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Nairo anuncia su ataque en el Tour de Francia

Ante los incrédulos periodistas europeos, que ya sentenciaron el triunfo de Froome, el colombiano va por la victoria.

Rafael Mendoza. Especial para El Espectador.
24 de julio de 2015 - 11:11 a. m.
EFE / EFE
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Este viernes tendremos una etapa decisiva del Tour de Francia, una jornada corta, de sólo 138 kilómetros, en la que los corredores tendrán que superar un puerto de segunda categoría, dos de primera y uno fuera de categoría. Hasta hoy se considera que la etapa crucial de la carrera fue la primera de los Pirineos, que dejó con amplia ventaja al británico Chris Froome, pero –como lo esperan todos los colombianos- es muy posible que este tercer día en los Alpes, con terribles ascensos, le dé un vuelco definitivo a las clasificaciones.

Será la etapa decisiva porque el colombiano dijo este jueves que saldrá al ataque, con la misma sencillez y con la misma convicción con la que anunció hace un año que iría por la blusa rosa del Giro de Italia: "Mañana ya hay puertos duros, es un día con mucho desnivel y esperamos que a Froome le pase factura y que no me suceda a mí, Desde el inicio del Tour tenía señaladas las dos últimas etapas de montaña, he reconocido estos lugares, los conozco bien, espero que mañana y pasado la montaña me trate bien. Estamos contentos con lo que tenemos pero seguimos buscando el amarillo".

Hay que decir que un buen número de periodistas europeos creen que ya el Tour está definido, como lo contó en su crónica del miércoles el periodista Carlos Arribas de El País de España; “fue allí, en la meta de Pra-Loup exactamente, donde, contemplando el telón de agua oscura que la tormenta formó ante sus miradas, y viéndolo como se mira caer el telón del teatro después de una ópera menor, los periodistas viejos del Tour, los que todo han visto, sentenciaron: este Tour se ha resuelto en un día, en una subida, en la primera etapa de los Pirineos… El resto es propina. No habrá batalla en los Alpes, solo maniobras. Dan una calada a sus gauloises sin filtro, tosen, vuelven a la sala de prensa y escriben, y luchan para encontrar alguna emoción, y adjetivarla”.

Y únicamente la mitad de los aficionados colombianos creen en el triunfo del boyacense como lo demuestra la encuesta de Caracol y El Espectador. Hace unos días la mayoría pensaba que nos tendríamos que contentar con el segundo lugar en el podio, lo que no es nada despreciable pues sería un nuevo lauro de nuestro compatriota. Pero con el pasar de los días y con lo que han visto en televisión aumentó el número de los que creen que estamos a las puertas de la más grande hazaña deportiva en la historia deportiva de Colombia.

Pensar hoy que Nairo estará de amarillo en París el domingo no es descabellado. Luego de los Pirineos se ha visto que el colombiano va a más mientras que el líder comienza a dar muestras de debilidad. En la etapa del miércoles Froome respondió a los ataques de Quintana pero cabeceaba en forma desesperada, lo que no se le vio en los Pirineos y en los ascensos del jueves no respondió al ataque de Quintana y sólo pudo llegarle porque el líder del Movistar se dio cuenta de que Valverde se retrasaba y, pensando en el podio de su compañero y fiel escudero, levantó de inmediato el pie para que regresara al grupo.

Más que pensar si Nairo va a tratar de dejar atrás al líder nos preocupamos por saber dónde lo va a hacer. El ya lo sabe porque, antes del inicio del Tour, estuvo recorriendo estas dos etapas de montaña que restan, así que con su director deportivo ya debieron resolver las dos opciones que tienen: se va desde lejos, tal vez en La Cruz de Hierro, para intentar descontar de una vez los 3.10, o lo hace en el ascenso final para acercarse y dejar para el sábado buscar el golpe definitivo en Alpe D´Huez. Si resuelven atacar lejos y consiguen su objetivo estaremos ante una jornada que pasará a la historia y al recuerdo como una de esas batallas de leyenda en las cumbres alpinas que libraron corredores como Eddy Mercks, Luis Ocaña, Federico Bahamontes o Julito Jiménez en la prueba más espectacular del mundo.

El Tour va a concluir con dos etapas de miedo, de tensión, en las que se juega todo. Froome y el Sky van a batallar para tratar de controlar a un durísimo rival que no se quiere dar por vencido y Nairo seguramente esta vez no va a mirar atrás en cada uno de sus arranconazos porque llegó su momento, en el que quien se queda se queda, porque tiene hambre de gloria y quiere hacer realidad su sueño, y el de millones de colombianos que esperan que sus “escarabajos” coronen el punto más alto de una historia ciclística llena de páginas gloriosas.

Por Rafael Mendoza. Especial para El Espectador.

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