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“El Rey”, Arturo Vidal, quiere su corona

Arturo Vidal es el futbolista más querido de la selección chilena. Las camisetas con el número ocho y con su nombre son las que más se ven en las calles del país austral. Él espera que su respuesta a ese cariño sea el título de la Copa América.

Luis Guillermo Montenegro, Enviado Especial
02 de julio de 2015 - 09:14 p. m.
Arturo Vidal espera consagrarse como goleador de la Copa este sábado. Hasta el momento lleva tres anotaciones. Su compañero Eduardo Vargas lo supera por una. Foto: AFP
Arturo Vidal espera consagrarse como goleador de la Copa este sábado. Hasta el momento lleva tres anotaciones. Su compañero Eduardo Vargas lo supera por una. Foto: AFP

En Chile, Arturo Vidal es el rey. De eso no hay duda. Además de ser el jugador más querido de la roja, son muchos los niños que sueñan con repetir su historia de superación. Aunque hay otros futbolistas que también están en clubes grandes de Europa, como Alexis Sánchez y Claudio Bravo, es el volante de la Juventus de Italia el que más júbilo genera cuando su nombre suena por los altoparlantes del estadio Nacional de Santiago, en donde la selección chilena ha disputado todos sus partidos de esta Copa América. A pesar de su incidente en la primera semana del certamen, al chocar en su Ferrari 485 Italia cuando transitaba a más de 150 kilómetros tras estar varias horas en un casino ingiriendo licor, la gente no ha dejado de idolatrarlo. Y aunque desde ese suceso su rendimiento bajó, él sigue con el objetivo que se trazó cuando el técnico Jorge Sampaoli lo perdonó y le permitió seguir siendo parte del cuadro chileno en la Copa. “Les fallé a todos, pero voy a intentar dar el máximo para poder ser campeones”, dijo entre lágrimas.

Siete años tenía Arturo Vidal cuando Erasmo, su padre, los abandonó a él, a su madre y a sus cuatro hermanos. Fue después de una noche en la que llegó con unos tragos en la cabeza, peleó con su esposa Jackeline y tras sentir tanta rabia no vio problema en encenderle fuego a la cama. Tuvieron que salir corriendo los cinco e ir a buscar un sitio seguro. Erasmo no volvió a aparecer para ayudar con la crianza de sus hijos y fue a Jackeline a quien le tocó ser padre y madre a la vez. Trabajaba como empleada de servicio y con los pocos recursos que conseguía llevaba comida para sus hijos. Claro, no era un empleo fijo. Había noches en las que llegaba a rebuscar con los vecinos para darles la comida a sus hijos. Y en alguna ocasión le tocó dejarlos dormir con el estómago vacío.

Cuando se hicieron más grandes, a cada uno le tocó aportar lo suyo. Arturo, con nueve años, trabajaba limpiando las caballerizas del Club Hípico de Chile a cambio de 300 pesos al día.

Sin embargo, alguna vez el dueño del Club lo vio jugando fútbol y quedó descrestado. Lo obligó a dejar el trabajo para que se dedicara a aquel deporte y no perdiera el tiempo haciendo algo con lo que no iba a poder ascender mucho. Su madre lo apoyó y tras corroborar el don de su hijo en la cancha, decidió incentivarlo y por eso lo metió a los 11 años al club Rodelino Román, equipo que entrenaba en una cancha ubicada a pocos pasos de la casa.

En esa época Vidal era un defensor central aguerrido y que iba muy bien al piso, por lo que le apodaron Cometierra. Gracias a su habilidad con la pelota, poco a poco fue jugando en posiciones más ofensivas. De lateral pasó a ser volante de marca, luego a ser 10 e incluso jugó algunos partidos como delantero. Con el equipo de su barrio participó en diferentes torneos que le sirvieron para ser visto por entrenadores de otros equipos.

Justamente, cuando quedaron campeones de un torneo metropolitano, el Colo Colo se fijó en él y le abrió las puertas del equipo infantil. Incluso se lo llevaron a cambio de cerca de 40 mil pesos chilenos al mes, con lo que Arturo le ayudaba a su madre para las necesidades de la casa.

Cuando ya entrenaba con la categoría juvenil, el técnico del primer equipo de Colo Colo era Claudio Borghi y en alguna oportunidad fue invitado a ver el entrenamiento del equipo en el que jugaba Vidal. Había llegado hasta ahí para ver específicamente el rendimiento de un delantero que la estaba “rompiendo” y que tenía todo para poder ser ascendido. Sin embargo, en 25 minutos de fútbol, el jugador que le llamó la atención a Borghi fue Vidal y por eso esa misma tarde, al terminar la sesión, fue avisado del ascenso. Al otro día comenzó a entrenar con los profesionales a cambio de 1.500 dólares mensuales.

Allí compartió con jugadores como Humberto Suazo, Alexis Sánchez y Matías Fernández, con quienes más adelante se volvería a encontrar con la camiseta de la selección chilena. En esa temporada de 2006 el equipo colocolino llegó hasta la final de la Copa Sudamericana, perdiendo con Pachuca y, justamente, gracias a esa vitrina internacional, varios salieron al fútbol europeo. Entre ellos Arturo Vidal, que a cambio de 7,5 millones de euros llegó al Bayern Leverkusen, que le puso un sueldo de 80 mil dólares al mes. Unos años más tarde, tras triunfar en el equipo alemán, pasaría a la Juventus, uno de los grandes de Europa. Hoy, en ese club, es el jugador mejor pago de la plantilla con cinco millones de dólares al año.

***

En una de sus visitas a Chile recogió a Jackeline, su madre, se la llevó al sector más exclusivo de Santiago de Chile. Juntos entraron a una de las mansiones que más le llamaban la atención. “Mamita –le dijo Arturo–, abra los ojos, esto es suyo, es para usted”. Su mamá no podía creer lo que veía: una casa enorme, hermosa, mucho más grande y linda de lo que alguna vez soñó tener. Luego le creó una empresa familiar en la que puso a trabajar a todos sus hermanos y finalmente a Erasmo, su padre, le ayudó poniéndole el mejor abogado para defenderlo por un caso en el que se vio implicado por porte de drogas. Arturo es el rey de la casa y a todos les da, sin importar cómo hayan sido con él. A él le interesa dejar huella dentro y fuera de la cancha.

Con la selección chilena es de los jugadores más rendidores y de los preferidos del técnico Jorge Sampaoli. Ya falta sólo un partido para el título de la Copa América, un juego para que el equipo chileno logre dar su primera vuelta olímpica tras 105 años de historia. Será complicado ante Argentina, pero “El Rey” quiere su corona.

Por Luis Guillermo Montenegro, Enviado Especial

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