No ha sido fácil la segunda temporada en Indy Lights para Juan Diego Piedrahíta. Tras debutar en la categoría con el equipo Schmidt Peterson Motorsports en 2014, pasó este año al Belardi Auto Racing, escuadra en la que el bogotano Gabby Chaves se había proclamado campeón. Sin embargo, los resultados no han sido los esperados, claro que aún restan tres competencias para finalizar el calendario y en las que Piedrahíta tiene toda la ilusión de lograr sus mejores carreras.
Por falta de presupuesto es el segundo piloto del equipo, al que le toca luchar con un auto en desarrollo, y a pesar de eso está solamente a siete puntos de su compañero Félix Serralles en la general. Otro factor es que el nivel ha crecido, ya que han llegado pilotos como Nelson Piquet Jr. y Max Chilton, quienes incluso han estado en Fórmula Uno. Sus sueños son grandes y, como lo ha demostrado a lo largo de su vida, tiene una capacidad de lucha que lo hace fuerte y por eso no se rendirá. De hecho, ni lo ha pensado. Tiene ganas de revancha y este fin de semana en las dos carreras que se disputarán en Mid-Ohio Sports Car Course lo quiere demostrar. El bogotano de 23 años, que admira a Juan Pablo Montoya, habló con El Espectador sobre su momento y sus objetivos en el automovilismo, una pasión que nació desde que era muy pequeño, cuando su abuelo Alberto Piedrahíta Pacheco transmitía carreras de Fórmula Uno.
¿Cuándo fue la primera vez que se sintió competitivo?
Empecé a competir a nivel nacional cuando tenía 7 años. Yo ganaba muchas carreras a esa edad, porque esto no lo veía como un juego.
Cuál es su carrera soñada?
Competir y ganar en las 500 Millas de Indianápolis, por supuesto a bordo de un IndyCar.
¿El circuito en el que no ha estado y algún día quisiera hacerlo?
Me gusta mucho Monza. Creo que es de los más recordados en Fórmula 1 y uno de los más importantes.
¿Quién es su referente? ¿A quien sueña emular?
Sin duda Juan Pablo Montoya. Él siempre fue mi fuente de inspiración, desde que corría en la Cart. Es el piloto que comenzó todo y el referente a seguir.
¿Cómo es estar con él en el automovilismo americano?
Es algo especial, porque crecí viéndolo correr. Espero poder competir en su contra algún día. Eso en verdad sería maravilloso.
¿Cómo ha sido la experiencia en esta temporada?
Ha sido un proceso de aprendizaje, los resultados no han llegado como esperábamos, pero seguimos trabajando para mejorar y conseguir lo que tanto anhelamos. La clave es nunca rendirse.
¿Los ejemplos de Muñoz y Chaves sirven para soñar con dar el paso a la IndyCar?
Sí, mi objetivo es llegar a la IndyCar como lo han hecho ellos.
¿Qué tanto lo apoyó su abuelo con su sueño de ser piloto?
Siempre me apoyó mucho y me animó a seguir mi sueño de ser piloto. Me contaba historias sobre grandes ciclistas o futbolistas que triunfaban en su deporte gracias a la pasión y determinación que tenían. Mi abuelo es un gran referente de que los sueños se pueden alcanzar si se persiguen constantemente.
¿Nunca le insinuó que se volviera periodista o locutor, como él lo fue?
No, siempre me dijo que siguiera mis sueños, fueran los que fueran. Por supuesto que lo que a mí siempre me gustó fue conducir autos con gran velocidad.
¿Quién ha sido esa persona fundamental en su proceso?
Mi mamá, mi papá y toda mi familia siempre han estado en las buenas y en las malas.
¿Cómo es su vida en EE.UU?
Vivo muy cerca del autódromo de Indianápolis, vivo rodeado de pilotos de Indy Lights e IndyCar, todos viven cerca, así que eso algo muy chévere porque existe una buena convivencia.
¿Cómo es un día normal suyo?
Me levanto temprano y voy al gimnasio a hacer una rutina de dos horas, después voy al taller, donde me reúno con los ingenieros y los mecánicos, ya sea para discutir sobre la siguiente carrera o para realizar trabajo en el simulador. Después voy a almorzar con el equipo y llego a la casa normalmente por la noche.
¿Qué es lo primero que hace o lo que nunca puede dejar de hacer en un día?
Agradecerle a Dios por otro día lleno de retos y oportunidades. Me considero una persona muy afortunada.
¿Qué lo hace feliz?
Manejar y convivir con mi familia y amigos.
¿Qué lo hace llorar?
Una mala carrera o un día difícil en pista me llenan de frustración y a veces se me salen algunas lágrimas.