Vísperas de fiesta en el Giro

A 10 años de la Operación Puerto y a cien del macondiano atraso colombiano.

Rafael Mendoza. Especial para El Espectador
25 de mayo de 2016 - 07:44 p. m.
Esteban Chaves y Steven Kruisjwijk durante la etapa 14 del Giro de italia. Ambos son los favoritos al título. Foto: EFE
Esteban Chaves y Steven Kruisjwijk durante la etapa 14 del Giro de italia. Ambos son los favoritos al título. Foto: EFE

Este jueves los sobrevivientes del Giro de Italia tendrán que enfrentar una etapa de 240 kilómetros, la más larga de la competencia, justamente en vísperas de la fracción que tiene la Cima Coppi, el Colle dell Agnelo, en el que se sube desde los 300 hasta los 2.744 metros, seguidos por un difícil descenso y un final de primera categoría en Risoul y de otra fracción, el sábado con tres grandes monumentos alpinos. (En un día sin complicaciones, Esteban Chaves mantiene el segundo puesto en el Giro)

Da la impresión que los organizadores de la carrera hayan querido acallar las voces de los que pedían un recorrido más exigente y con más llegadas en ascenso programando esta larguísima jornada en la que tras 175 kilómetros llanos, que serán interminables bajo el sol o con lluvia y el frío, en la que se cubrirá un terreno quebrado hasta el kilómetro 211 y en la que se comenzará a ascender a un alto de segunda categoría en Pramantino para lanzarse de inmediato en un descenso de locos hasta la meta.

En el ambiente de la carrera se siente que este final de etapa puede ser un anticipo de lo que se vivirá el viernes y el sábado, con la montaña más dura del recorrido, en la que seguramente veremos a un líder que hasta el momento ha sido sólido tratando de controlar los ataques del Astana, que hará hasta lo imposible por salvar el honor de quien llegó con el rótulo de gran favorito, Vincenzo Nibali, y especialmente del Movistar español, que ante la recuperación de Alejandro Valverde debe lanzar a sus corredores al ataque aprovechando su fortaleza de conjunto.

Y allí estará en primer plano un colombiano, Esteban Chaves, quien en este momento es segundo en la general y que tratará de sacar ventaja de la batalla que librarán sus principales rivales. Allí será fundamental su inteligencia para encontrar el momento ideal para el ataque o la defensa y para aprovechar su gran poder de recuperación y su facilidad para encarar las cumbres. Es que en este durísimo recorrido de hoy con final vibrante y en las dos últimas jornadas de lucha se pueden escribir páginas inolvidables de este ciclismo del 2016 en el que los colombianos son protagonistas de primera fila.

Mirar atrás y al lado

Hay que recordar que este jueves se cumplieron 10 años del comienzo de la Operación Puerto, aquella investigación que inició un desconocido juez español que cambió el ciclismo para siempre con la primera andanada contra todos aquellos ciclistas que aprovecharon diversos métodos, transfusiones y drogas para ganar tramposamente las competencias. Las investigaciones que siguieron y la batalla que las autoridades olímpicas y las del ciclismo mundial han librado contra cualquier ayuda ilegal le permitieron a los colombianos surgir como figuras en todas las competencias.

Gracias a las transmisiones de RCN, Señal Colombia y en especial de ESPN los colombianos han vuelto a sentir el amor y la pasión por el más duro, sacrificado y hermoso de los deportes, el ciclismo. Hoy queremos que gracias a la HD de ESPN y a la señal deficiente que llega a un buen número de hogares por los canales nacionales (que no tiene más explicación que la falta de una autoridad que resuelva la pugna por el pago de unos derechos), hay que mirar no solo la carrera sino todo lo que la rodea.

¿Se han dado cuenta de la telaraña de carreteras que tienen los países del primer mundo que le permiten a los agricultores llegar con facilidad a los mercados? ¿Han visto que en las vías por la que va el giro, que son de cuarta, quinta o sexta categoría, es casi imposible encontrar un hueco? ¿Han notado las autopistas que pasan por todos lados por encima o por debajo? Han visto tramos de la ruta por carreteras nacionales (mil veces mejores que las que aquí llaman pomposamente autopistas de última generación), por las que se transita sin que se tenga que pagar un euro de peaje?¿Se han dado cuenta de que los sembrados, que casi llegan hasta el borde del asfalto no están separados por costosas cercas de alambre porque allá jamás se atenta contra la propiedad de los campesinos que por lo general viven en los pueblos? ¿Han visto el montón de tractores y de otras máquinas agrícolas con las que se logra el mejor rendimiento en los cultivos? ¿Han notado que en ciudades y pueblitos, con calles perfectas y bien demarcadas jamás se ve sobre ellas un cable de luz o de la televisión? ¿Han mirado los ríos de aguas cristalinas, los bosques que se entreveran entre los sembrados, el cuidado que se tiene por el medio ambiente? ¿Vieron las carrileras que llevan millones de pasajeros con una puntualidad inglesa y las cargas que aquí destrozan las carreteras?

Les confieso que cuando yo llegaba a un Tour, un Giro o una Vuelta sentía rabia al comparar lo que allá veía con nuestra realidad agobiante, porque veía que año a año allá progresaban mientras que acá, con uno de los países más ricos del mundo en recursos naturales, vamos como el cangrejo por la voracidad de los políticos sin ninguna ideología pero con unas uñas que recogen cuanto se pone a su alcance, por la “mermelada” que reparten a manos llenas gobiernos de toda laya, por la falta de honradez de los funcionarios, la voracidad de los contratistas que sin vergüenza alguna se llevan millonadas que pagan con casa de siete estrellas por cárcel. Un solo ejemplo: cuando Café de Colombia fue por primera a España –en 1.985- solamente había en el país una autopista que apenas cubría la mitad del tramo entre Madrid y Barcelona… Hoy hay miles y miles de kilómetros de vías con seis carriles, enmalladas para que no entre ni un perro, sin una sola curva peligrosa, con puentes y túneles monumentales… Esas sí son autopistas de última generación…

El ciclismo, el deporte del pueblo, que ahora nos llega a nuestras casas por la televisión o por la red, también nos tiene que servir para que comparemos nuestra triste realidad con la de otros países y para que pensemos en hacer algo para salir de nuestras miserias, que se hacen más dolorosas al ver lo que ocurre en otros lares…

Por Rafael Mendoza. Especial para El Espectador

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