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"No es la mejor manera de comenzar el Tour": Contador

Alberto Contador, uno de los favoritos para el título, comenzó su camino con dos caídas. No es la primera vez que las sufre en París. Entrevista.

Carlos Arribas, El País y Redacción Deportiva
04 de julio de 2016 - 02:00 a. m.
El español Alberto Contador tras la caída en la primera etapa del Tour de Francia.
El español Alberto Contador tras la caída en la primera etapa del Tour de Francia.
Foto: EFE - JEROME PREVOST / POOL

“No es la mejor manera de empezar el Tour”, dijo Alberto Contador nada más cruzar la meta con el hombro en carne viva y la cadera y el dolor lacerante. La afirmación es toda una obviedad que en su boca adquiere el valor de una premonición. Un golpe similar, incluso menos fuerte, en la primera etapa del Tour de 2011, cuando un espectador en la cuneta lo derribó, lo condujo al primer mal Tour de su carrera, en el cual terminó quinto.

Los ciclistas en el Tour caminan sobre el filo de una cuchilla de afeitar: son unas bestias capaces de resistir lo que pocos hombres pueden y, al mismo tiempo, máquinas de precisión delicadísimas que cualquier contratiempo, aún mínimo, desestabiliza, una rozadura en la entrepierna, una caída que le deja todo el cuerpo dolorido y le perturba el sueño.

Y como así es el ciclismo, ayer el español volvió a caer y cedió 48 segundos en la meta de Cherburgo. “Perdí un tiempo que no esperaba perder. Sufrí otra caída, me golpeé en el otro lado. A partir de ahí, sabía que tenía que minimizar la pérdida de tiempo. No estoy nada contento. El ciclismo viene así, a ver si puedo recuperar algo de tiempo en Pirineos y en Alpes, qué puedo hacer”.

Este es un Tour que, además, tiene lo que más le gusta: mucha montaña.

No sé si mi impresión es exacta, pero mirándolo por encima es quizás el Tour más duro de los que he corrido. Habrá 12 días duros en los que habrá que estar a tope, superatento. No hay muchos finales en alto, pero sí etapas que son coronar, bajar y meta. La capacidad de recuperación entre etapas será clave.

¿La última semana será tremenda?

El primer bloque ya son tres días en los Pirineos más la quinta etapa, en la que ya aparece la montaña. Y antes está el Ventoux, que aunque sea el final de una etapa sin más subidas siempre marca diferencias, y la primera contrarreloj.

¿Para llegar sin aliento a los Alpes?

Y una vez allí no hay descanso. Será un Tour abierto hasta el último momento, porque no hay una etapa en la que se pueda cambiar todo, como otros años es la de Alpe d’Huez, sino cuatro días hasta el Joux Plane, en los que en cualquier momento se puede perder el Tour. Será un Tour durísimo.

Todos hablan de tres favoritos: Froome, usted y Nairo Quintana.

A mí no me gusta hablar de favoritos sino de rivales. Y los dos más peligrosos son, sí, Froome y Quintana. Froome sabe ganar el Tour, es fuerte en contrarreloj y tiene un equipo duro para la montaña. Eso hace difícil batirlo. Y Nairo siempre llega fuerte a la última semana, más que Froome. Es el más joven, y va a más cada año.

Al equipo de Froome se le vio fuerte en Dauphiné, una semana, pero el Tour son tres...

El Tour son 21 días y los esfuerzos se pagan, no se puede abusar del equipo. Hay que pensar muy bien cualquier movimiento. Aunque el Sky es potente, y Froome tiene seis escaladores que pueden estar con él cuando en la montaña apenas queden corredores de otros equipos, siempre se podrá hacer algo, y siempre habrá rivales que puedan romper.

Tampoco su equipo es mala cosa...

Tengo plena confianza en ellos y más sabiendo que el Sky deberá cargar con el control de la carrera. Los míos me dan plenas garantías en la montaña. Roman Kreuziger en 2013 me ayudó a tope y terminó quinto, y este año está en forma, como se vio en la Dauphiné y en cómo ganó el campeonato de Chequia. Y Majka, aunque haya hecho el Giro, como en 2014, no llegará fatigado porque sabe cómo hacerlo, y es ideal por su explosividad para romper la carrera subiendo.

En 2010 subió por última vez a lo más alto del podio de París. Desde entonces no ha vuelto a estar donde quería.

He analizado varias veces los últimos cinco Tours y la conclusión es que me dan moral, porque siempre he encontrado una explicación. En 2011 fui por obligación, después de haber ganado el Giro. El patrocinador me avisó 10 días antes de que tenía que ir al Tour. Y allí, pese a sufrir dos caídas importantes, estuve luchando por la victoria y rindiendo a gran nivel salvo el día malo que pasé en el Galibier, en el que perdí todo (quedó quinto de un Tour ganado por Cadel. Posteriormente, como castigo por el caso del clembuterol, la UCI anuló este resultado, así como sus victorias en el Tour de 2010 y en el Giro de 2011, y tampoco le permitió participar en el Tour de 2012).

En 2013 cambié de residencia a Lugano y estuve a contrapié todo el año. Entre unas cosas y otras, no llegué como debía (terminó cuarto. Ganó Froome, por delante de Nairo y Purito). En 2014 volví a hacer la preparación de siempre y llegué óptimo. La caída en la etapa décima me pilló con las mejores sensaciones, pero me fui a casa. En 2015 me apetecía correr el Giro porque había ganado la Vuelta y quería completar también tres Giros. Lo corrí y lo gané, y luego me preparé bien para el Tour, pero el cuerpo no respondió y no recuperé como había pensado (fue quinto, detrás de Froome, Quintana, Valverde y Nibali). Analizándolo, se ve que desde 2010 sólo preparé a conciencia el de 2014, y me caí. Y ahora vuelvo a caer.

¿Cómo se siente tras estas dos caídas?

Físicamente, muy penalizado. No puedo pedalear como me gustaría debido a las caídas. Lo importante es tener la moral alta, no venirme abajo, que a veces es complicado. Tengo las dos piernas muy tocadas.

Por Carlos Arribas, El País y Redacción Deportiva

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