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Cuando un equipo gana y funciona bien, no se cambia. Esa premisa del fútbol implica que los suplentes tengan pocas opciones de actuar, situación que preocupa poco al defensa central vallecaucano Carlos Valdés, para quien lo realmente importante es el beneficio de la selección.
“No es una frase de cajón. Acá ganamos y perdemos todos. Cada uno ha puesto su grano de arena para esta gran campaña en el Mundial, incluso los compañeros que por alguna razón no están acá, pero que han sido parte de este proceso, y jugaron en las eliminatorias”, dice el jugador de San Lorenzo de Almagro, quien a sus 29 años está cumpliendo uno de sus sueños de niño.
“Definitivamente, un Mundial es algo incomparable. Nosotros estamos concentrados, pero sentimos el apoyo de todo el país. Sabemos que en Colombia la gente está muy feliz y orgullosa de lo que estamos haciendo. En lo deportivo, este es el máximo nivel, y por más que uno tenga experiencia en el fútbol, todo te sorprende: la organización, los estadios, todo lo que hay alrededor. La manera en la que te tratan, los traslados, la pasión de la gente. Este es un sueño cumplido”, admite el caleño, quien actuó en la victoria contra Japón en Cuiabá.
Al igual que sus compañeros, Carlos tiene la mente puesta en Brasil, el rival de cuartos de final, al que conocen muy bien: “Es una gran selección, la que para muchos es favorita. Tiene grandes individualidades, pero nos vamos a preparar muy bien, como lo hemos hecho hasta ahora, con el objetivo de explotar sus debilidades y contrarrestar sus fortalezas, que son muchas a pesar de que no haya tenido un Mundial sencillo”.
Valdés le restó importancia al hecho de jugar ante el local. “En Belo Horizonte, Brasilia, Cuiabá y Río nos sentimos como en casa, pero igual sabemos que Colombia está con nosotros. Dentro o fuera del estadio tenemos el apoyo de nuestra gente, ese calor humano y esa buena energía, que han sido impresionantes durante todo el torneo”.
Y aunque se muere de las ganas de jugar, sabe que por ahora no hay chance de ser titular: “Cristian y Mario están haciendo un trabajo espectacular y yo me siento muy feliz por ellos. Como defensa que conoce esa posición, uno tiende a analizar un poco más a fondo el desempeño de sus compañeros y la verdad es que han tenido un nivel muy elevado. Esa fortaleza del equipo atrás es la que nos ha permitido manejar los partidos con tranquilidad y después buscar los resultados”.
También destaca la madurez y preparación mental que ha tenido la selección para afrontar cada compromiso. “Este grupo ha superado todas las adversidades, ha afrontado las críticas y las opiniones encontradas, porque ha tenido un cuerpo técnico elocuente, con un gran liderazgo y la capacidad para aprovechar nuestras virtudes. Nos trazó un plan y nos ha ayudado a cumplirlo para llegar al Mundial en un gran momento individual y colectivo”.
Valdés asegura que Colombia no tiene límite. “Este equipo está cambiando la historia de nuestro fútbol. Lo digo con orgullo y no solamente por los resultados, sino por el profesionalismo y la disciplina. Porque seguro que vamos a aportar para un cambio, para que mejore nuestra cultura futbolística. Le estamos devolviendo la grandeza y la imagen a nuestro país”.
Y con sensatez agrega: “Vamos a pelear al máximo para llegar lo más lejos posible. Una de las claves de nuestro éxito ha sido el hambre de victoria y el deseo de crecer cada vez más, así que no vamos a renunciar a eso. Tenemos seguridad y confianza en nuestro trabajo, pero respetamos a cada rival, como debe ser. Si nos gana será porque es mejor, pero no porque lo menospreciamos o nos intimidó. Este grupo no sufre de complejos ni de agrandamientos”.
Con esa claridad conceptual, Carlos seguirá trabajando para el colectivo, esperando su oportunidad para saltar a la cancha y hacerse “matar”, como él mismo dice, por esa camiseta número 23 que guardará como un tesoro en su casa en Cali, la prueba máxima de que fue uno de los héroes colombianos en el ya inolvidable Mundial de Brasil 2014.