Publicidad

Lo que dejó la Vuelta

Colombia ratificó su poderío en el ciclismo del mundo.

Rafael Mendoza. Especial para El Espectador
15 de septiembre de 2015 - 07:10 p. m.
Nairo Quintana finalizó en la cuarta posición en la Vuelta a España 2015. Foto: AFP
Nairo Quintana finalizó en la cuarta posición en la Vuelta a España 2015. Foto: AFP

El llevar al estrellato a un corredor, en este caso Esteban Chaves, sería más que suficiente para considerar que los colombianos que forman parte de escuadras extranjeras han cumplido un papel preponderante en la Vuelta a España que concluyó el domingo pasado en Madrid. El ciclista bogotano era apenas un buen prospecto para la mayoría de los especialistas al iniciarse la carrera y en unos pocos días se convirtió en uno de sus grandes protagonistas.

El triunfo en dos etapas del corredor del Orica, el vestir en la primera parte de la prueba la camiseta roja y el terminar entre los cinco primeros de la general final nos llena de ilusión. Y esto lo consiguió sin contar con sus compañeros en los momentos definitivos ya que la escuadra fue diseñada para buscar victorias en los remates masivos de las etapas. Por ello podemos decir que salimos de la prueba con la ilusión de tener ahora tres corredores que pueden brillar en cualquier prueba, especialmente en las tres grandes vueltas del calendario mundial.

Capítulo aparte se merece Nairo Quintana, que mostró una guapeza y un espíritu de sacrificio fuera de serie. El que no se haya bajado de la bicicleta a pesar de la fuerte virosis que lo afectó y el terminar luchando sin tregua por meterse al podio lo transforman en una figura épica. Ya llevaba encima el peso de los kilómetros recorridos en el Tour y en especial del emotivo duelo mantenido con Chris Froome en la búsqueda de la camiseta amarilla. Hoy ya cuenta con el bagaje que le dejan más de 4.500 kilómetros recorridos a todo pedal, en dos meses de pedaleo al más alto nivel que le permitieron saber hasta dónde llegan sus límites. Un segundo lugar en el Tour y un cuarto en la Vuelta lo han llevado al tercer lugar en la clasificación UCI de la temporada.

Respecto al equipo de Colombia tenemos demasiados reparos. Es la peor actuación de un equipo nacional en las tres grandes pero esto era lo que se esperaba antes de su viaje: No contaba con un corredor destacado que pudiera ser jefe de filas, su conformación, su estructura y los medios de que disponía (a pesar de la millonada que invierte Coldeportes que no se sabe en qué se gasta y de la que se debe investigar porque son dineros del Estado) estaban muy por debajo de los de sus rivales. Los muchachos batallaron, la sudaron, se metieron en numerosas fugas con las que pagaron con creces su patrocinio pero no consiguieron nada. Proclamar que un séptimo puesto en la clasificación de montaña y un segundo de etapa son lauros suficientes es ver los resultados con binóculos. No se ve por ningún lado un equipo que merezca siquiera una invitación a una clásica en Europa.

Hay algo más que nos quedó sabiendo a jabón a quienes entendemos algo de ciclismo. Para poder ver la prueba teníamos dos opciones: o Señal Colombia o ESPN 3 en alta definición. Y la transmisión de esta cadena deportiva fue un circo, encabezada por un argentino gritón y populachero que no tiene idea de ciclismo, que únicamente repite y repite frases tontas (prendió la moto… me voy a morir…), que se autoelogia sin cesar, que no conoce a los corredores pero que se precia de ser amigo íntimo de los grandes (el día que ganó Van Poppel se demoraron más de medio minuto en dar el nombre del vencedor), que cada vez que un colombiano se metía en una fuga aseguraba irresponsablemente que sería el ganador de la etapa y mil sandeces más… El comentarista, (colombiano por cierto) risiblemente bautizado “el Científico” apenas podía comentar datos del Libro de la Vuelta o de internet. Y no es por fobia a los extranjeros que anotamos esto porque nos sentimos felices cuando la mexicana Georgina Sandoval lleva el peso de las transmisiones del Tour porque sabe de ciclismo, conoce a casi todos los corredores, entiende de verdad lo que ocurre en la carretera y lo sabe contar sin estridencias.

Como de ciclismo él y su comentarista no tienen idea, ni siquiera pueden pronunciar correctamente los nombres de los grandes del momento o del pasado, acudían a pedir fotos de cuanta pendejada se les ocurría o a preguntas repetidas todos los días. Pero esto no es lo grave; en el fondo lo que hay es un lagarto que quiere que lo inviten a vueltas y clásicas en Latinoamérica y que luego sale a pagar a sus “patrocinadores” como lo hizo en esta ocasión en forma descarada con la Vuelta a Colombia y con los directivos de la Federación que lo tuvieron como invitado especialísimo.

Según él –lo repitió cada vez que pudo- nuestra Vuelta cada vez es más grande pero la realidad es que da pena lo que ha llegado a ser ya que ni siquiera debería figurar como una prueba de la UCI pues en sus reglamentos aparece en su parágrafo 2.1.003 que: “Para poder ser inscrita en el calendario internacional, una prueba debe garantizar una participación de al menos 5 equipos extranjeros. Un equipo mixto es considerado como un equipo extranjero si la mayoría de los corredores que lo componen son de nacionalidad extranjera”. ¿Saben cuántos equipos extranjeros estuvieron en la que se corrió hace unos días? Dos. Y vean cuántos equipos foráneos vinieron en los últimos años… Se los podría contar en los dedos de las manos… Qué organización tiene una prueba cuando se le pregunta al jefe de prensa que dónde está la Sala de Prensa y él responde que qué es eso… Por misericordia de la UCI o por nuestra gloriosa historia internacional, o por Nairo y Rigoberto y otros gregarios de lujo que tenemos en Europa, o por influencias soterradas, no desaparece en el calendario internacional…

Nos quedó faltando este año un triunfo en una de las grandes pero sabemos que con estas “derrotas”, si es que se las puede llamar así, los ciclistas colombianos preparan un futuro que se siente que va a ser maravilloso. Nairo Quintana brillará ante Froome, Valverde y los demás veteranos y ante esa constelación de rivales que se viene, como Aru, Dumoulan, Majka y Landa y Esteban Chaves así mismo será otra estrella de primera magnitud.

Por Rafael Mendoza. Especial para El Espectador

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar