“Colombia juega bonito, pero nunca gana nada”: Antonio Alzamendi

El exfutbolista uruguayo reconoce el presente de la selección que dirige Carlos Queiroz, pero destaca el hecho de que históricamente sus triunfos son escasos. Además, habla de las fortalezas del combinado charrúa, que este sábado (2:00 p.m. por el Gol Caracol) buscará ante Perú su tiquete a semifinales.

Sebastián Arenas
29 de junio de 2019 - 03:31 a. m.
Alzamendi, de 63 años, ha dirigido clubes de Uruguay, Perú y Guatemala. / AFP
Alzamendi, de 63 años, ha dirigido clubes de Uruguay, Perú y Guatemala. / AFP

“En Uruguay nacemos con una mamadera (biberón) y una pelota, y somos felices”, dice Antonio Alzamendi para reflejar el nivel de amor que sienten por el fútbol en el país que tiene poco más de tres millones de habitantes y saca jugadores de calidad como si fueran muchos más. Mientras se toma unos mates recuerda el gol más importante que anotó en su carrera como futbolista profesional, la cual terminó en 1993. Por su cabeza transita el instante en el que un cabezazo suyo dentro del área venció al arquero del Steaua de Bucarest y le dio a River Plate la Copa Intercontinental de 1986.

(Aquí, nuestro especial de la Copa América)

“Hoy tengo 63 años y la gente me hace ver lo que significó. Con el tiempo comprendí que ayudó para conseguir el título más importante a nivel de clubes”, rememora el Policía, un exdelantero potente y rápido que también jugó en Independiente, Peñarol y la selección de Uruguay, con la que estuvo en los Mundiales de México 1986 e Italia 1990 y a la que le reconoce su fortaleza actual. “Sabemos que lo nuestro es partido a partido, que nos pueden sacar de la Copa porque el partido no se dio, pero, sin ninguna duda, les dolemos a todos y todos están tratando de evitar jugar contra nosotros”, manifiesta con seguridad Alzamendi en una charla futbolera con El Espectador.

¿Qué análisis hace de lo hecho por Uruguay en la Copa América?

La veo muy bien, compacta y con una renovación muy interesante que hacía falta. Uruguay ha demostrado en toda su historia que en estos campeonatos es un equipo temible. Estamos con físico, felices y, les guste nuestro fútbol o no, la realidad es una: hemos recuperado la fe y el prestigio mundial. Volvimos a ser un equipo luchador y con grandes figuras, a pesar de ser un país tan pequeño. Gracias a Dios tenemos a Diego Godín, José María Giménez, Lucas Torreira, Federico Valverde, Luis Suárez y Édinson Cavani.

¿Le gusta la manera de jugar de Uruguay?

A mí me encanta. Toda la vida hemos jugado de esa manera y gracias a eso hemos logrado los títulos que tenemos. No somos Colombia, no somos Perú, no somos Brasil, no somos Venezuela. Existen las reglas del fútbol y nosotros tenemos las nuestras: la marca, quitar espacios, presionar y después definir. Los otros juegan muy bien, pero no logran las cosas que nosotros sí. Entonces, la realidad del fútbol es de acuerdo al gusto. A nosotros nos gusta marcar, ser un equipo fuerte y lograr títulos. Eso está a la vista.

Usted participó en uno de esos títulos: la Copa América de 1987, en Argentina. ¿Qué recuerdos tiene de esa consagración?

Ustedes recuerdan el gran 5-0 de Colombia en Argentina, y para nosotros Argentina es un rival futbolístico, no a nivel de sociedad. Ganarles justamente la semifinal y ser campeón contra Chile, que venía jugando muy bien, para nosotros fue importantísimo. Le ganamos al campeón del mundo en su cancha y no es la primera vez que lo hacemos. Ellos tenían a Diego Maradona, Óscar Ruggeri, el Negro Enrique, Jorge Burruchaga, Funes y Canniggia. También hemos triunfado en Brasil porque somos una gran selección, a la cual no sé por qué se le crítica tanto su juego. A mí me gustaría saber por qué no critican a otras selecciones que juegan tan bonito y no ganan nada.

Usted compartió con el “Maestro” Tabárez en el Mundial de Italia 1990 y 29 años después, luego de haber dirigido a otros equipos, sigue teniendo credibilidad en el vestuario de la selección de Uruguay. ¿A qué se debe eso?

A pesar de sus problemas de salud, la mente está sana y ha creado todo un proceso con gente detrás que trabaja muy bien. Uruguay precisaba una organización de ese tipo. Aquí, la selección es una cosa y el fútbol interno es otra. La Celeste es un paraíso, mientras en el balompié interno la realidad no es buena. Ojalá la podamos mejorar para darle más posibilidades a la selección. El Maestro me dirigió muy joven y le aprendí mucho. Tuvo un recorrido buenísimo como entrenador, que le dio experiencia y la opción de corregir los muchos errores que todos cometemos. En la actualidad posee un cuerpo técnico muy bueno y una idea que es apoyada, lo cual es lo más importante porque el jugador que llega al seleccionado siente el amor a la camiseta, producto de las buenas enseñanzas del entrenador.

¿Cómo lo describiría en lo personal?

Es un ser humano excepcional, con principios, como tiene que ser cada ser humano en la vida, y que entiende muy bien el juego. Aparte, tiene una profesión en la que ha implementado muy bien su experiencia como maestro, lo cual no es para cualquiera. Sabe enseñar a los jóvenes, que siempre han sido piezas fundamentales de su proyecto. Siento un gran cariño por él. Tiene una grandeza que muchos no tienen: saber cuándo se equivoca y cuándo hacer las cosas mejor.

De las selecciones de la Copa América, ¿cuál es la que más le gusta por su forma de jugar?

Estoy seguro de que a ustedes les gusta Colombia. Y no tengo dudas de que Colombia es una gran selección, por su juego rápido, por su juego de conjunto, por su muy buena salida por los laterales, por las paredes que hace con jugadores que realmente son excepcionales y por su juego bonito. Pero no gana nada. Uruguay no tiene el juego de Colombia, es una selección seria, que sabe lo que hace, que se para bien en la cancha y sabe cortar los circuitos del rival. En el fútbol, el que tiene más la pelota es el que aparentemente va a ganar, pero, sin embargo, no es así. El que hace el gol es el que gana y el juego bonito se te queda para otro lado. Lo único que queda en la historia es el partido ganado. Pero me gustan Colombia, Brasil y Uruguay.

¿Qué cualidades tienen Enzo Francescoli y Marcelo Gallardo para tener a River Plate en uno de los momentos más gloriosos de su historia?

Los méritos son grupales. También los tiene el presidente Rodolfo D’Onofrio. Enzo, con quien compartí en la selección uruguaya, está a cargo de las contrataciones y ha hecho un gran trabajo al captar lo que el técnico y la directiva quieren. Es un combo de cosas que hacen que un buen entrenador como Gallardo esté teniendo jugadores de enorme capacidad, con los que consiguió los títulos. Marcelo mira muy bien el fútbol y es del riñón de River, igual que Enzo. River ha recorrido un camino de triunfos, los cuales tapan muchos errores, y eso hace que todo sea más bonito.

¿A qué se ha dedicado después de ser futbolista?

Por el momento estoy trabajando para un canal de televisión local para la Copa América, pero soy entrenador. Y como entrenador me encuentro a la expectativa de que se me vuelva a dar la oportunidad de dirigir porque vivo el fútbol de la misma manera como lo hacía de jugador. La experiencia me ha vuelto más estudioso y estoy capacitado para enseñarles a los jóvenes.

@SebasArenas10

Por Sebastián Arenas

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