se ha encargado de fortalecer los lazos con las monarquías danesa, sueca y británica.

Los Países Bajos son un reino desde 1815. La reina Beatriz tiene la corona desde el 30 de abril de 1980, cuando la reina Juliana firmó el acta de abdicación. Desde entonces la soberana sigue los asuntos de gobierno y mantiene contacto regular con ministros, secretarios de Estado, el vicepresidente del Consejo de Estado y los comisionados.

Los deberes del rey de Suecia, bajo la Constitución de 1975, son de naturaleza representativa y ceremonial. Como jefe de Estado, recibe a enviados extranjeros y hace visitas oficiales. En este momento los monarcas son Carlos XVI Gustavo  y Silvia. El hijo mayor del rey y la reina será el sucesor al trono, independientemente de su sexo. En consecuencia, la princesa Victoria es la heredera a la corona sueca.

La casa Borbón es la familia real española. El titular de la corona es el rey don Juan Carlos I, su esposa es la reina Sofía y su heredero es el príncipe de Asturias, don Felipe de Borbón. De acuerdo con la Constitución de 1978 el rey puede ser jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, árbitro y moderador del funcionamiento regular de las instituciones y puede tener representación internacional.

Por El Espectador

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