En el Giro, la pelea es peleando

El líder Tom Dumoulin sufrió un problema estomacal que lo obligó a parar durante algunos segundos en el último ascenso de la etapa reina. El colombiano Nairo Quintana no atacó, pero le descontó dos minutos en la general.

Redacción Deportes - @DeportesEE
23 de mayo de 2017 - 10:00 p. m.
Vincenzo Nibali y Nairo Quintana (izq.) fueron los grandes beneficiados de la etapa de este martes en el Giro.  / AFP
Vincenzo Nibali y Nairo Quintana (izq.) fueron los grandes beneficiados de la etapa de este martes en el Giro. / AFP
Foto: AFP - LUK BENIES

El Giro de Italia se puso muy interesante. Este  martes, en la etapa reina, con tres durísimos premios de montaña pero final en bajada, Nairo Quintana y el equipo Movistar movieron sus fichas para atacar en el último ascenso y comenzar a descontarle tiempo al líder, Tom Dumoulin.  (Vea el especial del centenario)

Sin embargo, a mitad de la segunda subida al Stelvio, el holandés vestido de rosa sufrió problemas estomacales y tuvo que parar al lado de la carretera durante un par de minutos. Nairo y los demás candidatos al título de la carrera no aumentaron el ritmo y casi hasta la cima esperaron a que el líder conectara, algo que no ocurrió.

Llegó entonces el ataque del italiano Vincenzo Nibali, quien en un descenso suicida alcanzó al español Mikel Landa, que iba fugado, y lo superó en el embalaje final para darle al país anfitrión el primer triunfo parcial en su edición del centenario.

Quintana no arriesgó más de la cuenta en la bajada, de casi 20 kilómetros, y finalizó tercero en la fracción, lo que le permitió descontarle poco más de dos minutos a Dumoulin, quien ante el infortunio optó por regularse y minimizar las pérdidas.

“Me hubiera gustado sacarle cinco minutos a Dumoulin, pero una cosa es querer y otra poder. De todas formas estoy satisfecho con lo que hicimos”, admitió Nairo al final de la jornada.

El colombiano no quiso profundizar sobre el incidente que sufrió el líder y diplomáticamente señaló que “fue un día muy positivo. Por unas razones u otras, él ha cedido, pero todavía está adelante y tiene una ventaja importante. El ritmo de la etapa ha sido muy alto y con el kilometraje que ya tenemos encima y el recorrido tan duro los cuerpos están muy cansados y a la vez la fuerzas muy igualadas”.

Nibali, que ahora es tercero en la general, admitió que “en el descenso lo he dado todo. Fue un gran espectáculo. No pensé en la victoria de etapa sino hasta la recta final, casi no tenía fuerzas. Está claro que el Giro está más abierto que nunca y que Quintana y Dumoulin son los hombres a seguir. Habrá que seguir intentando sacarles diferencia”.

Con cara de pocos amigos tras cruzar la meta en la población de Bormio, Dumoulin dijo que “en la primera parte de la carrera estaba bien, pero en el ascenso al Stelvio necesitaba parar. Me sentí realmente mal, sobre todo en el descenso. Me sentí solo, pero no perdí la cabeza y decidí dar la pelea”.

En cuanto a la actitud de sus rivales, que no pararon a esperarlo, aunque tampoco hicieron un ataque a fondo en el ascenso, agregó: “Tengo la maglia rosa. Quintana y Nibali ahora están muy cerca en la general. Íbamos a tope y no podría juzgar lo que hicieron. No estoy disgustado porque ellos realmente no esperaron. Eso sí, me duele que por culpa de la naturaleza perdí dos minutos”.

Este miércoles se disputa la decimoséptima etapa, ideal para intentar fugas. La gran montaña regresa este miércoles y también las jornadas de viernes y sábado terminarán subiendo.

En lo que sí coincidieron Dumoulin, Nibali y Nairo es en que “todavía falta mucho y seguramente habrá ataques de todo lado”. “La pelea es peleando”, en la carretera y fuera de ella, porque el episodio de este martes generó incomodidad en el holandés, quien, a pesar de la adversidad, sigue vestido de rosa.

Por Redacción Deportes - @DeportesEE

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