¡A veces no gana el mejor equipo… gana el que mejor juega!

Los Reales de Kansas City sencillamente jugaron mejor y batearon oportunamente, para conquistar la Serie Mundial. Los Mets de Nueva York perdieron el norte a la ofensiva y dieron muchas libertades a la defensiva.

Antonio Andraus Burgos
18 de noviembre de 2015 - 04:03 p. m.
Los Reales de Kansas City se coronaron campeones de la Serie Mundial de béisbol. Foto: AFP
Los Reales de Kansas City se coronaron campeones de la Serie Mundial de béisbol. Foto: AFP

Matt Harvey, el derecho y formidable lanzador de los Mets de Nueva York, fue quien convenció a su capataz, Terry Collins, que lo dejara salir a lanzar el noveno episodio de ese quinto y último juego de la Serie Mundial de este año.

Y si lo dice Terry, hay que creerle.

¿Cuál de los dos estará más arrepentido de haber incurrido en tamaño desafío, Harvey o Collins?

El tiempo lo dirá. O por lo menos, ellos, Matt y Terry, en su conciencia, sabrán por qué lo hicieron. Nosotros simplemente señalamos en su momento, que Harvey debió salir en el octavo capítulo completo y darle paso al grupo de relevistas para que se hiciera cargo de la situación, en los aparentes tres últimos outs del noveno. Eso, por lo menos, indicaba la lógica beisbolera para aplicar en ese momento.

Pero bueno. Ya eso es historia. Eso quedó para la memoria de los simpatizantes de los Mets que salieron con el corazón encogido como uva pasa del Citi Field en ese último desafío de la Serie Mundial, y con el corazón henchido por parte de los aficionados de los Reales que aun cuando eran pocos, celebraron hasta el cansancio la victoria de su novena por las calles de Queens.

Sobre el papel

Cuando llegó la hora del Clásico de Otoño, y siendo que los Cardenales de San Luis habían quedado por fuera en la Liga Nacional, lo mismo que los Dodgers de Los Ángeles, consideramos el balance de las dos equipos que llegaron a la Cita de Octubre: los Mets de Nueva York y los Reales de Kansas City.

Sobre el papel, y analizando lo que es el desarrollo del béisbol en series muy cortas como la que se juega en la Cita de Octubre en las Grandes Ligas para definir al gran campeón de la temporada, nos inclinamos por los Mets dada la circunstancia de contar con una rotación abridora envidiable: Matt Harvey, Jacob deGrom, Noah Syndergaard y Steven Matz; contra un grupo integrado por Edison Vólquez, Yordano Ventura, Johnny Cueto y Chris Young, aquél se mostraba mucho más sólido que éste para lo que era enfrentar la Serie Mundial.

También dijimos en su momento, que la fortaleza de los Reales era su buena defensiva, su buen corrido sobre las bases, y su bateo oportuno. Pero que por encima de todo, era su cuerpo de relevista - formado por Kelvin Herrera, Ryan Madson y Wade Davis, pese a la ausencia de Greg Holland -, lo más sobresaliente de los campeones de la Liga Americana que repetían, de manera consecutiva, en el Clásico de Otoño. Esa estimación de jerarquía con los relevistas no era tan interesante como la rotación abridora del club de Nueva York.

Y sobre los Mets, que además de sus lanzadores abridores, mantuvo una buena ofensiva hasta la ronda de la final por el título de la Liga Nacional, una defensiva a la altura de las exigencias y un buen patrón de juego sobre el terreno.

Ese fue el análisis que hicimos sobre el papel, pero lo que ocurrió sobre los diamantes de juego fue totalmente diferente. Y las cifras lo indican fehacientemente.

La verdad escrutada

A simple vista. los Mets mostraban un mejor equipo sobre el escritorio; pero los Reales exhibieron mejor juego de béisbol sobre el campo. Y de eso, que no le quede duda a nadie.

Los campeones de la Liga Americana batearon para 239 en conjunto, 47 inatrapables en 197 turnos; contra un pálido 193 de los monarcas de la Liga Nacional, 35 imparables en 181 turnos al bate; los Reales, despacharon apenas 2 cuadrangulares, uno de ellos valiosísimo por parte del jardinero izquierdo, Alex Gordon, contra una oferta del cerrador oficial de los metropolitanos, Jeurys Familia, con un out colgado en la pizarra en la novena, que igualó las acciones a 4 carreras, para que finalmente ganaran los Reales 5-4 en 14 sensacionales episodios el primer juego del clásico; contra 6 ‘’bambinazos’’ de los Mets, dos de ellos de Michael Conforto, pero que cuatro de esos estacazos de circuito completo no ofrecieron ventaja para la novena.

Los Reales hicieron gala de su velocidad sobre las bases. Véanlo más claro. Siete intentos de robos de base. Siete bases alcanzadas. Los Mets, de tres intentos dos fueron capturados. ¡Qué gran diferencia! El brazo del venezolano Salvador Pérez fue el ‘’tatequieto’’ para los corredores de los Mets; el de Travis d´Arnaud fue ventaja para sus rivales.

Los Mets no produjeron de manera oportuna con sus batazos, hasta el punto que apenas despacharon un doblete y ningún triple, dejando en circulación un total de 26 hombres sobre las bases; contra 10 batazos de dos bases de los Reales más un triple, con 39 corredores en circulación. Eso también hizo la diferencia.

Sobre el terreno, los Reales combinaron 5 doble-matanzas contra apenas 3 de los Mets. Empero, los metropolitanos cometieron media docena de errores, 4 de ellos realmente costosos, contra 2 marcados de los muchachos de Kansas City, además de que fueron acosados mentalmente en el tercer juego para cometer pifias, una de Yordano Ventura y otra de Franklin Morales, que finalmente, permitieron carreras que le otorgó la única victoria a los Mets. Alex Ríos, el boricua que patrullaba el bosque derecho de los Reales, también pecó mentalmente en una oportunidad.

De los lanzadores

Si nos volviesen a presentar sobre el escritorio las dos nóminas de estos clubes antes de la Serie Mundial, tendríamos que inclinarnos una vez más por los Mets para acreditarlos como ganadores, dada la calidad de sus abridores.

Pero es que a la artillería de los metropolitanos se les ‘’humedeció’’ la pólvora cuando más la necesitaban. El silencio sepulcral de los bates de David Wright, el gran capitan que estaba sobre el campo luego de una prolongada ausencia por lesión; Daniel Murphy, el sobresaliente bateador de las series divisional y de campeonato; Yoenis Céspedes, la potencia cubana en los 60 días en el trayecto agosto y septiembre; y del receptor Travis d´Arnaud, fue un desastre absoluto, sin sumarle la ausencia total a la ofensiva del paracortos venezolano Wilmer Flores.

En cambio, Alcides Escobar, Ben Zobrist, Lorenzo Caín, Eric Hosmer, Mike Moustakas, Salvador Pérez, el Pelotero Más Valioso de la Serie Mundial, y Alex Gordon, con otros indiscutibles oportunos de Alex Ríos y Christian Colón, así como del bateador designado cubano Kendrys Morales, se hicieron respetar con el bate sobre los hombros en todos los momentos cruciales de los partidos.

Los abridores de los Mets en 30 episodios permitieron 14 carreras limpias, para efectividad de 4.20, contra 12 anotaciones en 28 actos y un tercio de la rotación de los Reales para 3.81 carreras limpias por juego. Discutible diferencia sobre lo que hubo efectivamente sobre el terreno y las calidades de los lanzadores de uno y otro equipo.

El grupo de relevistas

Pero la gran diferencia fue el cuerpo de relevistas de los Reales sobre el de los Mets. No había equivocación posible, y por eso, los campeones de la Liga Americana se alzaron con la corona de la Serie Mundial.

Los relevistas de los Reales acumularon 0 derrotas y 3 victorias, contra 0 triunfos y 3 derrotas de los Mets. Para los cerradores de los campeones de la Serie Mundial en 23 episodios y 2 tercios, admitieron 5 carreras, para efectividad de 1.90 por juego. ¡Sensacional!, por decir lo menos.

En cuanto al grupo de rescate de los metropolitanos, en 21 episodios y un tercio, aceptaron nada más y nada menos que 10 carreras para el astronómico promedio de 4.22 de carreras limpias. La diferencia es ¡abismal!

Y analicen esto adicionalmente a todo lo que reflejan fríamente los numeritos de los 5 juegos de la Serie Mundial.

En sólo dos partidos hubo decisión a favor y en contra de los abridores de los respectivos encuentros. En el segundo juego, cuando Johnny Cueto guió de manera magistral a la segunda victoria a los Reales. El revés fue para Jacob deGrom, el derecho que inició por los Mets. Y en el tercero, cuando el joven veloz derecho de los Mets, Noah Syndergaard, se acreditó la única victoria para la novena de Nueva York, con derrota para el abridor de los Reales, el dominicano Yordano Ventura.

En los otros tres desafíos, las victorias y las derrotas fueron para los integrantes de la nómina de relevistas de ambas novenas. Obvio, los 3 triunfos, para la reconocida calidad de los serpentineros de los Reales. En el primer choque, en 14 episodios, el triunfador fue Chris Young, en plan de rescate y la derrota para el veterano dominicano Bartolo Colón. En el cuarto, para Ryan Madson se acreditó el triunfo y el revés fue para Tyler Clippard, quien con dos pasaportes gratis otorgados, hundió a su equipo. Y en el quinto, en 12 capítulos, Luke Hochevar obtuvo el triunfo y a Addison Reed se le apuntó la caída.

Como siempre se ha dicho en el béisbol, a veces no gana el mejor equipo que se tiene sobre el escritorio… gana el que mejor juega sobre el campo…
y en esta oportunidad, los Reales fueron sencillamente mejores que los Mets en esta Serie Mundial 2015.

Escrutadas así las cosas, por lo que sucedió en los diamantes de juego, los Reales cimentaron por todos los ángulos su victoria en esta Serie Mundial que para ellos, fue el desquite por lo que les había ocurrido hace exactamente un año, frente a los Gigantes de San Francisco y al espectacular lanzador siniestro, Madison Bumgarner.

Los Reales de Kansas City de mantener ese equipo compacto que muestra en los actuales momentos, con las variables lógicas de cualquier novena en el transcurso de los próximo 4 o 5 años, serán un hueso duro de roer en la Liga Americana.

Los Mets de Nueva York en la medida en que crezcan sus novatos, especialmente su grupo de lanzadores, y se fortalezcan sobre el campo con ajustes normales en el inmediato futuro, será el equipo a derrotar en la Liga Nacional.

Por Antonio Andraus Burgos

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