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La 'Cima Coppi' es mítica. Es un puerto hecho para los mejores escaladores y este viernes fue testigo del paso del pelotón del Giro. Sus lindos paisajes son la contracara de un ascenso difícil y una temible bajada de una montaña que saca las virtudes más grandes de los ciclistas y también deja grandes sinsabores.
La bajada no es fácil. La carretera llena de nieve no deja que la fricción de la rueda sea completa con el pavimento y cualquier despiste puede complicar a los corredores. Eso le pasó al líder de la competencia, Steven Kruijswijk, quien cuando iba detrás de Esteban Chaves y Vicenzo Nibali tras coronar el puerto de primera categoría se fue de cara contra la nieve.
Fue un momento difícil. No logró coger bien una curva y su bicicleta se fue acercando a la nieve, como si ésta última la estuviera atrayendo, ni el intento de controlar el manubrio fue suficiente para evitar que el holandés quedara cubierto de nieve. Fue una caída dramática, su codo sufrió el mayor impacto, su piel se rasgó en dos. Pero el dolor no hizo mella, continuó pedaleando sin parar.
Pero lo sucedido con Kruijswijk no fue lo que hizo que a los organizadores se les detuviera la respiración. El que más sufrió en la bajada fue Ilnur Zakarin, el ruso líder del Katusha terminó con su cuerpo estampado cerca a un arrollo. El golpe fue duro, no se pudo levantar. Fue lo útlimo que hizo en este Giro, en el que luchó y soñó por terminar dentro de los mejores.
En honor a Fausto Coppi
En especial, la primera de las dos etapas en los Alpes, la que se disputa este viernes, entre Pinerolo y Risoul, de 162 kilómetros, con la cima Coppi (Colle Dell’Angello, 2.744 metros) como gran atractivo. Los primeros 80 kilómetros van subiendo poco a poco, con vistas a pasar primero por Castello y encarar poco después las duras rampas hacia la Cima Coppi: el espectacular Colle Dell’Angello. A la espera de saber cómo será la climatología de la jornada, no es lo mismo coronar los 2.744 metros de esta cota, con un desnivel medio del 6,8% y picos de hasta el 15%, con sol que nevando y con frío, lo cierto es que esta jornada tiene todos los tintes para convertirse en épica.
Tras coronar el Colle Dell’Angello se suceden casi 40 kilómetros en bajada hasta llegar antes de ascender a Risoul, cuyos últimos 13 kilómetros son bastante exigentes, a una media del 7% y curvas muy cerradas, y una recta de meta del 8%. Al ganador de la etapa, que incluye la Cima Coppi se le adjudica el Trofeo Torriani.
Se trata de una etapa muy especial, más allá de su dureza y su supuesto carácter decisivo para el devenir de la Corsa Rosa, ya que a ella va asociada el nombre de la leyenda italiana del ciclismo Fausto Coppi. Cinco años después de su fallecimiento, en 1965, se instauró la Cima Coppi, el punto más alto por el que pasa el Giro y que va cambiando cada año.