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“La gente se volvió a emocionar con el ciclismo”: Rafael Antonio Niño

El boyacense, seis veces campeón de la Vuelta a Colombia, destaca el presente del deporte en el país y elogió la organización de la edición 65 de la ronda criolla.

Jesús de la Hoz
16 de agosto de 2015 - 02:23 a. m.

Las pequeñas calles del municipio de Cucaita, Boyacá, fueron las que vieron crecer a Rafael Antonio Niño. Inquieto pero obediente, siempre siguió las narraciones de Alberto Piedrahíta Pacheco y de Julio Arrastía Bricca, junto a su padre, Marco Antonio Niño. Allí empezó a seguir a Álvaro Pachón, a pesar de que siempre terminaba las carreras en la cuarta posición. “A veces uno se apega a un deportista y no importa cómo llegue”, recuerda.

Pero su afición por el ciclismo la vivió en toda su dimensión cuando su papá le llegó con un regalo a la casa tras un largo viaje desde Bogotá: una bicicleta plateada. Aunque era de turismo, la utilizó para recorrer su pueblo natal de arriba abajo y después para realizar sus primeras competencias en circuitos que se realizaban en los diferentes barrios en Bogotá, ciudad a la que llegó en 1960.

Su potencia en cada pedalazo no encontró rival en esas carreras y esto obligó a que se inscribiera en Cicloases, su primera escuela. Allí conoció a Leonidas Herrera, quien se encargó de hacerlo competir por primera vez defendiendo los colores de un equipo. Fue allí cuando el ciclismo a nivel aficionado en Cundinamarca conoció el potencial de Niño y vibró con su berraquera por ocho años.

“Recuerdo cada pedalazo, cada línea de meta, cada recorrido, cada ataque, todo lo que viví en esa Vuelta a Colombia. Ganar por pocos minutos siempre me mantuvo atento a todo lo que ocurría”, rememora Rafael Niño, como si no hubieran pasado 45 años. A partir de allí solo vinieron éxitos en la carrera de este pedalista, que se codeó con grandes del ciclismo nacional y que además logró seis victorias en la Vuelta a Colombia que lo encumbraron en la historia de este deporte en el país.

Han pasado un poco más de 30 años desde su retiro y su andar ya no es tan explosivo como en los años 70. Su caminar es más pausado, sin prisa, pero su amor por el ciclismo se mantiene como en aquellos tiempos de radio escuchando los ataques de Álvaro Pachón. Ahora todo lo vive desde el carro número uno de la escuadra EBSA Indeportes Boyacá.

Allí es donde grita, empuja y apoya a sus dirigidos para que no se queden y siempre trabajen como equipo. La pasión por este deporte la lleva a flor de piel, lo que ha hecho que la mayor parte de su vida la haya dedicado a aprender y enseñar. Este entrenador, de 66 años de edad, habló con El Espectador sobre lo que le dejó la Vuelta a Colombia, que terminó ayer en la cronoescalada a Palmas, y sobre el presente del ciclismo nacional tanto aquí como internacionalmente.

¿Por qué decidió convertirse en entrenador?

Yo tuve siempre el deseo de hacer la parte técnica, porque al final de mi carrera como deportista siempre hacía los equipos y desde adentro los dirigía. Teníamos un entrenador que nos daba los tiempos, nos apoyaba, nos daba moral, pero yo era quien dirigía la parte técnica.

¿Cuál fue el primer equipo que dirigió?

Comencé con equipos muy pequeños, como fue en una Vuelta de la Juventud, un equipo de Pensilvania. Luego dejé de entrenar por un tiempo y regresé a Café de Colombia. Todo se dio gracias al contacto de Miguel Ángel Bermúdez, quien conocía de mis cualidades como técnico y cómo había traído nuevas ideas para ayudar en la evolución del ciclismo colombiano.

¿Cómo ayudó usted en esa evolución?

Importando ideas de Europa. Por ejemplo, que ya no se acompañara más en motocicleta sino que fuera en carros, que los auxiliares no fueran relegados a hoteles malos sino que se quedaran en los lugares donde los técnicos se quedaban y que fueran bien pagos, fueron algunas de las cosas nuevas que ayudé a que se implementaran aquí en Colombia.

¿Cómo vivió la Vuelta a España que ganó “Lucho” Herrera?

Fue algo inolvidable, gozamos mucho con Lucho porque veíamos cómo se celebraba aquí en Colombia. Recuerdo que en ese momento no cabía de la emoción, lo abracé fuertemente porque sabía que era algo histórico. Fue sin duda el momento más feliz de mi carrera.

¿Cuáles han sido los ciclistas más complicados que ha manejado y por qué?

(Risas) No me pida nombres, porque no me atrevo a revelarlos. Pero son complicados porque no les gusta nada, siempre quieren el mejor material, no dan resultados, como decía mi mamá: “cuando ven comer, quieren volver a comer”. Hay ciclistas que son muy difíciles. Pero hay unos que son muy nobles a pesar de que tengan tanto nombre, uno queda aterrado de verlos siempre tomar todo de buena gana y que tratan de colaborar y trabajar en equipo.

¿Cómo vive este tipo de competencias como técnico?

La vivimos como todos los que nos gusta este deporte. Hay momentos de algarabía, felicidad, como también hay otros de tristeza y llanto. Pero una carrera como estas se gozan mucho, a lo largo del trayecto la gente ha respondido y la ha convertido en una fiesta, algo que me alegra muchísimo.

¿Cómo maneja el equipo EBSA?

Es un equipo pequeño. Realmente lo manejo por medio de mi fundación, yo mismo contrato los muchachos, los auxiliares, y tratamos de hacer lo mejor posible y darles confianza a los jóvenes para que las cosas nos den.

¿Cómo se llama su fundación?

Fundación Rafael Antonio Niño, allí manejamos la escuela de ciclismo de Cucaita y por ahora hacemos únicamente lo del equipo.

¿Cuál ha sido el momento más complicado que ha vivido en una Vuelta a Colombia?

En 2014, esa fue un desastre total. El mejor corredor en las etapas duras llegaba de 20 o 25, fue realmente terrible, nos dejó la moral por el suelo.

¿Esta Vuelta a Colombia cómo la vivió?

Con mucha alegría. Ganamos tres etapas, tuvimos un corredor dentro del top 10 de carrera. Estuvimos muy bendecidos.

¿Cómo vio el pasado Tour de Francia, en el que Nairo Quintana fue subcampeón?

Vi un 80% de las etapas y me parece que Nairo no llegó a punto para las primeras etapas, le faltó un poquito porque no debió haber perdido tanto tiempo en la segunda etapa.

¿Qué tal ve el duelo entre Nairo y Froome en la Vuelta a España, que comienza el 22 de agosto?

La Vuelta a España no es una competencia fácil. Pero seguramente veremos a Nairo en una gran forma. Si le dan dos etapas más en el Tour de Francia, de la manera como lo terminó, habría podido descontar un poco más, incluso hasta hubiera sido capaz de ganarlo. Así que creo que será un gran mano a mano, dependiendo hasta qué punto el equipo lo deje atacar.

¿Y el Tour de l’Avenir?

Lo veo con mucha expectativa. Creo que Colombia va con un gran equipo y tiene todo para defender el título ganado por Miguel Ángel López en 2014.

¿Como ve el presente del ciclismo colombiano?

Pasa por un gran momento. Se realizó una gran Vuelta a Colombia en cuanto a su organización, a su recorrido. La gente está muy aficionada, se volvió a emocionar con el ciclismo, tiene eso en la cabeza y me parece muy importante que este deporte vuelva a coger la fuerza que se merece en este país.

Por Jesús de la Hoz

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