Óscar Sevilla, la fuerza de un campeón

Óscar Sevilla, el líder del equipo EPM-Une. / Gustavo Torrijos

Muy pocas cosas hacen desistir a Óscar Sevilla. Tiene 39 años, pero aún habla como un principiante que deja todo por darse a conocer y alcanzar sus sueños sobre una bicicleta. Después de conquistar el título de la pasada Vuelta a Colombia, tras una reñida definición con el colombiano Mauricio Ortega, el líder del equipo EPM-Une llegó a este Clásico RCN, que hoy celebrará la quinta etapa, entre Tabio y La Dorada, con el firme objetivo de quedarse con el primer lugar, aunque una fuerte caída dejó en duda su participación hasta el último día.

Sin embargo, el español más colombiano de todos, como lo llaman constantemente en todas las regiones del país, se llenó de valor y decidió hacer parte de la carrera de la camiseta amarilla, en la que hoy, a pesar de las notables secuelas de su caída, sigue como firme candidato al podio y al anhelado doblete.

¿En qué momento decidió que participaría en el Clásico?

Fue muy difícil todo esto. En algún momento dudé en participar porque fue una caída muy fea, tenía mucho dolor en el brazo y en la clavícula. Cuando eso ocurre a uno se le pasan muchas cosas por la cabeza; pero quien me conoce sabe que soy una persona luchadora y positiva. Por eso estoy aquí hoy.

¿Cómo fue la caída?

Sufrí un golpe seco tras una caída bastante fuerte durante un entrenamiento. Tengo algunas magulladuras en el codo y además una pequeña fisura, pero pude superar el dolor durante estos días y ahora me siento en buenas condiciones para competir.

Con esa molestia física, ¿es posible ganar Vuelta y Clásico?

Es difícil, pero no imposible. Hay fatiga, no sólo por la caída sino por todo el desgaste de la temporada, pero creo que con sacrificio, disciplina y trabajo en equipo se puede hacer. A eso le apunto.

¿Haber ganado la Vuelta lo tranquiliza para asumir esta nueva competencia?

Estoy tranquilo por haber ganado la Vuelta a Colombia. Eso no me relaja, pero sí me da mayor confianza, menos estrés y más cabeza para intentar ganar mi tercer Clásico o para ayudar a que uno de mis compañeros de equipo lo consiga. Estamos todos preparados para el reto.

¿En qué nivel cree que llegan sus principales rivales?

El problema del Clásico es que muchos corredores llegan con varias competencias encima y el cuerpo también tiene un límite. Yo, por ejemplo, llevo compitiendo sin parar desde febrero y, aunque he conseguido buenos resultados, también siento fatiga. Sin embargo, creo que Mauricio Ortega, Camilo Gómez y el mismo Óscar Soliz, que no pudo terminar la Vuelta, serán corredores para tener en cuenta. Esto es realmente un duelo de titanes.

Usted conoce las carreteras del país mejor que cualquier colombiano. ¿Qué análisis hace del recorrido de esta edición?

El recorrido me gusta, pero creo que son etapas muy largas, la gran mayoría de más de 200 kilómetros. No es muy habitual que en Colombia se corran pruebas tan extensas, así que eso va a ser determinante. Creo que será una competencia para correr con mucha cabeza, regular y economizar tiempo sin tanto desgaste. La clave será no dar ventaja en las fugas y luchar en equipo. Esperemos estar celebrando el trabajo del EPM-Une el próximo domingo en Ibagué.