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Cristian Zapata, un trabajador silencioso pero vital

Por su solidez defensiva, el caucano se ha convertido en uno de los referentes de la selección de Colombia en esta Copa América. Frente a Argentina espera que el equipo corrija los defectos que no le han permitido recobrar su identidad futbolística.

Theo González, Enviado Especial
24 de junio de 2015 - 02:00 a. m.
El defensa Cristian Zapata es uno de los jugadores más experimentados del plantel colombiano en la Copa América de Chile 2015. EFE
El defensa Cristian Zapata es uno de los jugadores más experimentados del plantel colombiano en la Copa América de Chile 2015. EFE
Foto: EFE - FELIPE TRUEBA

Si hay una característica de la selección de Colombia que participa en esta Copa América es la alegría y el sabor que llevan en la sangre la mayoría de sus integrantes. Siempre se les ve sonrientes, unidos como una familia y dispuestos a atender a los hinchas y periodistas que los acompañan en las concentraciones, entrenamientos y estadios.

Pero a veces las ganas y la buena disposición no son suficientes, y el desempeño en tierras australes no ha sido el esperado. En definitiva, este campeonato se convirtió en una montaña rusa para la tricolor en cuanto a rendimiento. Primero llegó la inesperada caída con Venezuela en el estreno; luego el bálsamo de la victoria frente a Brasil. Pero nuevamente los fantasmas del mal juego aparecieron ante Perú en Temuco, el domingo pasado, justo cuando dependía de los mismos colombianos clasificar a los cuartos de final sin depender de ningún otro resultado. Al final, el triunfo brasileño sobre Venezuela le dio vida a Colombia y el sueño de alcanzar el título de la Copa América continuó su marcha. Contra Argentina, en cuartos de final, la tricolor espera recobrar su memoria futbolística.

A pesar de los altibajos en el onceno dirigido por Pékerman, el sector defensivo es el que mayor regularidad ha mostrado en esta competencia. Gran responsable de ello es Cristian Zapata, un verdadero bastión en la parte posterior gracias a la seguridad que brinda y la fortaleza que muestra a la hora de contrarrestar los ataques rivales. Es evidente que, para este central, ponerse la camiseta de la selección tiene un significado especial, y su manera de retribuir cada convocatoria es dejándolo todo en el terreno de juego. “Me hace feliz estar con la selección. Cada llamado me llena de orgullo, pues demuestra que el cuerpo técnico tiene confianza en mí”, dice el jugador de 28 años.

Con la salida de un referente como Mario Alberto Yepes del combinado nacional y la llegada de nuevos y jóvenes integrantes, el papel de Zapata en la zaga ha cobrado un gran protagonismo, al punto que se ha convertido en uno de los guías del equipo. “Me siento líder en esta selección. He tenido buenos maestros, como Yepes, Aquivaldo Mosquera, Amaranto Perea e Iván Ramiro Córdoba. Aprendí mucho de ellos y ahora tengo la responsabilidad de guiar a los nuevos talentos”, afirma Zapata, quien ha ido recuperando el nivel exhibido en el pasado Mundial de Brasil 2014, y añade: “Los jóvenes son jugadores que siempre han respondido en sus equipos y cuando están en la selección lo hacen de la mejor manera. Con Jeison Murillo me siento bien en la defensa, al igual que con los otros muchachos. Uno tiene que venir a trabajar y a luchar por un puesto en la titular partido tras partido”.

Sobre el decisivo duelo de cuartos de final contra Argentina el próximo viernes, en el estadio Sausalito de Viña del Mar, este futbolista oriundo de Padilla, municipio del norte del departamento de Cauca con poco menos de 8.000 habitantes, piensa que la concentración es fundamental. “Desde que terminó el partido contra Perú y se nos dio el resultado de Brasil empezamos a pensar en Argentina. No nos puede pasar igual que en el encuentro anterior, en el que tuvimos un buen desempeño defensivo, pero no estuvimos precisos en el ataque”, asegura el jugador del Milan en la Liga italiana.

A pesar de la tranquilidad que define a Cristian cuando está fuera de las canchas y que algunas veces lo hace pasar por tímido, cuando entra a una de ellas se transforma. Muestra una gran potencia física en cada jugada, choca con los rivales sin temor y destila clase y talento con los quites de balón que ejecuta. Eso sí, sin perder la sobriedad que lo acompaña desde que empezó a jugar en las divisiones menores del Deportivo Cali, hace 15 años. Las mismas cualidades que lo llevarían a debutar en el equipo profesional en 2004 y que lo catapultaron hacia el fútbol europeo, en el que ha defendido los colores de Udinese, Villarreal y Milan.

Para Zapata y sus compañeros llegó la hora de la verdad. El viernes será la gran oportunidad de mostrar de qué están hechos. “Esto es fútbol. Siempre falta algo para ser perfectos. Y ojalá podamos corregir los defectos que hemos cometido en esta Copa, porque queremos darle grandes alegrías al país”, dice el defensor con una gran sonrisa.

Por Theo González, Enviado Especial

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