Fernando Gaviria, el rey de la velocidad

El pedalista colombiano obtuvo su cuarto triunfo en esta edición del centenario del Giro de Italia. Desde este sábado Nairo Quintana tiene la oportunidad de descontarle tiempo al líder, Tom Dumoulin.

Luis Guillermo Ordóñez Olano - @Memordonez
20 de mayo de 2017 - 03:00 a. m.
El ciclista antioqueño Fernando Gaviria ganó las etapas 3, 5, 12 y 13. Se convirtió en el colombiano que más jornadas se ha llevado en el Giro de Italia.  / AFP
El ciclista antioqueño Fernando Gaviria ganó las etapas 3, 5, 12 y 13. Se convirtió en el colombiano que más jornadas se ha llevado en el Giro de Italia. / AFP

Que nadie se llame a engaños. Detrás del éxito de Fernando Gaviria, quien ayer ganó al embalaje su cuarta etapa en el Giro de Italia del centenario, hay, además de talento, mucho trabajo y dedicación. En eso coinciden los especialistas y varios de los entrenadores que ha tenido el pedalista antioqueño de 22 años en su meteórica carrera. (Conozca la historia del Giro de Italia)

Desde su padre, Luis Hernando, de quien recibió las primeras enseñanzas, hasta el propio Davide Bramati, su orgulloso director deportivo en el equipo belga Quick Step.

“La única manera de aprovechar un talento innato es trabajándolo adecuadamente, con constancia y disciplina. Más de la mitad del éxito de un deportista de alto rendimiento radica en su preparación. Por más condiciones que se tengan, si no hay sacrificio y entrega, eso se pierde”, señala Luis Hernando Gaviria, el padre y profesor de educación física de Fernando, quien en compañía de su hermana, Juliana, pasaba las tardes entrenando en los diferentes escenarios de La Ceja (Antioquia), la población en la que nació el 19 de agosto de 1994.

Como buen niño, Fernando “le jalaba” a todo. Participó en campeonatos escolares de atletismo, microfútbol, baloncesto, voleibol y patinaje, que fue la disciplina a la que se dedicaron los Gaviria por muchos años.

“Yo fui ciclista, pero traté de no acosarlos. Les pedía que escogieran algo que quisieran y que les fuera a servir en la vida. Y que se dedicaran a prepararse para ser los mejores”, recuerda el papá, quien cree saber cuándo comenzó el sueño de Fernando.

“Él veía las etapas de las grandes carreras y se emocionaba con los embalajes. Le brillaban los ojos. Creo que la bicicleta se le volvió una obsesión”, cuenta Luis Hernando.

Ya desde entonces, Fernando Gaviria vivía para el deporte. En el ciclismo comenzó en la pista y obtuvo grandes logros. Fue campeón nacional, panamericano y mundial en el ómnium, la especialidad en la que triunfan los pisteros con mayor capacidad para la ruta, porque consta de seis pruebas diferentes.

Ese era su destino. Con el equipo Coldeportes Claro Zenú conquistó sus primeras etapas, en la Vuelta al Valle. “Le encanta ganar”, asegura su entrenador en esa escuadra, Jesús Piedrahíta, quien destaca que “tiene mucha seguridad para ir a disputar los embalajes riesgosos, sin importar qué tan encerrado se encuentre”, como lo demostró ayer, en el Giro, cuando arriesgó su integridad y se acercó peligrosamente a la valla de seguridad para poder superar a un compañero. “Cuando levantan el embalaje y lo dejan mano a mano, él tiene la posibilidad de descontar dos o tres bicicletas e incluso les saca un par más a sus rivales”.

El experimentado técnico Raúl Mesa no ahorra elogios para Fernando y pronostica: “En un año va a ser el mejor embalador del mundo, cuando ya haya superado varias veces a Mark Cavendish y Peter Sagan en grandes carreras”.

“Genéticamente tiene su rapidez, pero la verdad estos resultados son debido a lo ha que ha trabajado. Mucha gente tiene ese potencial, pero si no lo trabaja no llega a ningún lado”, agrega John Jaime González, el técnico de Gaviria en la pista y uno de los que hace un par de años le pronosticaron el éxito del que hoy disfruta.

Porque en su primera competencia de tres semanas Fernando ha demostrado mucha astucia, algo fundamental para los velocistas. Ganó las etapas 3, 5, 12 y 13, pero todas de manera diferente. En la primera aprovechó el gran trabajo de su equipo, en la segunda impuso su potencia en los 100 metros finales, el jueves dio una muestra de resistencia al ponerse en la punta desde lejos y ayer sacó a relucir su formación en los velódromos para corregir en los metros finales un error de mala ubicación entrando a la última curva.

“Lo más sorprendente es que solamente tiene 22 años. Se va a cansar de ganar”, admite Davide Bramati, su entrenador, quien sabe que tiene un diamante para pulir, una joya a la que le puede sacar mucho provecho.

Para Gaviria, el objetivo es llegar a Milán con la camiseta morada, el 28 de mayo, y consagrarse campeón de la regularidad. Este sábado, con Tom Dumoulin de líder y Nairo Quintana a 2:23 y los otros favoritos apenas segundos detrás del escalador colombiano, comienza otra carrera, con una etapa llana que termina en un premio de montaña de primera categoría y en el que seguramente habrá muchas novedades en la clasificación general.

Por Luis Guillermo Ordóñez Olano - @Memordonez

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