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Karen llora en un bus

Este viernes se estrena la ópera prima de Gabriel Rojas que ya se exhibió en los festivales de Cartagena, Berlín y San Sebastián.

Lilian Contreras Fajardo
13 de mayo de 2011 - 06:21 a. m.

Karen tiene más de 30 años, se siente sola, fea, vieja e inútil. Sus últimos 10 años los ha dedicado a su esposo, un ejecutivo que le da todo lo que ella no necesita en este instante de su vida. Karen se siente infeliz, entra en crisis, deja su apartamento, renuncia a la estabilidad económica que le brinda su marido. Alquila una habitación en el centro de la ciudad y decide enfrentarse a sí misma y superar sus miedos.

La historia de Karen, interpretada por Ángela Carrizosa, se desarrolla en Bogotá pero puede trasladarse a cualquier ciudad del planeta, pues es una situación universal de un ser humano en crisis… que llora en un bus, aquel medio de transporte donde muchos cuentan sus historias mientras hablan por teléfono o pelean con su compañero.

Fue precisamente en un bus donde Gabriel Rojas Vera se encontró la historia de esta mujer que decidió llevar al cine y contarla de forma intimista para que el espectador viva junto a ella su transformación, y sea cómplice de sus victorias y fracasos.

'Karen llora en un bus' se estrena este viernes en Colombia, pero la película ya fue exhibida en el Festival de Cine de Cartagena, así como en el Festival Internacional de Cine de Berlín 2010, donde estuvo nominada en la categoría de mejor ópera prima en la Sección Forum. En el Festival de Cine de San Sebastián 2011 fue presentada en la sección Cine en Construcción. Elespectador.com habló con su director.

¿Qué tan fácil es alejarse de los clichés y realizar una película alejada del narcotráfico y las drogas?

Recuerdo que durante una proyección de la película en el festival de Berlín, alguien me preguntó el por qué yo siendo colombiano escribía historias de gente comunes y corrientes y no escribía sobre narcotráfico y drogas, le contesté que la mayoría de colombianos somos personas comunes y corrientes.

Creo que para salirse de los clichés hay que ver no solo los grandes conflictos nacionales sino la cotidianidad del vecino, el muchacho de la patineta, el cucho de la tienda, o una mujer llorando en un bus.

¿Por qué decidió dirigir 'Karen llora en un bus'?

El haber estudiado en un colegio masculino hizo que la mujer se convirtiera en un permanente misterio, lo que me llevó a intentar acercarme constantemente a ellas para intentar descifrarlas. Esto me llevó más adelante como cineasta a explorar ese mundo femenino en búsqueda de una respuesta personal y poder dejar a un lado esa obsesión que tengo por ellas.

¿Cree que el público colombiano está preparado para ver una película nacional dramática y sicológica?

No creo. Estoy completamente seguro de que no sólo está preparado, sino que además lo estaba pidiendo a gritos desde hace años. Por fortuna se alcanza vislumbrar el inicio de una nueva tendencia cinematográfica con historias universales donde no se está pensando en la taquilla nacional sino en realizar una película de calidad dramatúrgica y técnica que compita con las demás películas internacionales. El público es más receptivo e inteligente de lo que muchos directores y productores colombianos creen.

Desde su punto de vista, ¿Karen está producida para captar espectadores en las salas o para exhibirse en festivales?

Cuando yo empecé a escribir el guión jamás me pregunté: ¿qué tipo de historia podría generar mucha taquilla?, yo lo que me plantee fue: ¿qué tipo de película colombiana me gustaría a mí ver en la pantalla gigante?, ¿qué película quiero hacer yo como autor? esta película es para la gente que le gusta ese tipo de cine sensible, intimista y con una gran carga psicológica.

Ojalá tenga mucha taquilla, que la vea muchísima gente, y ojalá compita en muchísimos festivales, todo esto es muy importante no solo para mí como director, sino para el cine colombiano.

¿Quedó contento con el resultado de 'Karen'?

Muy contento, obvio que hay muchas cosas por corregir, y que la obra no es maestra ni perfecta, pero es un muy buen punto de partida para empezar a evolucionar como director, pero eso solo se logra haciendo más películas. Pero más allá de todo, estoy feliz porque al igual que El vuelco del cangrejo o Los viajes del viento, Karen ayuda a abrir una brecha dentro del cine colombiano que seguramente muchos futuros cineastas verán como una opción que espero tome y que de tomarlo seguramente mejorarán y evolucionarán.

Por Lilian Contreras Fajardo

 

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