La reunión con el máximo responsable del equipo se dio un día antes que se disputase el pasado domingo la carrera de las 500 Millas de Indianápolis, en la que ambos tuvieron la oportunidad de expresar lo que sentían sobre la marcha deportiva del mismo.
Especialmente, hablaron de los cambios constantes de jefes de equipo, algo que tiene frustrado a Montoya después que Jimmy Elledge fuera despedido, una decisión a la que se había opuesto el corredor colombiano, pues le tocó llegar a la prueba del pasado domingo con el tercer responsable de su trabajo en lo que va de temporada.
La reunión entre Ganassi y Montoya sirvió para que el corredor colombiano no se guardara ninguna de sus preocupaciones y frustraciones por las que está pasando este año.
"Dije todas las cosas que pensaba y como eran" , declaró Montoya. "El objetivo y esperanza de la reunión es que podamos revertir la actual situación con buenos resultados".
Montoya dijo que si la llegada de Ganassi había sido sólo para tranquilizarlo, no iba a tener ningún efecto, porque lo único que que necesita para que eso suceda es correr mejor en la pista.
"Desempeñarme bien en la pista es la mejor medicina para calmarme y que todo vuelva a la normalidad", señaló Montoya. "Deseo mejorar en mi rendimiento y es en lo único que me concentro", añadió.
Montoya reiteró que esperaba que dentro del equipo las personas entendieran que todo lo que deseaba era mejorar y obtener buenos resultados, algo que hasta ahora no se ha dado.
La carrera del pasado domingo fue un poco el ejemplo de lo que está pasando desde que comenzó la temporada. Durante una buena parte de la carrera Montoya trabajó bien, a pesar de los cambios en la dirección del equipo y lo mal que había estado en la fase de clasificación para quedar en el fondo de la parrilla de salida.
Pero Montoya logró entrar entre los 20 primeros en un determinado momento de la carrera, hasta que su coche, el número 42, hizo contacto con el de Patrick Carpentier y lo forzó a meterse en la zona de hierba del circuito, donde dio varias vueltas sobre si mismo y perdió la parte de atrás del vehículo.
"Si llego a permanecer sobre la pista, probablemente hubiese causado el mayor choque que se hubiera visto en todo el año", explicó Montoya. "Al menos diez coches que salían de la cuarta curva me hubiesen golpeado".
Montoya dijo que la decisión de irse a la hierba fue la mejor para todos, aunque frustrante para sus aspiraciones de haber finalizado en una mejor ubicación y mostrar las mejoras que había logrado el equipo.
Aunque Montoya dijo que podría haber actuado de otra manera en el contacto con el vehículo de Carpentier, por ejemplo, haber sido más agresivo para perjudicar al rival, dijo que había que tenía que pasar página a la dura semana que habían vivido, pero que formaba parte de lo que es la competición automovilística.
Por su parte, el nuevo jefe del equipo, Brian Pattie, dijo que estaba ilusionado de poder trabajar con Montoya y trasmitirle la seguridad que entendía su frustración y deseaba ayudarle para que todo cambiase en la dirección correcta.
La mejor demostración de esa nueva política que espera tener Pattie con Montoya es el haberse sentado ambos para examinar los progresos que el auto tuvo desde la frustrante sesión de entrenamientos del pasado jueves y como se comportó el vehículo durante la prueba del domingo.
El neocelandés Scott Dixon fue el gran triunfador de las 500 Millas de Indianápolis después de superar por 1,75 segundos al corredor brasileño Víctor Meira.
Mientras que su compatriota, Helio Castroneves, ganador dos veces de la famosa prueba, quedo cuarto, por detrás del estadounidense Marco Andretti, que finalizó tercero.
Dixon se convirtió en el octavo piloto extranjero en ganar la carrera en las últimas diez ediciones.
La quinta prueba de la IndyCar Series, disputada sobre el Motor Speedway de Indiana (Estados Unidos) , tuvo el debut el español Oriol Serviá (KV Racing Technology) , quien acabó undécimo.