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En Europa han figurado en los últimos años Nairo Quintana, Miguel Ángel López, Esteban Chaves, Rigoberto Urán, Fernando Gaviria y Egan Bernal, entre otros. Ellos son la esperanza de Colombia para los grandes triunfos ciclísticos de la actualidad. Al mismo tiempo, en el territorio nacional surgen corredores que exponen notables condiciones y que en algunos años podrían triunfar en equipos World Tour y convertirse en ídolos del país. Es el caso de Jesús David Peña, campeón de la Vuelta de la Juventud 2019, Brayan Hernández y Miguel Ángel Sarmiento, ganador de la camiseta de los puntos. Estas son sus historias.
Escalador y artista
En los momentos en los que no está pedaleando, Jesús David Peña, de 19 años, escribe. Escribe mucho. Ama esa actividad porque la realiza con amor, por ese sentimiento que brota de él gracias a todo lo que tenga relación con el arte. Cuando no plasma pensamientos con letras, los retrata con dibujos. El resto del tiempo escucha música y entrena para escalar montañas encima de la bicicleta, como lo hizo en la cuarta etapa de la Vuelta de la Juventud, en la que conquistó la subida a Vélez (Santander) y se adueñó de la camiseta de líder. Ese día dio espectáculo en la ruta; antes lo brindaba en otros terrenos.
En Cogua (Cundinamarca), Peña se iba en bicicleta al colegio. Una jornada cualquiera se le convirtió en trascendental. Lo invitaron a una competencia de ciclomontañismo. “Siga que usted es bueno”, le dijo después el profesor de ciclismo Rodrigo Rodríguez. Jesús hizo caso y llegó a Coldeportes Strongman, uno de los equipos más fuertes del entorno nacional, en el que recibe consejos de Diego Cano y Óscar Quiroz, entre otros, mientras pule sus condiciones para trepar cada vez mejor las cimas que conducen a la gloria, como lo hacen sus ídolos: Egan Bernal y Nairo Quintana. Eso mientras se expresa como un artista que asegura: “El arte es amor y hacer todo con amor es siempre arte”.
Va por todo
Desde que Brayan Hernández recuerda, su mamá, Gloria Helena Gómez, sale a montar bicicleta por deporte y salud. Él no quería quedarse en casa y a la edad de 11 años decidió acompañarla. En esos recorridos observaba a quienes entrenaban con un pequeño club de ciclismo que había organizado Juan de Dios Fajardo en El Carmen de Viboral (Antioquia) y se integró a ellos. Sus condiciones lo llevaron a correr la Vuelta del Porvenir 2015 y ganarla. Su talento adquirió brillo y en 2018 participó en la Vuelta a Colombia, en la que se consagró como campeón de la montaña y de los jóvenes. “Mi papá me ayudó a armar mi primera bicicleta mientras Alberto Contador se convertía en mi ídolo por ese estilo agresivo de atacar siempre. Yo intento hacerlo desde lejos, ir por el todo o por el nada”, afirma Brayan, un pedalista de 22 años al que no le fue bien en la reciente Vuelta de la Juventud, pero que ha demostrado calidad en la montaña y que anhela correr en un equipo World Tour e ir por todo. Su hermana, Lina Marcela Hernández, también es ciclista y deslumbró en los pasados Campeonatos Nacionales de Pista.
Un embalador a la vista
Ya no es raro que en Colombia, además de los constantes escaladores, surjan velocistas. Fernando Gaviria, Juan Sebastián Molano, Álvaro Hodeg y Nelson Soto han deleitado al país con su desempeño en los embalajes. Y ahora aparece uno más que podría colmar de victorias de etapas a Colombia: Miguel Ángel Sarmiento, un joven de 20 años que llegó al ciclismo por influencia de su padre, Luis Eduardo Sarmiento, a quien le dedicó, entre lágrimas, el triunfo de la primera de las dos etapas que ganó en la reciente Vuelta de la Juventud. “Cumplí un sueño, pero él, que siempre me ha apoyado bastante y me ha acompañado en todas mis carreras desde pequeño, no pudo estar por motivos económicos”, expresó Sarmiento, que cuando era niño se lanzaba con su bicicleta por las escaleras que encontraba en el barrio El Pedregal de Medellín. Hijo único de Luis Eduardo y Mónica Quinchía, Miguel Ángel entrenó con Benjamín Laverde, reconocido formador de ciclistas en la capital antioqueña, que lo contactó con Raúl y Gabriel Mesa, quienes lo llevaron al equipo EPM Scott, uno de los más importantes del país, en el que ha brillado con su velocidad cerca a la meta. Continuará entrenando para acumular triunfos, seguirá con sus videojuegos en los tiempos libres y no dejará de pensar en grande: ganar la última etapa de un Tour de Francia.