Tras 32 años en los que miles de aficionados han soñado con ver vestido de amarillo a un colombiano en los Campos Elíseos este sábado se inicia un Tour de Francia en el que –por primera vez en esta larga historia colmada de éxitos y de grandes decepciones- hay una posibilidad real de conseguirlo.
Desde 1983, cuando el equipo aficionado de Varta se enfrentó a 21 escuadras profesionales en la carrera por etapas más importante del mundo, se forjó la ilusión de ver como triunfador a un colombiano. Y paso a paso se ha ido fortaleciendo la esperanza: Luis Herrera fue quinto en 1985, Fabio Parra tercero en 1988, Alvaro Mejía cuarto en 1.993 y Nairo Quintana segundo en el 2013.
Nairo Quintana parte como uno de los cuatro grandes favoritos de una carrera que será apasionante y que seguramente se librará sin tregua alguna en los pavés del norte, en etapas llanas en las que el pelotón puede ser barrido por el viento pero en especial en la segunda mitad de la competencia en la que se enfrentarán ascensos míticos de los Pirineos y de los Alpes.
Para la mayoría de los especialistas y así mismo para quienes apuestan dinero por el resultado final, el gran favorito es Chris Froome, seguido por Quintana, Contador y Nibali. En gran parte se basan en los resultados de esta temporada en la que el australiano ha ganado las pruebas que ha corrido, en las que Quintana se ha mostrado fuerte y muy bien preparado y en el triunfo en el Giro de Italia de Contador. Nibali parece el menos fuerte pues tras una temporada decepcionante apenas vino a sonar en días pasados con su victoria en el campeonato nacional de Italia.
Un recorrido extraño
El Tour de este año es bien diferente a todos los que se han disputado en más de cien años de historia. El recorrido se podría resumir en dos líneas casi horizontales, la primera en el norte y la segunda en el sur del hexágono galo. Las ocho primeras etapas se van a disputar muy cerca del Atlántico, iniciando en Holanda, pasando a Bélgica y recorriendo todo el norte de Francia, con la única cronómetro individual, de 13.8 kilómetros, el primer día y con siete etapas muy favorables a los rodadores en las que se encontrarán los temidos pavés de la París-Roubais, muchas ocasiones para emboscadas y dos llegadas con ascensos cortos -de menos de dos kilómetros-pero durísimos. Allí Froome y Nibali buscarán alejar a los dos escaladores puros, Quintana y Contador. La novena etapa, una contra reloj por equipos de 28 kilómetros es una incógnita pues algunas escuadras llegarán diezmadas por los abandonos. En el papel el equipo más fuerte en esta especialidad es Movistar.
Desde Plumelec los corredores irán en avión a Pau, en el sur de Francia para batirse en los Pirineos donde lucharán en tres jornadas escalofriantes, con llegadas en alto, en las que se enfrentarán a los durísimos ascensos de Saint Martin, Aspin, el Tourmalet, el Col de la Core, Port de Lers y Plateau de Beille. Luego, rodando hacia el oriente, tendrán una etapa llana, cuatro de media montaña y tres de alta montaña en los Alpes, con ascensos míticos como el Col de Glandón, el Col de Chaussy, La Cruz de Hierro, la Toussuirre y el penúltimo día el Telegraph, el Galibier (premio Henry Desgrange a 2.645 metros de altura) y Alpe D´Huez. Y para terminar de nuevo en avión hasta París para el final apoteósico de los Campos Elíseos.
La esperanza colombiana
Nairo, segundo en el Tour de los cien años, campeón de montaña y de los jóvenes en el 2013, no ha ocultado que irá por el triunfo y que se preparó intensamente para lograrlo. En entrevista con el diario As contó que “comencé a trabajar desde enero, cosa que no hice antes. Hice un ciclo de carreras más exigentes y clásicas que no había hecho antes. Reconocí diferentes etapas, la preparación fue muy planificada para en este momento tener el pico más alto”.
“Por último, hizo que sus ojos brillaran al hablar de lo que significaría ganar el Tour. Confesó que en sus sueños aparece frecuentemente la camiseta amarilla y el podio y cerró con una frase tan romántica como pensar en lo que sería el logro más grande del deporte colombiano”.
“Es emocionante el pensar y soñar estar en el podio en París. Anhelo vestirme de amarillo así como cuando las novias sueñan vestirse de blanco”.
Por ello no es extraño que el patrón de su equipo, Eusebio Unzúe, se muestre esperanzado con el líder del equipo: "Nairo está muy bien. Ha corrido la Ruta del Sur, que era un test para probarse ante alguno de sus grandes rivales, como Alberto Contador. La impresión fue tranquilizadora, estaba bien de peso y de forma, así que fue buena la prueba. Llegará a la salida en su mejor condición".
Unzue confía en que sea "el año de Nairo", como lo dijo a la Agencia EFE : "no se puede negar que es un corredor que tiene gran capacidad de generar expectativas. Ahí está su segunda plaza en 2013 y el Giro de 2014. Este año tiene el Tour como gran objetivo, sin duda. Muchos le dan la condición de favorito, pero junto a otros tres corredores que ya han ganado el Tour, como Contador, Nibali y Froome. Ellos son realmente los grandes favoritos. Difícilmente se puede lograr juntar a cuatro corredores de este nivel, y todos ellos en perfectas condiciones. Son hombres capaces de sorprender con cualquier cosa. Todos son grandes escaladores, un poco menos Nibali, pero todos imprevisibles en sus tácticas, son hombres que arriesgan, que atacan de lejos... ellos serán los grandes protagonistas”.
Que el boyacense quiere y puede ganar el Tour nadie lo duda. Su casa en su Boyacá del alma, que tras el triunfo en el Giro fue pintada de rosado, ahora luce de amarillo Tour. Con ello se motivó para prepararse mejor que nunca y llega en un momento ideal de forma. Ahora habrá que esperar que la suerte lo acompañe, que su equipo responda y lo proteja en los primeros ocho días y que las fuerzas le permitan mostrarse como el mejor escalador del mundo en las jornadas definitivas.