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El renacer de Juan Sebastián Gómez

En 2010 obtuvo la única medalla olímpica del tenis nacional y luego su nivel cayó. Cambió de entrenador y dice ser una persona nueva.

Redacción Deportes
06 de junio de 2012 - 09:34 p. m.

¿Recuerdan a Juan Sebastián Gómez, tenista número uno del escalafón mundial juvenil en 2010? El bogotano de 20 años vive hace unos meses en Barcelona, España, en una residencia universitaria, y entrena en la academia donde trabaja Jairo Velasco, exjugador profesional colombiano en la década de los 70. Después de un 2011 para el olvido —incluso pensó en retirarse del tenis—, cambió de entrenador, decidió radicarse solo en Europa y ahora está ascendiendo en el escalafón.

En diciembre, ante los malos resultados (de hecho, Nike dejó de patrocinarlo), decidió separarse de su entrenador Jaime Cortés, exjugador de Copa Davis. “Ya no creía en él y no había respeto mutuo. Recuerdo que una vez perdí en segunda ronda de clasificación de un torneo y sentí ganas hasta de golpearlo. Entendí que era mejor que cada uno tomara su camino”, dice Gómez, confeso hincha de Roger Federer.

“Además, acá en Colombia no encontré jugadores con quiénes entrenar, porque los de Colsánitas se mantienen viajando. Estaba muy solo, por eso me fui”, añade el ganador de la única medalla olímpica del tenis nacional, obtenida en los Juegos de la Juventud en Singapur.

Durante su ostracismo en el panorama nacional, incluso se dijo que había disminuido su nivel y viajado al Viejo Continente por una adicción a los casinos, lo que él desmiente: “Es común que muchos tenistas vayan a casinos, pues hay torneos que ponen mesas de apuestas al lado de las canchas. Yo fui un par de veces por diversión, no por adicción. A un medio de acá le dije hace poco que, como una persona normal, alguna vez lo hice, pero todo lo tergiversaron”.

En Europa ha disputado desde entonces cinco torneos Futuros, en los que ha alcanzado dos semifinales, dos cuartos y una segunda ronda. Ha mejorado su saque y, sobre todo, la movilidad. Ahora figura en el puesto 492 del escalafón de la ATP y en diciembre espera “ver un número dos en mi escalafón, quiero estar 200 y pico para que en 2013 ya pueda disputar torneos grandes. En cinco años espero sólo tener dos cifras y estar jugando con tenistas como Rafael Nadal. Y, por qué no, algún día poderles ganar”. Básicamente, Juan Sebastián está volviendo a nacer en el tenis, empezando desde cero.

Hoy, más que nunca, recuerda sus comienzos cuando su papá William jugaba en el Club del Comercio de Bogotá y él, de cinco años, recogía las pelotas. Pronto vendrían todos los trofeos de certámenes juveniles y sus éxitos en el panorama internacional. Todo lo logró con base en la disciplina que le inculcó su padre (su madre murió hace años).

“En los torneos, él no me dejaba ser cansón, porque yo tenía alma de casposo. Además, me decía que era mejor no tener novias, que exigían mucho tiempo. Recuerdo que siempre iba a un torneo que se jugaba en Silvania, Cundinamarca, no por jugar, sino porque tenía una amiga allá (risas)”. Antes y después de cada partido, don William lo llevaba al muro a pegar 100 golpes de derecha y luego de revés. “Cuando perdía me le escondía o si no me llevaba al muro y con qué ánimos. Siempre voy a estar agradecido por la disciplina que me dio”.

Cuando se levanta y ve la medalla olímpica que ganó en Singapur, dice que es inevitable recordar esa gesta. Aunque ahora piensa en el profesionalismo, sigue atado a ese momento, cuando superó al hindú Yuki Bhambri en la final y ondeó la bandera sobre su espalda en la premiación. “Todavía tengo esa presea en mi casa. Además, la gente y los medios me siguen preguntando sobre eso, entonces nunca lo voy a olvidar, así ya no sirva de nada. Incluso, ahora con los Olímpicos de Londres lo recordaré más”, asegura Gómez, que aún no se ha graduado como bachiller por estar viajando.

Estos días de paso por Colombia renovando la visa europea (regresa la próxima semana para disputar un nuevo Futuro), Juan Sebastián dice que extraña la comodidad de su casa y a su familia, sobre todo a su papá, un administrador de empresas que tiene una fábrica de telas en el norte de Bogotá. Sin embargo, viviendo en Europa y valiéndose por sí solo, dice haber madurado y ganado autosuficiencia.

Por Redacción Deportes

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