Froome, ante el temible y definitivo L'Angliru

Cuatro años después, la ronda ibérica recupera un puerto de categoría especial, con 12,5 kilómetros de ascensión a un 9,8 por ciento de media, con rampas que alcanzan el 23,5 por ciento en la famosa Cueña les Cabres.

EFE
08 de septiembre de 2017 - 04:57 p. m.
Chris Froome, líder de la Vuelta a España.  / AFP
Chris Froome, líder de la Vuelta a España. / AFP

El imponente L'Angliru expone este sábado al británico Chris Froome, inamovible líder de la Vuelta a España 2017 durante las últimas 17 etapas, ante un momento definitivo por las temibles rampas de la cima asturiana, el 'Olimpo' del ciclismo español, que resolverá quién es el ganador final de la carrera.

Cuatro años después, la ronda recupera la pendiente, la pasión y la asfixiante subida a un puerto de categoría especial, con 12,5 kilómetros de ascensión a un 9,8 por ciento de media, con rampas que alcanzan el 23,5 por ciento en la famosa Cueña les Cabres, a 695 metros de altura y a apenas dos kilómetros de la meta, del final.

Del 'final' también de la Vuelta desde el prisma competitivo, porque luego quedará la última etapa entre Arroyomilinos y Madrid, pero ya estará todo decidido. La resolución será en L'Angliru, previo paso por dos puertos de primera categoría, los altos de la Cobertoria (8,1 kilómetros a 8,6 por ciento) y el Cordal (5,7 kilómetros al 8,6), cuya bajada también predice dificultades.

Una jornada de gigantesca exigencia con un favorito en el maillot rojo, Chris Froome, que descubrió síntomas de debilidad el miércoles en la impresionante ascensión a Los Machucos, por detrás de todos los hombres fuertes de la general, y que repuso parte de su diferencia al día siguiente en Santo Toribio de Liébana (Cantabria).

"L'Angliru es una subida brutal, dificilísima. Y en mojado se complica aún más", asume el líder, que competirá contra las rampas, contra sí mismo y, sobre todo, contra el grupo de aspirantes que se mantienen al acecho.

El primero de ellos es el italiano Vincenzo Nibali, segundo ahora en la general, a 1:37. Retrocedió el jueves 21 segundos en su persecución del británico. "En L'Angliru será diferente", anunció después el primero de los ciclistas que amenazan al líder. Los siguientes son Wilco Kelderman, a 2:17, e Ilrun Zakarin, a 2:29.

Y después, quinto a 3:34 (a 1:17 del podio), pero con una demostración día a día de su estupenda forma, su inconformismo y su valentía para atacar -este viernes lo volvió a hacer- en cualquier rampa: Alberto Contador. "Mañana va a ser una locura. Veremos el tiempo cómo realmente está y el frío que hace. Es una etapa bastante corta, va a ser una locura. Mañana puede pasar de todo", declaró.

Él ya tiene la experiencia añadida de haber ganado en L'Angliru. Lo hizo en 2008, con una ofensiva a cuatro kilómetros de meta. Luego se adjudicó la Vuelta a España. "Evidentemente, me gustaría ganar la Vuelta, pero hay que ser consciente de que la distancia en la general no me permite ganarla", reconoció este viernes en Gijón.

José María Jiménez, en 1999; Gilberto Simoni, en 2000; Roberto Heras, en 2002, Juanjo Cobo, en 2011; y Kenny Elissonde, en 2013, en el último final de etapa en ese puerto, completan la lista de seis ganadores en la cima asturiana, en la que, por el contrario, Nibali, por ejemplo, perdió una Vuelta frente a Chris Horner en 2013.

"Es una verdadera escalada, pero habrá que prestar atención a las bajadas y a las condiciones climatológicas, que también podrían marcar diferencias", advirtió sobre esa etapa. Habla de la lluvia que irrumpe en las previsiones de toda la jornada. Ya ha avisado sobre ese factor Alberto Contador, al que le gusta esa climatología.

"La lluvia me va bastante bien, aunque tiene el peligro añadido de las caídas que al fin y al cabo es para todos. Llego bien al final de Vuelta. Es verdad que muchos rivales están fuertes, el podio está lejos y vamos a ver qué tal recuperamos del día de hoy", expresó el corredor madrileño en la llegada de este viernes a Gijón.

"Todos vamos a disputar la etapa en las mismas condiciones. Sólo tenemos que ser conscientes de las circunstancias que nos van a acompañar. Los descensos cobran su importancia como la tendrán el resto de etapa y los demás puertos", explicó, por su parte, Froome.

L'Angliru es la última batalla por la general; 12,5 kilómetros al 9,8 por ciento (Los Machucos, por ejemplo, son 7,2 kilómetros al 8,7 por ciento), una ascensión prácticamente continuada que empieza con una rampa del 6,4 que aumenta hasta el 10 e incluso al 22,5 para completar los primeros mil metros de toma de contacto con el puerto.

Rampas del 7,5, del 8,3, del 11,2, del 6,7, del 8,3 y del 7,8 dan continuidad en los siguientes cuatro kilómetros hasta un ligero 'descanso', al 2,5 y el 3,3 por ciento, antes de retomar los constantes 6 kilómetros posteriores, una 'pared' que no baja del 11 por ciento de pendiente, con su máxima expresión en la Cueña les Cabres, con 23,5 de máxima. Es 'L'Angliru, el Olimpo del Ciclismo'. El examen final para Froome. 

Por EFE

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