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La imagen de Ómar Pérez entrando al túnel de los camerinos del estadio El Campín, mirando a la hinchada, sonriendo, con las manos al frente mostrando sus 10 dedos y gritando “vamos por la décima”, es una muestra de lo que significa este momento para Santa Fe. Cuando el 10 argentino llegó a Bogotá, el equipo cardenal vivía de la historia y de las imágenes en blanco y negro. Muchos de los hinchas ni siquiera sabían lo que era celebrar una vuelta olímpica. Ahora, estos mismos hinchas han visto a Ómar Pérez y a Santa Fe celebrar nueve títulos. Ahora se acostumbraron a ganar. Ahora, estos personajes a los que antes les daba pena decir que eran santafereños, ponen este hecho como carta de presentación.
En 2009, Santa Fe ganó la Copa Colombia. En 2012 se llevó la séptima estrella, después de 37 años. En 2013, la Superliga ante Millonarios. En 2014 obtuvo la octava estrella. En 2015 ganó la Superliga y la Copa Sudamericana. En 2016, la novena estrella y la Suruga Bank. En 2017, otra Superliga.
Por cuarto año consecutivo, el equipo cardenal juega una final. En 2014 disputó la final de la Liga contra el Independiente Medellín. En 2015 jugó el título de la Sudamericana con Huracán de Argentina, el año pasado venció al Deportes Tolima y ahora, una vez más, buscará dar una vuelta olímpica navideña en su estadio, pues ya es un hecho que será local en el duelo final de la Liga Águila 2017-2.
Santa Fe es una familia y eso lo destacan los jugadores y los técnicos que pasan por esta institución. Todo comenzó con el proceso de Arturo Boyacá en 2010, quien ascendió a varios jugadores de la cantera, como Camilo Vargas, Héctor Urrego, Julián Quiñones, Francisco Meza, Hugo Acosta y Juan Daniel Roa. A ellos se sumaron hombres claves, como Daniel Torres, Yulián Anchico, Ómar Pérez y Luis Carlos Arias.
El proceso lo continuó Wilson Gutiérrez, y en 2012 pudieron dar la vuelta olímpica. Ya estaba consolidado, las bases eran sólidas y por eso los técnicos que siguieron llegando encontraron grupos fuertes. Gustavo Costas triunfó, Gerardo Pelusso también, y ahora el uruguayo Gregorio Pérez va camino al éxito. “Este es un equipo muy especial. Realmente me encuentro muy alegre. Más allá de que trato de controlarme, por dentro tengo una emoción muy grande. Que las cosas se estén dando así y llegar a una final, no es la primera. Siento algo especial”, destaca el DT.
Y ese “algo especial” significa mucho. Es la muestra de que en Santa Fe las cosas son diferentes y por eso todo el que llega está a gusto. Algo positivo es que la mayoría de los jugadores que hacen parte de la nómina actual ya saben lo que es ganar un título. Hay experiencia y eso es lo que se necesita en finales.
La sexta final
La de este domingo será la sexta final de Santa Fe desde que se juegan los torneos cortos en Colombia. La primera fue en el primer semestre de 2005, ante Atlético Nacional. En esa oportunidad el equipo dirigido por Germán Basílico González cayó 2-0 en el marcador global.
En el primer semestre de 2012 disputó el título con el Deportivo Pasto y se quedó con el triunfo. Empató 1-1 en la capital de Nariño y ganó 1-0 en El Campín.
Un año más tarde jugó la final contra Atlético Nacional y, tal como había ocurrido en 2005, perdió. Igualó 0-0 en Medellín y cayó 2-0 en Bogotá.
En el segundo semestre de 2014 enfrentó al Independiente Medellín y lo venció. Con Gustavo Costas como entrenador, el cuadro cardenal ganó 2-1 en Medellín e igualó 1-1 en Bogotá.
Finalmente, hace un año, en diciembre de 2016, Costas volvió a ganar otro título, tras igualar 0-0 en Ibagué y salir victorioso en Bogotá, gracias a la anotación de Héctor Urrego, de cabeza.