Víctor Hugo Peña: 'Nunca me ofreció nada... nunca lo vi'

En entrevista con Antena 2 Cali, el ciclista colombiano habló de la confesión del estadounidense y de los cuatro años que corrió a su lado.

Redacción Deportiva
18 de enero de 2013 - 09:32 p. m.
Peña (de amarillo) y Armstrong (cuarto en la fila) durante el Tour 2003, en el que el santandereano fue líder.  /
Peña (de amarillo) y Armstrong (cuarto en la fila) durante el Tour 2003, en el que el santandereano fue líder. /

Tiene 38 años de edad y en los últimos 15 se ha dedicado a ciclismo profesional. El santandereano Víctor Hugo Peña es, probablemente, el colombiano más cercano a Lance Armstrong, quien confesó que utilizó sustancias para doparse, mejorar su rendimiento y ganar siete Tours de Francia consecutivos, de 1999 a 2005.

Este viernes, luego de las declaraciones del estadounidense a la periodista Oprah Winfrey, Peña le dijo a la radio Antena 2 de Cali, que “fue bastante impresionante ver al hombre confesar su verdad. Era él quien debía hacerlo. De alguna manera, no deja de sentirse desilusión”.

Peña, uno de los mejores pedalistas criollos de los últimos tiempos, admitió que las palabras de Armstrong lo tocaron. “No me quise levantar a entrenar, no sabía si valía la pena lo que estoy haciendo, porque ahora la gente va a pensar que todos nos dopamos. Para nuestro deporte, crea una atmósfera rara”.

Lógicamente, el ciclista colombiano no durmió bien. “Estuve tratando de recordar conversaciones, momentos, situaciones. Ellos, los americanos, tenían un acercamiento que fue perjudicial para Lance. Vivían juntos, las esposas y novias eran muy amigas, y tal vez eso hizo que se conocieran muchas intimidades que son las que han venido a salir a la luz pública”.

Y agregó: “Compartí habitación, campos de entrenamiento con él, pero nunca nada fuera de la competencia”. De hecho, contó que “en 2001 me le acerqué porque mi temporada no iba bien y le dije que me ayudara, que me recomendara un preparador físico, fui directo a él y le dije: qué hago para andar. Y la respuesta fue: ‘Víctor, lo siento mucho, aquí todos somos profesionales y cada quien sabe lo que tiene que hacer para prepararse’. Lo sentí como si el hombre me hubiera sacado el cuerpo, pero con los años me di cuenta que fue lo mejor. Nunca me ofreció nada, ni me encaminó, ni me introdujo en un mundo así”.

Lo que sí admitió Peña es que “esta nube del dopaje existe. Ahora se dice que es más limpio, pero siempre existe esa duda en el ciclismo, tanto nacional como internacional. Se cuestiona al que gana, los demás se preguntan qué está haciendo”.

Advirtió que “la gente ve el dopaje sólo como el estimulante, el anabólico, la droga, pero también puede ser el uso de un quemador de grasa para el abdomen, una cafeína o una efedrina; eso daría positivo. Pero son decisiones personales”.

Sobre su relación con Armstrong dijo: “Hice parte del grupo de nueve corredores que lo acompañaron durante cuatro Tours. Conocí y admiré al deportista en su manera de ser; como él lo dijo, tan estricto en su entrenamiento, tan programado en cada cosa, en su proceso, rayaba en lo militar. Me hacía sentir perezoso, que no estaba siendo suficientemente profesional. Era un atleta consagrado, sacrificado, que se alejaba de su familia tres o cuatro meses para preparar todo. Eso fue lo que vi y era lo que decía de él. Afuera de la bicicleta tenía un comportamiento que no me interesaba. Si era prepotente o arrogante, no me importaba; eso le criticaban los ciclistas rivales, que no se tomaba fotos, no daba autógrafos, que era distante, siempre andaba con escoltas”.

Peña incluso admitió: “Seguiré recordando al deportista. Si la vida me permitiera preparar un grupo de ciclismo o aconsejar a muchachos, hablaría de esa forma disciplinada de trabajar. La otra parte no sé. Yo nunca lo vi”.

Por Redacción Deportiva

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