A partir de los primeros años del siglo XX, el balonmano se empezó a popularizar de gran manera, lo que daría paso para que en 1917 Max Heiser redactara el primer reglamento de juego.
Dos años más tarde sería Karl Schelenz quien, en Berlín (Alemania), le hizo ajustes al reglamento, por lo que se le considera como una de las personas más importantes en el desarrollo de este deporte.
En el año de 1938 se disputó en Alemania el primer campeonato mundial de balonmano.
Ocho años más tarde se creó la Federación Internacional de Balonmano, la que impulsó dos modalidades para esta disciplina: la de 11 jugadores y otra de 7 (versión sala).
Desde 1937, hasta 1966, las dos modalidades de balonmano tuvieron sus respectivos campeonatos mundiales.
Pero sería en 1972 cuando se estrenaría la disciplina en unos Juegos Olímpicos (Munich 1972). Posteriormente, en Montreal 1976, la rama femenina tuvo su lugar en las justas.