Fernando Gaviria, cuarto en el ómnium: Otra vez será

En una espectacular definición, el antioqueño de 21 años perdió la medalla ante el británico Mark Cavendish y el danés Lasse Norman Hansen. El oro fue para el italiano Elia Viviani.

Luis Guillermo Ordóñez, enviado especial Río de Janeiro
16 de agosto de 2016 - 02:00 a. m.
El ciclista colombiano Fernando Gaviria, de 21 años, terminó en la cuarta posición. / EFE
El ciclista colombiano Fernando Gaviria, de 21 años, terminó en la cuarta posición. / EFE
Foto: EFE - Alejandro Ernesto

El ciclista colombiano Fernando Gaviria terminó ayer en la cuarta posición en la prueba del ómnium de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. El doble campeón mundial de la especialidad no logró su objetivo, que era subirse al podio, pero dio la pelea y fue uno de los protagonistas de la competencia. Ganó el italiano Elia Viviani, quien dominó la competencia de principio a fin.

Gaviria, de 21 años de edad, libró un espectacular duelo por las medallas de plata y bronce nada menos que con el británico Mark Cavendish y el danés Lasse Norman Hansen, quien había ganado el oro en Londres 2012.

En la carrera por puntos, la última de las seis que coronan al pedalista más completo de la pista, el antioqueño salió decidido a descontar la ventaja que le sacaron sus rivales en el scratch, la persecución, la eliminación, el kilómetro contrarreloj y la vuelta lanzada.

Atacó en el primero de los 160 giros y comenzó a sumar en los embalajes, pero luego fue controlado por el grupo. El danés Hansen fue el primero en tomar los 20 puntos que se le otorgan a quien le coja una vuelta al grupo.

Después fue Gaviria quien lo hizo, a 100 vueltas del final, cuando se produjo una caída que involucró a Viviani, líder en ese momento. El italiano se recuperó y volvió al lote sin penalización.

Parecía todo definido, pero el colombiano, que llevaba en el cuello un escapulario de oro y era animado por muchos compatriotas en las tribunas del precioso velódromo olímpico, sacó su casta y vendió cara su derrota.

Volvió a fugarse y estuvo a punto de tomar vuelta, pero el terreno se le acabó. Le faltaban 100 metros para alcanzar la cola del lote cuando sonó el pistoletazo final.

“Estoy muy decepcionado. Esto es muy duro, cometí muchos errores en todas las pruebas, no supe correr. Ahora mismo diría que es mi retiro de las pistas, pero hay que pensarlo bien”, señaló el velocista paisa con evidente rabia, pero con la frente en alto.

Atendió a la prensa colombiana y a la internacional, que le reconoció su clase para correr, pero su mensaje fue parecido: “No me voy tranquilo, aunque lo di todo. Me hubiera ido feliz con una medalla, pero así no. El cuarto lugar me sabe a derrota”, agregó frustrado, mientras era saludado en la zona mixta por sus rivales, Viviani y Cavendish, con quien se dio un tremendo abrazo, pues son buenos amigos porque fueron compañeros de equipo en 2015.

“Elia estaba muy fuerte, se lo ganó bien. Yo no supe correr y realmente no tengo ninguna excusa. Los colombianos querían una medalla, yo también, pero no la logré”, agregó.

Fernando Gaviria, sin embargo, tiene un brillante futuro. Con apenas temporada y media como profesional en Europa, es considerado uno de los mejores embaladores del mundo.

Eso se lo reconocieron con aplausos los aficionados británicos, mayoría en este escenario, en el que han dominado a su antojo las pruebas de pista. De siete títulos que se han entregado, se han llevado cuatro y en las otras tres pruebas se quedaron con la plata.

Fernando Gaviria nació en La Ceja el 19 de agosto de 1994, en una familia en la que sólo se hablaba de deporte.

José Hernando, su papá, fue ciclista de ruta y participó en el Clásico RCN y la Clásica de Antioquia. Fue él quien les inculcó a sus dos hijos la importancia de hacer ejercicio. Por eso Juliana, quien también participa en estos Juegos Olímpicos, y Fernando comenzaron a practicar patinaje.

Pero era natural que las bielas llamaran la atención de los hermanos. Desde chiquitos, se dedicaron a entrenar, como si supieran que de eso vivirían el resto de sus vidas. Juliana fue la primera en destacarse: tres años mayor que Fernando, se consagró en copas mundo e hizo que los apellidos Gaviria Rendón fueran relacionados con el ciclismo.

A pesar de sus éxitos en la pista (en la que ha sido campeón del mundo juvenil y de mayores), el gran sueño de Fernando es ganarse el Tour de Francia, por lo que la ruta lo ha visto crecer. De hecho, corre actualmente en el equipo profesional belga Etixx Quick Step, al que se unirá la próxima semana.

La de ayer pudo haber sido su última carrera en la pista, pero no fue una más. Con coraje demostró que es un luchador y que incluso para perder hay que tener clase y gallardía, esa que exponen los grandes campeones incluso cuando no logran sus objetivos.

Por Luis Guillermo Ordóñez, enviado especial Río de Janeiro

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