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La estrella de Montero

Se fue para los Estados Unidos pensando que sería una escala hacia Europa, pero ahora está feliz. Es capitán e ídolo deportivo en Seattle.

Luis Guillermo Ordóñez O.
28 de abril de 2012 - 09:03 p. m.

Si hubiera un diccionario del fútbol colombiano, que reuniera los términos que utilizan todos sus protagonistas, la palabra planificación no debería ser incluida.

Otras, como procesos, desarrollo, financiación, comercialización, disciplina, profesionalismo y confianza podrían tenerse en cuenta, pero más bien para explicar los aspectos en los que más se falla.

Eso sí, talento, pasión, técnica, sufrimiento o lucha tendrían que estar ligadas a la definición de la palabra futbolista.

En un trabajo que tuviera el mismo objetivo, pero en los Estados Unidos, planificación complementaría a todas las demás expresiones.

La Major League Soccer, la liga de balompié de ese país, nació en 1996 con el objetivo de consolidarse financiera y deportivamente antes de dos décadas.

Con esa meta cumplida en apenas 15 años, pretende convertirse para 2022 en una de las más importantes del mundo.

Y para eso le han apostado al fortalecimiento de los clubes, hoy 19, cada uno de ellos propietario de una parte de la liga y con obligaciones y deberes que debe cumplir al pie de la letra.

Los resultados han sido tan positivos, que en 2011 el promedio de asistencia a los estadios fue de 17.872 personas por juego, más del doble de la media en el torneo colombiano.

Y entre las ligas profesionales estadounidenses, la MLS es la de mayor crecimiento gracias, entre otras cosas, a su excelente estrategia de mercadeo, a un coherente calendario de competencias y a la pasión con la que ha logrado contagiar a millones de aficionados en todos los rincones del país.

Para cumplir con este último punto, capturar hinchas, adoptó el modelo de jugadores franquicia, que no son otra cosa que grandes estrellas que le dan realce a la liga y que se convierten en los ídolos de cada club.

David Beckham, Thierry Henry, Juan Pablo Ángel, Guillermo Barros Squelotto o Rafael Márquez llegaron por esa vía. Otros, como el delantero colombiano Fredy Montero, fueron contratados gracias al seguimiento que se les hizo en sus países de origen.

Pero el atlanticense, que fue máximo artillero de la segunda Copa Mustang de 2008 con el Cali, la rompió y muy pronto se convirtió en figura.

Según Nelson Rodríguez, vice presidente de negocios internacionales de la MLS, organización que cuenta al menos con 80 ejecutivos en sus diferentes áreas, “Fredy es la cara del Seattle Sounders, un jugador que en tres años se ha convertido en ídolo de una de las mejores aficiones de la liga”. Con algo de modestia, el colombiano acepta que ha tenido una buena actuación en Estados Unidos e incluso reclama mayor atención por parte de los seleccionadores nacionales a los futbolistas que militan en clubes norteamericanos.

Está comenzando su cuarta temporada en la MLS, ¿en qué ha cambiado usted?

Diría que he crecido futbolística y personalmente. Tuve una adaptación rápida y he dado resultado. Fue un gran reto venir, aprender otro idioma, conocer otra cultura, pero el balance es más que positivo.

Es uno de los ídolos deportivos de la ciudad y eso en la cultura estadounidense es importante.

Eso es algo bastante raro, prefiero no sentirme así. Trato de dejar siempre lo mejor de mí en la cancha y tener buenas actuaciones. Mejor que hable la gente, pero eso lo que significa es que hay más exigencia, que los ojos de todos están sobre mí. Cuando llegué estaba el sueco Fredrik Ljungberg y él era quien asumía esa presión.

En lo futbolístico, ¿cómo es la MLS?

Un torneo duro, difícil, que ha crecido porque así se lo han propuesto las organizaciones. Han traído a jugadores para darle nivel y lo han conseguido.

¿Está cómodo allá?

Sí, muy amañado. Acá los dirigentes son muy ambiciosos y quieren ser pronto una de las mejores ligas del mundo, jugar la Copa Libertadores, como los mexicanos, y otras cosas más. Han demostrado que tienen con qué hacerlo y lo van a lograr.

¿Cuando se fue pensó que se quedaría mucho tiempo en Estados Unidos?

Realmente no, creí que podría ser una vitrina, pero ya aquí se da uno cuenta de que hay mucho futuro. He tenido varias propuestas de afuera, pero el club no me quiere dejar ir y para mí es un orgullo que pase eso. Siempre pienso en lo que vendrá a nivel competitivo y personal. Por ahora es difícil estar mejor en otro lado.

¿Qué diferencias hay con el fútbol colombiano?

Acá se corre mucho, se juega más vertical. En Colombia hay más talento, calidad, clase. Una combinación sería ideal.

¿Se ve en la selección de mayores? Ha marcado 43 goles en la MLS.

Lo primero siempre es estar en un buen nivel, para tener alguna opción. Cuando se acerca una convocatoria uno se ilusiona, pero todavía nada. No entiendo por qué hay jugadores de esta liga en las selecciones de Estados Unidos, México, Honduras, Ecuador, Venezuela, etc., menos en la de Colombia, si tenemos un nivel similar. No sé si es porque menosprecian la MLS. Eso me pone triste, pero es algo respetable. A mí me toca seguir trabajando y mejorando para que me llamen algún día.

Les abrió las puertas a otros colombianos. Ahora hay 32, la mayor legión extranjera, pues hay jugadores de 64 países.

Apenas ahora que lo dicen los medios me doy cuenta de eso. Mi idea es dejar en alto el nombre del país y si eso ayuda a que vengan más colombianos, bienvenido sea.

¿Ya es experto con el inglés?

Me ha ido bien. He venido mejorando mucho y acá valoran mucho el esfuerzo que uno haga, les gusta que uno muestre interés.

¿En algún momento se arrepintió de haber ido a la MLS?

No, ahora, con todo lo que he vivido, lo volvería a hacer sin dudar un instante.

¿Hasta cuándo tiene contrato con el Sounders?

Por dos años más, con posibilidad de renovarlo o irme si sale algo muy bueno en el exterior.

¿Cómo es la afición de Seattle?

Tremenda, algo especial. El estadio siempre se llena y ya han vendido anticipadamente las boletas para la temporada que viene, impresionante, porque cada partido es una aventura, hay espectáculos, música y rifas.

¿Y usted es el capitán?

Sí, eso acá tiene mucho significado. Uno representa al club en los eventos, hay muchas actividades con la comunidad. Es un cargo muy respetado, pero de mucha responsabilidad.

¿Sigue el fútbol colombiano?

Sí, al Cali, que sigue siendo el dueño del 35% de mis derechos deportivos. También al Júnior, por mi familia.

Por Luis Guillermo Ordóñez O.

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