Jacques Anquetil, la leyenda del Tour

El francés fue el primer ciclista que ganó cinco veces esta competencia. Lo único que lo pudo vencer fue un cáncer, que a los 53 años, apagó su luz, pero no su legado.

Paula Casas
30 de junio de 2017 - 12:23 p. m.
Jaques Anquetil, ganador de cinco ediciones del Tour de Francia.  / AFP
Jaques Anquetil, ganador de cinco ediciones del Tour de Francia. / AFP

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El 18 de noviembre de 1987 el ciclismo mundial se vistió de luto. El mejor pedalista que había en la faz de la tierra falleció. El francés Jacques Anquetil, el primero en ganar cinco veces el Tour de Francia fue vencido, a los 53 años, por un devastador cáncer. La leyenda del deporte de las bielas y los pedales se despedía con la misma mirada aguda que lo acompañó a lo largo de su carrera de campeón.

Anquetil, hijo de un agricultor, fue fichado por un equipo aficionado a los 18 años. Desde entonces daba visos de la gran calidad que tenía. Era potente y se manejaba como pocos sobre una bicicleta. Pero si su sueño era seguir dedicándose a este deporte, su padre Ernest solo le puso una condición. (Conozca más personajes históricos del Tour)

-Si te vas a dedicar a esto, debes ganar mucho dinero- le dijo sin titubeos. 

Fue un reto para el francés, porque sabía que si no lo lograba tenía que devolverse al campo a recolectar fresas con él. Pero su padre nunca se llegó a imaginar lo que iba a lograr su hijo. Lejos estaba de la imaginación de Ernest, las imágenes de su hijo vestido de leyenda, como si fuera un superhéroe salido de una historieta.

Pero esos dotes de Anquetil se dieron a conocer casi de inmediato. Cuando tan solo era un corredor amateur. Logró su primer gran triunfo: un campeonato en Francia a contrarreloj. Con 19 años y siendo parte de una escuadra profesional, el francés siguió demostrando porqué se había dedicado al ciclismo. Se impuso en el Gran Premio de las Naciones, la contrarreloj más brutal de su historia. Cada pedaleada lo ponía con más ventaja sobre el segundo competidor, hasta que al final de la carrera logró sacarle seis minutos. En ese momento vieron que ese joven flaco y rubio, era el nuevo mejor contrarrelojista del momento.

A pesar de que no entrenaba con frecuencia, era descuidado con su alimentación y tenía una leve adicción al champán, sus éxitos crecieron con rapidez. A los 22 años, en 1956, estableció su primer récord: batió el reto de la hora con una marca de 46.159 kilómetros. Sin embargo, decidió optar un lema totalmente opuesto a sus capacidades: "De qué vale ganar por dos minutos de ventaja si se puede ganar por dos segundos". Prefería dejar que su desempeño en las carreteras hablara por sí solo.

La leyenda se estaba preparando para grandes cosas. Por tal razón decidió, en 1957, participar en el Tour de Francia. Era la primera de las tres grandes vueltas ciclísticas a la que se media. Lo volvió a hacer. No sólo venció en cuatro etapas, sino que consiguió ganarlo con gran superioridad, a casi 15 minutos de ventaja del segundo.  

Anquetil, por su figura aerodinámica y sus perfectos pedaleos, se forjaba como uno de los grandes contrarrelojistas. Además de esta virtud, el francés era muy inteligente en cada carrera y trataba de aprovechar al máximo sus capacidades.

Lugo de su primer gran triunfo, planeó su estrategia para el éxito. Esa que lo llevó a convertirse en el ganador de cinco Tours de Francia. Sabía que debía sacar la mayor ventaja posible en las etapas a contrarreloj, y jugar con ese tiempo en las jornadas de montaña, en las que no tenía tanta destreza.

Con este método, logró hacer historia al convertirse en el primer francés en ganar dos Giros de Italia, y dos dobletes, uno Giro – Tour, y otro Tour -  Vuelta. Terminó con un palmarés envidiable: ocho grandes vueltas, 12 clásicas y 13 carreras por etapas.

A pesar de que la leyenda Anquetil era invencible y no tenía rival en la época, un fuerte cáncer de estómago, que le fue diagnosticado cinco meses antes, acabó con su vida a los 53 años. El gran contrarrelojista de Francia, ese que batió todos los récords posibles y que dejó el nombre del deporte de las bielas en alto, ya no iba a estar más. Aunque su luz se apagó, su legado aún sigue vigente, tanto en la competencia, como en esta disciplina.

Por Paula Casas

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