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Caminando con las piernas de sus ídolos

Mariana Pajón y Juan Guillermo Cuadrado “donaron” sus piernas para ayudar a dos jóvenes colombianos víctimas de las minas antipersonal.

Gloria Bejarano C.
26 de marzo de 2015 - 02:21 p. m.
Angie Paola Trespalacios llora junto a su padre Raúl Alberto tras recibir la noticia de su ídolo Mariana Pajón, quien le anunció que le donarían una prótesis con su horma.  / Gustavo Torrijos - El Espectador
Angie Paola Trespalacios llora junto a su padre Raúl Alberto tras recibir la noticia de su ídolo Mariana Pajón, quien le anunció que le donarían una prótesis con su horma. / Gustavo Torrijos - El Espectador

El 20 de julio de 2008 transcurría con normalidad en la vereda Las Pabas, ubicada en el sur del departamento de Bolívar. A través de los medios de comunicación, los campesinos y los trabajadores de la zona observaban los desfiles y eventos patrios que se desarrollan anualmente para conmemorar el Día de la Independencia en varias ciudades del país. Sin embargo, al caer la tarde, esa “celebración” y algarabía se transformaron en desgracia por uno de los mayores flagelos de Colombia: las minas antipersonal.

Sobre las 4:30 de la tarde, Angie Paola Trespalacios, una dulce e inocente niña de ocho años, regresaba a su casa de un culto religioso al que siempre asistía con su familia, cuando pisó una de estas trampas mortales que la dejó gravemente herida. De inmediato la llevaron al hospital de la región, pero no recibió la ayuda necesaria y sólo un día después fue trasladada a Bucaramanga, en donde le informaron a su papá, Raúl Alberto, que era necesario amputar la pierna derecha para salvar la vida de su hija.

Él, que cumplió desde que ella tenía cuatro años la función de padre y madre, tras el abandono de su esposa, sintió como si esa mina hubiera explotado en su corazón. “Después de ver a mi niña completa asimilar que le faltaba una pierna fue algo muy duro, pero gracias a Dios hemos salido adelante”, afirmó Raúl. Mientras, el motor de su vida recibió la mejor sorpresa de todas: el apoyo de su heroína, Mariana Pajón, quien “donó” su pierna para que tomaran la horma en 3D y elaboraran la nueva prótesis de Angie Paola, una interesante iniciativa desarrollada por la Fundación Cirec.

Y es que la injusta realidad que Angie vivió cuando niña no le impidió que realizara sus sueños y luchara por la vida. Con la misma convicción y fuerza que irradia la “reina” del deporte colombiano cada vez que habla, esta joven de 15 años vive su día a día. “Mi vida es normal, voy al colegio y desarrollo las mismas actividades que hace cualquier persona”.

Lo que no es normal es su afición por las bicicletas. Cada vez que empieza a pedalear siente tanta adrenalina y pasión, que sólo alguien como Mariana entendería. “Yo la admiro mucho, porque brilla cada vez que se sube a una bicicleta. La uso para ir al colegio y no me para nadie. Estoy feliz con esta sorpresa y con el mensaje de apoyo que me envió la ciclista”, aseguró Angie.

Otro de los beneficiados con el proyecto “Camina conmigo”, de la Fundación Cirec, es Onofre Zafra, un joven de 27 años aficionado por el fútbol y admirador del crack colombiano Juan Guillermo Cuadrado. El 11 de febrero de 2004, cuando caminaba por una vereda junto con su familia en el municipio de Matanza, Santander, pisó una mina que le produjo la pérdida de su pierna derecha.

“Iba con toda mi familia por un terreno de ganado, pero me adelanté porque estaba jugando con los perros. Irónicamente nadie había caído en esa zona y yo fui la víctima, pero eso no me ha impedido realizar mi vida”, recuerda Onofre, quien tras el accidente decidió estudiar enfermería para ayudar a las personas que como él sufrieron por culpa del conflicto armado en Colombia.

No ha vuelto a jugar fútbol, su gran pasión, pero cree que con la nueva prótesis que recibirá, con la horma y el aval de su ídolo deportivo, pronto podrá hacer realidad su sueño. “Doy gracias a Dios, a la Fundación Cirec y a Juan Guillermo Cuadrado por este mensaje, saber que él conoce mi caso, que me quiere apoyar y que regaló algo de su tiempo para la elaboración mi prótesis me hace muy feliz. Espero poder conocerlo pronto y jugarme un partidito con él”, concluye Onofre, con un brillo especial en sus ojos color marrón.

Por Gloria Bejarano C.

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